Aquellos 500 euros un día de Navidad
Fútbol ·
La alianza Ramírez-Viera, la que ha escrito la historia de un caso único con cuatro regresos a la UD, se forjó en una anécdota personal entre ambosQuizás exista algún precedente. Cuatro regresos en diez años, que se dice pronto en la velocidad del fútbol actual. Pero las idas y venidas de Jonathan Viera con la UD le convierten, a salvo de cualquier comparación, en un caso único en la historia del club y, también, en ejemplo paradigmático a escala profesional. Por edad y recorrido se supone que no habrá más capítulos en este serial, de por sí una oda al romanticismo y vinculación sentimental a unos colores. Porque, es notorio y conocido, la inquietud económica nunca figuró entre las prioritarias en el futbolista para defender el escudo de la UD. En todos sus retornos, sin excepción, tuvo que restar algún cero a su caché para poder ajustarse a la economía de Pío XII. Y siempre volvió con el equipo en Segunda División y cargando con la responsabilidad de liderar un proyecto de ascenso. Lo consiguió dos veces (2015 y 2023). Ahora busca esa triple corona que elevaría, más si cabe, su aura sagrada en los casi 76 años de vida que alumbran a la UD.
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Antes de su debut como profesional en agosto de 2010 (simultáneo al de su inseparable Vitolo), cuenta Viera que estuvo a punto de irse de la cadena de filiales porque no se sentía querido ni valorado, algo que contrastaba, también, con la existencia de propuestas para cambiar de aires. En la fase de preparar la mudanza, recibió una llamada en su móvil de un número desconocido. Era Miguel Ángel Ramírez, de quien no tenía el contacto y al solo identificó cuando le respondió. El presidente, conocedor de que a Jonathan le querían mover de sitio, le citó de inmediato en sus oficinas de Seguridad Integral Canaria en Los Tarahales. Esa reunión fue clave para que el futbolista, entonces proyecto de crack, recapacitara.
De Ramírez obtuvo una mejora en sus condiciones contractuales y la promesa, cumplida con el tiempo, de que tendría las condiciones y oportunidades para llegar al primer equipo. Un careo emotivo e intenso que acabó con una anécdota que jamás ha olvidado. Era Navidad y, al despedirse, Ramírez le preguntó sus planes para esa noche tradicional en familia. «Veremos lo que hay de comer en la nevera, presi, y con eso cenaremos porque no hay dinero para más», le vino a decir. Conmovido por esa situación de precariedad, y en un gesto espontáneo, el mandatario se echó la mano al bolsillo y le regaló 500 euros para que comprara lo que necesitara. Ni con el paso de los años, convertido ya en millonario por sus contratos dentro y fuera de España, jamás ha olvidado aquel regalo hoy simbólico pero que en su día se le grabó a fuego y para siempre. Ahí se fija la alianza blindada entre Ramírez y Viera que, de manera invariable, ha escrito todos y cada uno de sus retornos, siempre con connotaciones especiales, agitadores de la ilusión popular.
En diciembre de 2014 se fecha el primero. Aburrido de la rutina en Bélgica con el Standard de Lieja, Ramírez logró su cesión en una maniobra clave para lo que vendría seis meses después, con el inolvidable ascenso a Primera frente al Zaragoza en el Gran Canaria. Ya en la máxima categoría, la UD compró su pase y lució como nunca, internacionalidad absoluta con España de por medio, hasta su marcha en 2018 al fútbol chino y rumbo al Beijing Guoan, que abonó por sus derechos más de veinte millones de euros.
Apenas un año después, en septiembre de 2019, regresa a préstamo y durante cuatro meses, periplo en el que coincide con el debutante Pedri, al que tutela en sus primeros pasos.
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Cambio en el orden establecido
De vuelta a China, entre lesiones y la pandemia, el escenario le termina trayendo a la orilla de siempre. En agosto de 2021 rescinde con el Beijing y, de manera inmediata, la UD anuncia su fichaje por cinco temporadas. Arranca un nuevo ciclo con la cumbre de otro ascenso a Primera en 2023 y a las órdenes de García Pimienta, año y entrenador con el que se rompe todo en octubre. Diferencias irreconciliables con el técnico le apartan de las convocatorias y todo acaba en la rescisión de su contrato en diciembre y una despedida emocionada en Barranco Seco.
No se le esperaba de nuevo luego de un ciclo exótico entre Almería, Khor Fakkan de Emiratos Árabes y Johor de Malasia. Camino de los 36 años, días atrás se consensuó en la UD 2025-26 descartar su fichaje. Pero el destino tenía reservada una curva inverosímil que varió todo el orden establecido y le devuelve su dorsal 21 menos de dos años después de su última partida.
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