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Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 5 de diciembre de 2025
Juan Suárez, vecino de Fontanales posando en la entrada del barrio. Juan Carlos Alonso
Una vuelta a la isla redonda

Fontanales, el niño bonito de la Villa de Moya

Casas pintadas de blanco polar, valles hermosos, paisajes verdes y maravillosas rutas para hacer senderismo es lo que le espera a todo afortunado que decida visitar este barrio situado en lo alto del municipio moyense

David Rodríguez Medina

Moya

Jueves, 7 de agosto 2025

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Al adentrarse en el barrio de Fontanales cualquiera puede llegar a pensar que no estemos en el año 2025, sino en 1970. La mayoría de las casas pintadas de un blanco polar típico de pueblos como Tejeda o Teror, las calles de piedra o los terrenos plantados de papas, millo y puerros demuestra que es un lugar que mantiene a fuego sus tradiciones, historia y cultura.

Fontanales es un barrio situado en el norte de Gran Canaria, a 11 kilómetros de la Villa de Moya. La primera ermita se construyó hace más de 350 años en honor al patrón de la localidad, San Bartolomé. Este enclave del municipio norteño resalta por sus hermosos valles, paisajes verdes, senderos espectaculares y el calor de su gente.

Precisamente los turistas que buscan realizar rutas de senderismo destinadas tanto para los más principiantes como para los expertos eligen Fontanales como destino, ya que al ser un lugar de paso, está conectado con varios municipios como Artenara, Tejeda o el propio casco de Moya. En este barrio se pueden encontrar todo tipo de rutas, desde circulares hasta unidireccionales.

Entre la iglesia antigua y la nueva, nombrada como parroquia de San Bartolomé de Fontanales y que fue inaugurada hace más de 50 años, hay una pequeña tienda de aceite y vinagre abierta desde 1931. En ella encontramos a Ángeles Pérez, perteneciente a la tercera generación que se encarga de este pequeño comercio tras sus abuelos, Julián y Carmen, y sus padres, Lito y Victoriana. De 8.30 de la mañana a 8.00 de la tarde se mantiene abierta para surtir de productos de alimentación o de limpieza a los vecinos de Fontanales.

«Mis padres y mis abuelos vendían aquí todo tipo de cosas. Desde tela para hacer la ropa hasta el suero que sobraba del queso», comenta Ángeles. Ella ha nacido y se ha criado en el barrio, del que resalta «la tranquilidad con la que se vive, pese a que en los últimos años se ha ido yendo la gente que ha sido de aquí toda la vida».

«Fontanales está lleno de cultura, historia, tradición y personas que llevamos toda la vida aquí», afirma Ángel

Lo cierto es que aunque muchas personas hayan decidido abandonar el lugar, los vecinos afirman que en los últimos años ha aumentado la compra de viviendas por parte de personas de todos los lugares de la isla y han podido visualizar un incremento en la población.

La principal actividad económica que tiene Fontanales, según indica Juan Suárez, vecino del barrio, es «la agricultura, sobre todo el cultivo de papas, millo y puerros». Tal es la presencia de la papa en el barrio que Ángel Rivero, presidente de la comisión de fiestas de Fontanales desde hace más de 20 años y dueño de la carpintería Lomo del Marcos, cuenta que «el año pasado en el Día de la Papa, que se celebra el 20 de agosto, freímos más de 200 kilos de papas y 780 huevos para todos los vecinos. Las colas eran enormes y conseguimos que se consumieran productos del barrio».

Juan también resalta la importancia de la ganadería como actividad económica, ya que «hay unas siete u ocho queserías que hacen diferentes tipos de quesos, de una leche, de dos leches y hasta de tres leches», afirma el vecino. En definitiva, un barrio con gran presencia de las costumbres de antaño y con una fuerte influencia del sector primario.

Precisamente las fiestas en honor a San Bartolomé son uno de los grandes atractivos de Fontanales, con el 24 de agosto como día principal. Cada año se celebran más de diez días de fiestas donde los vecinos participan en diferentes eventos y festejos.

Imagen principal - Fontanales, el niño bonito de la Villa de Moya
Imagen secundaria 1 - Fontanales, el niño bonito de la Villa de Moya
Imagen secundaria 2 - Fontanales, el niño bonito de la Villa de Moya

Uno de los días principales es la romería ofrenda a San Bartolomé, que siempre se celebra el 22 de agosto y, según comenta Ángel, «nunca la hacemos si cae un sábado, porque no queremos que venga mucha gente de otros sitios, sino que acudan más bien los vecinos».

Otra de las fechas marcada en el calendario de los residentes en Fontanales, dentro de las fiestas patronales del municipio, es el día de la familia, que se celebra el 15 de agosto de cada año en el campo de fútbol municipal de Fontanales, y consiste en que cada vecino lleva su comida y se hace una gran reunión. «Organizamos juegos para niños, castillos hinchables, fiesta de la espuma. Por la tarde bajamos la rama desde el campo de fútbol hasta la iglesia y culminamos la jornada con una verbena», señala Ángel.

La oferta gastronómica con restaurantes como La Colonial de Fontanales, Sibora o Jazz Club Morzart atraen a centenares de turistas cada fin de semana a este pequeño, pero lleno de vida y encanto, lugar de la Villa de Moya. Además, con la reciente inauguración de la Casa Emblemática La Alameda la oferta de pernoctación ha aumentado. «Hay tres viviendas en ella y siempre están reservadas. Se pueden alojar hasta 12 huéspedes. Cada vez vienen más visitantes que tienen ganas de conocer y vivir el ambiente que se respira en Fontanales», indica Juan.

Esta casa tradicional canaria se hizo en el siglo XIX y actualmente está protegida por el Patrimonio Arquitectónico de Canarias. En 2024 fue restaurada respetando sus colores cálidos característicos. Está situada en pleno casco histórico, enfrente de la iglesia antigua.

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