Concurso de escaños en las siete islas

Desde que el canario elige a su Parlamento lo hace escogiendo una papeleta en la que figura una sola lista llena de aspirantes a tomar posesión de un escaño. Los de Lanzarote solamente pueden elegir la lista que concurre en esa isla, lo mismo que quienes están empadronados en La Gomera o en Gran Canaria.

Pero la mecánica podría cambiar en 2019 si el Congreso de los Diputados refrenda la fórmula electoral que ha acordado la mayoría de los partidos en el Parlamento de Canarias.

En ese caso, los electores inaugurarán la votación de una lista autonómica y los candidatos que figuren en ella, el conseguir por primera vez convencer al menos al 4% de los votantes que hayan ejercido su derecho al sufragio de forma válida.

Los detalles del procedimiento se perfilarán en el Congreso de los Diputados y sobre todo, en la Ley 7/2003, de 20 de marzo, de elecciones al Parlamento de Canarias que deberá quedar modificada antes de la convocatoria. Una de las cuestiones a dilucidar por los partidos será si la nueva circunscripción autonómica se materializará en dos o una sola papeleta.

La mayoría de los partidos abogan por simplificar al máximo la aplicación de la innovación más destacada que presentará el sistema electoral canario, lo cual reduce las posibilidades a un único papel.

En él, el votante podría encontrarse por un lado, con la lista de siempre, la insular. Eso quiere decir que los candidatos incluidos en ella solo podrán ser elegidos por la isla en la que el elector esté empadronado y los aspirantes, presentados. Así ha sucedido hasta ahora.

Sin embargo, los electores de cualquier isla podrán votar a los candidatos que formen parte de la lista autonómica, con independencia de donde hayan nacido o estén empadronados. Esto será posible porque sus integrantes concurren en toda Canarias y no solo por una circunscripción.

Además, las planchas que alcancen la urna no tendrán obligatoriamente que ser del mismo partido. Se podrá escoger una lista, por ejemplo la insular, que vaya rubricada bajo unas siglas determinadas y la autonómica, con otras diferentes. Así ocurre cuando se va a votar a diferentes instituciones -cabildos, ayuntamientos, Parlamento Europeo-; aunque la mayoría de los sufragios emitidos suelen guardar una similitud partidista entre ellos, no siempre sucede así.

De esta manera, cuando se constituya el Parlamento de Canarias, nueve diputados habrán sido sacado su escaño en toda Canarias mientras que sesenta, habrán tenido que conseguirlo en la circunscripción insular a la que concurrieron.

Varios expertos que comparecieron en la Comisión de Estudio sobre la Reforma Electoral advirtieron que estar incluido en la lista autonómica no da el derecho a ser la persona que ocupe la Presidencia de Gobierno, del mismo modo que sucede en el Estado.

Recordaron que el jefe del Ejecutivo autonómico sigue resultando elegido por el Parlamento y no directamente a través de los votantes; en España no existe la elección directa más que para los presidentes de cabildos.

Otra cosa es que los partidos, al confeccionar sus respectivas listas autonómicas, pretendan la candidatura presidencial para alguno de sus miembros, pero en realidad cualquiera que concurra tendrá el mismo derecho a ostentar el cargo más importante de la comunidad autónoma.

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