De mantillas y pasión costalera en la Semana Santa
Ibón S. Rosales
Domingo, 9 de abril 2017, 01:00
Los nazarenos se reúnen en un estrecho y escalonado refugio, con el ambiente cargado de incienso golpea nada más entrar. A un lateral de la iglesia Santo Domingo, en el casco antiguo de la capital grancanaria, se encuentra el local de la Cofradía de Nazarenos de Vegueta. Los días previos al comienzo de la Semana Santa son de total dedicación para los implicados y desembocan en un continuo trasiego de integrantes que deben tener todo a punto: las flores preparadas, candelabros y adornos pulidos, costales perfectamente remendados y las imágenes casi vivas... Hay nervios, por supuesto; por algo Semana Santa es la fecha más señalada para los cristianos practicantes. Cuenta el hermano mayor José Vicente Navarro que cada año, al escuchar el primer martillazo del paso, se le saltan las lágrimas sin remedio, llevado por la pasión y la emoción ante el recuerdo de la muerte y resurrección de Jesucristo. Casi 500 personas conforman la cofradía nazarena. En la procesión de las Mantillas, que se celebra la mañana del Viernes Santo, hay veces que la puesta en escena supera al sentimiento del cortejo. Recuerda Hortensia Robaina, que lleva más de 60 años participando en este paso, que los responsables han tenido que coger el toro por los cuernos en las reuniones previas para recordar a algunos y algunas que la penitencia y el dolor de la Virgen no es ninguna romería: «Nos han llamado la atención diciéndonos: ‘¡No quiero señoras hablando, masticando chicle ni saludando! Estamos en penitencia y hay que ir serias’». La hija de Robaina, Noelia Pulido, dama de mantilla desde los 7 años, dice que no le importa parecer «maleducada» al ignorar besos volados y saludos. Tiene su explicación: «No tienes ganas de decirle adiós a nadie, hay gente que va un poco de postureo... Los que me conocen saben que no es por antipatía, sino porque estoy concentrada rezando el rosario y no puedo cambiar mi cara». El Cristo de la Salud y la Virgen María de la Esperanza salen esta tarde, a las 19.00 horas, cargados por los costaleros de la Cofradía de Nazarenos de Vegueta de la plaza de Santo Domingo. Beatriz Cardona será una de las tres mujeres que cargará, junto al resto de la cuadrilla de costaleros, los más de 1.000 kilos de peso del trono. «Llevo nueve años en la cofradía pero este es mi primer año como costalera», expresó con timidez la joven, natural de Valleseco. Su labor como hermana en la cofradía ha sido la de amenizar las misas y celebraciones con su guitarra, «animando en la eucaristía», dijo, aunque también ayuda en «lo que vayan necesitando», recalcó Cardona, que obtiene como recompensa «la tranquilidad». Su compañero, Daniel Bernardino, de 19 años, lleva algo más de cuatro años en la hermandad y se muestra feliz y orgulloso de pertenecer a ella. «Entré por un grupo joven y estoy muy contento, es un ambiente muy familiar y todos están invitados a venir», expresó generoso. Sobre su vivencia bajo el trono como costalero, confiesa que no puede evitar romper a llorar. «En la salida te vienes arriba, son tantas emociones. Me pongo a llorar de alegría porque por fin llegó la Semana Santa», dijo el canario-sevillano, que encuentra innumerables diferencias entre la tradición religiosa canaria y sevillana. «En Andalucía es que se vive mucho más, la diferencia es enorme pero hacemos lo que podemos, lo mejor que podemos», zanjó. Los seguidores de las procesiones, que la viven igual de intensamente que los que cargan con el trono y encaran el recorrido, tienen cada uno su sentir en esta celebración cristiana. «Reafirma nuestra fe», expresó la creyente Milagros Rosales, de la parroquia del Sagrado Corazón de María.