¿Cuántos diputados elige Canarias en el Congreso?

La comunidad autónoma votará este domingo 23 de julio para elegir a 15 diputados de los 350 que actualmente conforman en Congreso de los Diputados. El reparto se establece, según la ley electoral, entre las 50 provincias y las dos ciudades autónomas en función del número de habitantes.

Para garantizar un mínimo de representación, el sistema fija un mínimo de dos escaños para cada provincia y al menos uno en Ceuta y Melilla. De esta manera, 102 diputados son fijos por circunscripción, mientras que el resto se distribuye de forma variable dependiendo de la población.

En el caso de la provincia de Las Palmas, corresponden 8 diputados, mientras que Santa Cruz de Tenerife envía al Congreso 7. Unos números similares a los que presentan Baleares, Asturias o Zaragoza, mientras que provincias como Madrid (37), Barcelona (32) o Valencia (15) se encuentran entre las que más diputados eligen.

¿Cómo se realiza ese reparto? A través de la fórmula matemática conocida como el sistema D´Hondt). Este es, sin duda, el más denostado por los críticos nuestro sistema electoral, pese a que es el tamaño de la circunscripción el factor determinante en la falta de proporcionalidadque muchas veces se reprocha.

Creado por el jurista belga Víctor d´Hondt en 1879, es un método de reparto que busca asignar los escaños a las listas de la manera más proporcional posible con respecto al número de votos recibidos.

No obstante, el sistema tiende a favorecer a los grandes partidos, sobre todo en las circunscripciones más pequeñas, en las que la proporcionalidad queda distorsionada por la imposibilidad matemática de conceder escaño a las candidaturas con menos votos y que no alcanzan un determinado porcentaje.

Para entender cómo funciona el modelo, imaginemos una tabla en la que se disponen los diferentes partidos que se han presentado en una provincia y tantas columnas como número de escaños a distribuir; pongamos de ejemplo una provincia con 5 diputados.

Para empezar, se descartan las candidaturas que no alcancen el 3% de los votos en el caso de las elecciones generales.

A continuación en cada una de las columnas se disponen los sufragios conseguidos por cada candidatura divididos entre 1, 2, 3 y así hasta dividir entre cinco, que son los escaños totales a repartir en esa circunscripción.

Hecha esta división, cada diputado se va asignando a cada uno de los cocientes más altos en orden de mayor a menor, hasta llegar al quinto y último escaño.

A simple vista, a mayor número de escaños a repartir mayor es la posibilidad de que las fuerzas minoritarias obtengan diputado en esa región, siempre y cuando superen esa barrera mínima del 3 por ciento marcada por la ley.

Para entrar en el hemiciclo, un congresista madrileño requerirá muchos más votos que uno de Soria, y uno en la provincia de Las Palmas -donde hay 898.852 electores- costará más que uno por la provincia de Santa Cruz de Tenerife -donde son 881.209 los electores-.

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