Una persona quema ocho contenedores de basura en la peor noche de ataques a Limpieza

Una persona que no ha sido identificada todavía fue la autora de uno de los mayores ataques al mobiliario urbano de la capital grancanaria al prender fuego a ocho contenedores de basura en la calle Secretario Padilla, en el barrio de Guanarteme.

Los hechos se produjeron en torno a las 03.25 horas de este jueves, después de que el incendiario rociara con combustible y prendiera fuego los diferentes depósitos que están situados en tres puntos diferentes de la misma calle.

En total, fueron seis contenedores de fracción resto (de 2.400 litros de capacidad cada uno) y dos de vidrio los que quedaron calcinados como consecuencia de la acción de este individuo.

Y podían haber sido más si la llegada de los agentes de la Policía Local no hubiera disuadido al autor de los hechos.

Según fuentes vecinales, el incendiario se alejó de la calle Secretario Padilla en cuanto llegaron los primeros agentes. Y dejó la garrafa con combustible que supuestamente se empleó como producto inflamable en la calle Daoiz, tan solo unos metros más allá del punto donde se estaba produciendo la quema de los contenedores de basura.

Aunque no hay una cifra exacta del coste económico de los daños, las primeras estimaciones hechas por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria hablan de unos 2.800 euros.

Para hacernos una idea de lo que ha representado este hecho baste decir que solo en una noche, el fuego de la calle Secretario Padilla supuso aproximadamente el 62% de lo que una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria pierde al mes de promedio por la quema de containers, que son unos 4.487 euros.

Otra comparación: los ocho contenedores quemados en una sola noche casi alcanzan el promedio fatal de diez contenedores quemados al mes, lo máximo que se tiene contabilizado en Limpieza.

Este registro fue el que se produjo en el año 2013, cuando se perdió un total de 120 depósitos.

En lo que vamos de año, y con una cifra que todavía no ha sido validada de manera oficial, el número de repositorios afectados por el fuego alcanza los 58.

Esto supone ya más que las bajas registradas en todo el año 2018 (51), y se acerca a las de 2019 (77) y 2020 (74).

De mantenerse esta tendencia, el año actual podría acabar por encima del centenar de depósitos perdidos, algo que no se produce desde 2017 (105).

En el cálculo de costes del daño económico que tiene la quema de los contenedores no se incluyen los gastos que suponen las labores de extinción.

En un suceso como el que se registró en la madrugada del miércoles al jueves en la calle Secretario Padilla, los agentes del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento tuvieron que emplear más de 1.500 litros de agua para sofocar el fuego.

Se estima que cada actuación de un equipo de bomberos ante un incendio de contenedores puede tener un coste cercano a los 500 euros, incluyendo aquí tanto los gastos de personal como el material necesario.

En esta ocasión, la actuación la desarrollaron los seis agentes que estaban de servicio en el parque zonal del Puerto.

Sin embargo, como el fuego estaba localizado en tres esquinas diferentes de la calle Secretario Padilla, se hizo necesaria la asistencia de una unidad adicional del parque central de Miller Bajo, que en esos momentos se encontraba con una dotación por debajo de la recomendada como consecuencia del conflicto laboral que mantienen los agentes con el Ayuntamiento por el mal estado de los equipos, las carencias de material y el retraso en el pago de las horas extras acumuladas desde febrero de 2021, si bien esta deuda ha sido ya saldada.

Las consecuencias del fuego podrían haber sido peores si las llamas se hubieran propagado a una vivienda o a un coche que estaba aparcado en la zona.

Las llamas alcanzaron el primer piso de altura de los bloques más cercanos al fuego. En cuanto a los coches, el viento reinante en la zona impidió que se propagara a los vehículos que estaban más próximos a los contenedores que fueron calcinados.

Por la mañana, tras cuatro horas de trabajo, los operarios de Contenur y FCC habían retirado los depósitos y baldeado la zona.

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