De izqda. a dcha, Carolina Santana, Sherezade García, Jéssica Negrín, Pedro Lara, Aroa Rico, Mari Carmen López y Wafa Hayde Abou Saadh. COBER

Las pacientes de cáncer de mama cuentan cómo se sienten y qué necesitan: «Ahora he aprendido a vivir»

Las afectadas participan en una campaña sobre el impacto que genera la enfermedad en sus vidas | Canarias registró 1.638 nuevos casos en 2024

Carmen Delia Aranda Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 2 de octubre 2025, 02:00

Cuando el cáncer de mama irrumpe en la vida de una mujer, los dolores del alma son peores que los físicos y se extienden a toda la familia. Los miedos, la incertidumbre y la ansiedad se desatan y toman el timón.

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Según el Observatorio contra el Cáncer, en Canarias el año pasado 1.638 mujeres fueron diagnosticadas con este tipo de tumor, cuyos efectos van más allá del plano físico. Para intentar colocarnos en sus zapatos, las afectadas y la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) han creado una campaña en la que relatan «qué sienten los pacientes durante su diagnóstico, tratamiento y seguimiento, cuáles son sus necesidades y sus emociones», cuestiones que quedan relegadas en el abordaje médico, reconoció este miércoles el presidente del colectivo en Las Palmas, Pedro Lara, sobre una iniciativa que reclama empatía con estas personas y sus problemas emocionales, laborales y familiares antes, durante y después de tratar la enfermedad.

EN CONTEXTO

  • 117 mujeres de 15 a 39 años fueron diagnosticadas de cáncer de mama en Canarias en 2024, según el Observatorio de la AECC

  • Segundo más frecuente Este tipo de tumor es el segundo con más diagnósticos anuales después del colorrectal

  • Edad de riesgo El rango de edad con más casos detectados, 237, es de 55 a 59 años

  • Provincias En Las Palmas de detectaron 835 y en Santa Cruz de Tenerife, 803. En 2024 no se diagnosticó a ningún hombre

Para guiarnos por la montaña rusa emocional del cáncer de mama, varias pacientes relataron sus vivencias durante la presentación de la campaña titulada 'Nos lo tomamos a pecho'.

Mari Carmen López fue una de ellas. Le diagnosticaron el cáncer hace siete años. Se operó, pero ha vuelto a proliferar, ahora con metástasis. «Sigo. Disfruto. La vida me da una oportunidad y la voy a aprovechar hasta la última gota. Intento ser lo más feliz que pueda. Disfrutar de cada beso, cada abrazo. Estamos empeñados en trabajar mucho para luego disfrutar poco. No nos damos cuenta de que la vida es un regalo», señala esta lanzaroteña de adopción a sus 60 años.

Su técnica para llegar a esta conclusión ha sido tratar su cáncer como un 'okupa' con el que hay que convivir, impidiéndole que cause destrozos y alejándolo de la mente. Este camino hacia la tranquilidad fue muy duro. Cuando veía a sus familiares tristes, le invadía la culpa.

«Comía y las lágrimas me caían al plato. Dejé de beber agua para ver si se me secaban», recuerda. Fue en la Asociación Española contra el Cáncer donde le dieron herramientas para sobrellevar la enfermedad. «Ahora estoy tranquila. Disfruto más las cosas. Creo que me tenía que pasar esto para darme cuenta de lo que es la vida», dice tras liberar su mochila de todo lo accesorio.

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Diagnóstico a temprana edad

Carolina Santana ha recorrido ese camino muy pronto. En 2010, con solo 24 años, recibió el diagnóstico. A día de hoy, con 39 años y dos niñas, encara una metástasis con el propósito de mantener su calidad de vida. «Ahora me están tratando con un ensayo clínico. Los resultados son estupendos, aunque los efectos secundarios son muy negativos. No se pueden expresar y nadie lo puede entender. No es un dolor de cabeza», dice sobre la niebla mental que la envuelve tras la quimioterapia.

A Jéssica Negrín la enfermedad y las facturas la pusieron entre la espada y la pared. «Es muy duro tener que plantearte volver al trabajo cuando sabes que ni física ni psicológicamente estás preparada porque, económicamente, no te queda más remedio», relata sobre un problema al que se enfrentan las enfermas.

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Coraje de madre

El reto de Aroa Rico, diagnosticada a los 33 años, fue enfrentarse a una mastectomía. A los efectos secundarios físicos se sumaron otros más invisibles. Sacó ganas de vivir «por lo que tenía, y no por lo que podría tener. Mi hija fue mi mayor fuerza», dice.

También Sherezade García vivió un trance parecido. Tras la enfermedad, le cuesta reconocerse. Ya no puede corretear con su hijo de nueve años, le duelen las articulaciones. «Lo de menos es que se te caiga el pelo. Lo peor es que dices: no estoy bien», confiesa.

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Para sobrellevar la enfermedad, el afecto de parientes y amigos es esencial. Wafa Hayde Abou Saadh no tenía en Fuerteventura una red de apoyo. Había dejado en Venezuela a su marido e hijo. Estaba en la isla para un bautizo cuando le diagnosticaron cáncer de mama. Decidió tratárselo y añorar a los suyos. El dolor casi le hace tirar la toalla. Dice que sigue viva gracias al apoyo que recibió de la AECC y de los buenos cristianos.

«El 24% de los diagnósticos se da en mujeres de menos de 50 años»

La incidencia del cáncer no para de aumentar. El año pasado, en Canarias se registraron un total de 12.688 nuevos casos: 7.306 en hombres y 5.382 en mujeres, según los datos recopilados por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

El tumor más frecuente en el archipiélago es el colorrectal, con 1.754 nuevos diagnósticos, seguido de cerca por el de mama, detectado en 2024 en 1.638 personas, todas mujeres. De ellas, 423 tenían como máximo 49 años. «Un 24% de los nuevos diagnósticos corresponde a mujeres de menos de 50 años», señaló este miércoles el presidente de la Asociación Española contra el Cáncer en Las Palmas, Pedro Lara.

Esta realidad ya está siendo contemplada por los gestores sanitarios, obligados a rebajar la edad mínima de los cribados de cáncer de mama, indicados para mujeres de entre 50 y 69 años, con el objetivo de detectar de forma precoz los tumores en pacientes cada vez más jóvenes.

«La necesidad de incrementar ese diagnóstico precoz a partir de los 40 años y prolongarlo en su edad máxima es un asunto que está sobre las mesas de todos los consejeros de Sanidad en España», señaló Lara, quien confía en que pronto se adopten medidas en este sentido.

La suerte es que sus expectativas de curación y supervivencia son muy altas. Por ello, cada vez es más urgente atender «las necesidades emocionales, laborales, familiares e incluso afectivas de estas personas», sostuvo el oncólogo.

«Tenemos que tener en cuenta que el cáncer de mama, hoy en día, en un estadio intermedio o avanzado, se cura en un 85%, y diagnosticado en un estadio precoz, que son la mayoría, se resuelve en un 95%. Por lo tanto, la curación biológica del cáncer de mama no es un gran problema; el problema es la curación emocional y el impacto que supone la enfermedad en distintas esferas de la vida», recalcó el médico.

El sedentarismo, la obesidad, el hecho de no haber tenido hijos o tener antecedentes familiares de esta patología son algunos de los factores de riesgo para desarrollar este tumor.

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