Las indígenas canarias quieren su sitio en los museos

Las mujeres jugaron un papel fundamental en la sociedad indígena canaria y de eso dan buena cuenta las fuentes escritas. Sin embargo, son escasos los espacios de presentación patrimonial del archipiélago en los que se transmita una realidad inclusiva y, por tanto, con hombres y mujeres visibilizados en su papel real. En Canarias, «todavía no se está trabajando con perspectiva de arqueología feminista», reconoce la directora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, pero sí es un objetivo que se han marcado tanto empresas como instituciones públicas. Prueba de ello son iniciativas como la jornada de trabajo Las mujeres y el patrimonio arqueológico en Canarias: la búsqueda de la memoria e identidad femeninas que este viernes se celebró en Gáldar con la presencia de Lourdes Prados, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y Begoña Soler, del Museo de Prehistoria de Valencia, pioneras en la visibilización de las mujeres en los centros museísticos.

Más de una veintena de especialistas de centros e instituciones públicas y privadas ligadas al patrimonio histórico y la arqueología participaron en el seminario en el que, entre otras cosas, se puso de manifiesto que «la mujer sigue sin visibilizarse en los museos arqueológicos», aseguró Lourdes Prados. Esa es una de las conclusiones que ha sacado después de haber realizar un estudio pormenorizado de estos centros en todo el país. Y por eso cree que para hacer arqueología en femenino hay que plantearse varios ejes de trabajo ineludibles que van desde la construcción de los discursos en los espacios de presentación del patrimonio y el uso de un lenguaje inclusivo en los soportes de difusión, hasta la inclusión de las mujeres -también de niños y ancianos- en las ilustraciones y audivisuales, «dándoles voz y nombre», y algo «fundamental»: hacer una interpretación de género en programas y actividades de los centros.

El discurso de los museos se podría rehacer, calcula, en cinco o seis años, algo «importante» porque «lo que se haga en los museos va a calar en la sociedad, donde también queda mucho por hacer», estima Rodríguez.

El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada es un ejemplo de espacio museístico en el que se ofrece una visión real del papel de la mujer en la etapa prehispánica y colonial de Gáldar y eso, admite su directora, Carmen Gloria Rodríguez, les ha valido distintos reconocimientos.

Rodríguez invitaba a sus colegas de otros centros a «dar la vuelta a la tortilla» y «si las mujeres se dedicaban a las llamadas actividades de mantenimiento, ¿por qué se tiene que tratar como algo irrelevante?, pongámolo en el lugar que le corresponde», apelaba. Eso han hecho en la Cueva Pintada, donde las mujeres son tan protagonistas como los hombres.

Pero no solo en Gáldar hay mujeres, como Arminda, hija del Fernando Guanarteme y bautizada como Catalina, en Gran Canaria están las guayarminas, las maguadas, personajes femeninos con papeles importantes en aquella sociedad, a las que se representa como tales, pero que son una singularidad dentro del mundo indígena canario pues, en Gran Canaria, las mujeres existen y están en las fuentes, pero no ocurre igual en otras islas. Un ejemplo claro es Tenerife, donde el mundo prehispánico gira en torno al hombre, al guanche; no hay mujeres. En esta isla, incluso el museo de arqueología, bioantropología y ciencias naturales es de La Naturaleza y el Hombre, un nombre reciente que muchos reclaman que se quite Hombre.

«Educar en igualdad en los museos supone hablar de desigualdades en la sociedad a lo largo del tiempo» y esa desigualdad se ha manifestado «invisibilizando a la mujer», apunta Carmen Gloria Rodríguez.

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