Dos chollos defensivos frente a frente
El fútbol está por ver, pero si el espectáculo se traduce en goles, promete mucho la cita que acogerá este domingo el Estadio Gran Canaria. Se verán las caras dos de los conjuntos que más goles han recibido en lo que va de temporada en Primera.
La UD de Paquito recibirá al Betis de Setién, o lo que es lo mismo, primero contra tercero en la clasificación de los que más encajan, respectivamente. Lo de Las Palmas es de récord: 32 goles en 13 jornadas. Una media de 2,46 tantos por partido que le ha convertido en el chollo de la categoría. La última -y única- vez que la UD dejó su portería a cero fue hace dos meses y medio en la victoria por 1-0 frente al Athletic. Un dato que se agrava si se tiene en cuenta que de los 13 encuentros que Las Palmas ha jugado en Liga, en seis de ellos ha recibido tres o más tantos. Esta sangría defensiva es, sin duda, uno de los principales motivos por los que el equipo grancanario ocupa la penúltima posición de la tabla.
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Mucho más desahogado navega el Betis en la categoría, aunque no así su técnico, Quique Setién. Con 18 puntos, el cuadro verdiblanco se encuentra en una cómoda octava posición, a tres puntos de Europa y a 11 del descenso. Pero los últimos resultados han hecho que se cuestione la figura del extécnico amarillo hasta tal punto de que no se descarta la posibilidad de que el cántabro sea cesado si cae mañana ante la Unión Deportiva. Los últimos, y deshonrosos, resultados han conducido a esta situación. La sangría defensiva que también padece el equipo sevillano es comparable al isleño. 27 goles ha recibido en Liga y seis en Copa. En total, 33 tantos en 15 choques que lo llevan a otra media de escándalo: 2,2 goles por encuentro. La última la sufrió hace dos días ante un Segunda como el Cádiz. Un 3-5 en el Villamarín que se tradujo en la eliminación de la Copa del Rey. Se recuerda con especial dolor entre los béticos la humillación padecida hace dos jornadas en Ipurúa, cuando cayó por 5-0 ante un Eibar que llevaba tan solo seis tantos en todos los partidos anteriores.
Es, en definitiva, la fragilidad defensiva un mal endémico que está condenando a las dos escuadras. Si continúan en la misma línea mañana, el espectador neutro estará encantando con lo que se avecina, pero menos gracia le hará a la afición de ambos conjuntos. Unos seguidores que han vivido ya varios sonrojos en apenas tres meses de competición y que, cada uno con sus propias y muy diferentes necesidades, apelan por una reacción inmediata para que se acabe ya la pesadilla que sus equipos están viviendo en las porterías que defienden.
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