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Imagen del acusado durante el juicio celebrado este lunes. COBER

El hombre que mató a su ex: «Yo la quería, soy un asesino cobarde, lo siento mucho»

Tribunales ·

El procesado se enfrenta a 22 años de cárcel, si bien su defensa pide cinco años por entender que se trató de un homicidio

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 9 de enero 2023

José Marcial P.A., que se enfrenta a 22 años de cárcel por asesinato –según el fiscal– mientras su defensa pide cinco al entender que se trató de un homicidio, reconoció los hechos en el juicio y declaró que «la quería, soy un asesino, un cobarde, lo siento mucho», expuso entre lágrimas.

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En la primera sesión de esta vista ante el Tribunal del Jurado que celebra la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, el acusado –conocido por Pepe– narró cómo acabó con la vida de su exesposa, con la que vivía en la calle isletera de La Naval y de la que era su cuidador al sufrir la víctima un deterioro cognitivo moderado severo, estar diagnosticada de demencia mixta orgánica por consumo de alcohol y deterioro cortical tipo Alzheimer.

La letrada Dara Lorenzo defendió que su cliente cometió un homicidio ya que acabó con la vida de su ex sin alevosía. Cober

«Al tiempo de separamos me llamaron y comunicaron que vivía en la indigencia. Por eso la traje y la metí en una residencia en Ojos de Garza y la iba a visitar en guagua todos los días, pero al tiempo vi cosas que no me gustaron y me la traje a casa. Tomé una mala decisión», manifestó el acusado a preguntas del fiscal delegado de Violencia sobre la Mujer, Jesús Lomba.

«Cuando la llevé de nuevo a mi casa seguía con una conducta difícil, la llevé mil veces a urgencias, pero no mejoraba y yo salía a la calle o me iba a la otra habitación para poder llevar el día a día. No pedí ayuda porque pensé que podía con todo, pero la situación me desbordada y la tercera semana del confinamiento no tuve solución», narró.

El 4 de abril de 2020, el acusado dijo que la víctima al mediodía empezó a decirle que esa no era su casa. «Yo le decía que sí, que era su ropa y sus cortinas pero ella insistía en que no era. Por eso, le dije que si quería salir, que lo hiciera y se fue a la calle. A los minutos empezó a gritar desde el portal 'Pepe, Pepe' y la vecina le abrió la puerta. Entró y tomamos café tranquilos. Por la noche, cenó, se tomó la pastilla y se acostó, aunque a las dos y media de la madrugada se despertó y le di unas galletas y caramelos para que se calmara», dijo.

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Minutos después, según su testimonio, la mujer «empezó a abrir y cerrar los cajones, a hacer ruidos con la boca como todos los días y le dije que se tranquilizara, pero no lo hizo, por lo que la agarré por el cuello y le grité que por favor, que parara».

Pasaron las horas y cuando el acusado estaba acostado en posición fetal «porque no podía con los ruidos», a las 6.30 de la mañana, algo se le «metió en la cabeza», declaró. «Me decía a mí mismo, 'tienes que hacerlo, tengo que hacerlo'. Por ello, la agarré por el cuello, la apreté, ella se defendió como pudo, cogí instintivamente la almohada que había allí y se la puse en la boca. ¿Sabe qué me dijo?», preguntó al fiscal, «'Pepe, te quiero'. Ya no pude parar, no pude parar. De inmediato la puse en la cama y llamé a la policía», relató entre sollozos:«Es que me emociono cuando la nombro», contó.

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Imagen de la vista oral. Cober

A Pepe «las tres semanas de confinamiento» le «afectaron mucho, mucho, mucho. No veía la salida. Intentaba pasar los días, aguantar como podía y no pedí ayuda a nadie. Incluso, unos días antes pensé que como esto siguiera así, no podría hacer nada, ni llevarla a una residencia ni a urgencias porque estábamos confinados. Se me pasó por la cabeza hacer algo como lo que hice después, pero no fue premeditado, me quité el bien más preciado que tenía, lo siento mucho. Yo no la odiaba ni abusaba de ella, yo la quería, soy un asesino cobarde, no puedo decir otra cosa».

«En mi vida hice un mataleón, yo lo vi en la tele y lo hice. Como no lo conseguí y no quería que sufriera y fuera más rápido, cogí la almohada con un ataque a traición, cobarde. Una vez fallecida llamé a la policía. Ella estaba sobre la cama, le subí los pies, le junté las manos y le cerré los ojos. Encarnación fue la mujer de mi vida», insistió el acusado.

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«No había quien la dominara»

José Marcial P.A. negó que tuviera sentimientos de superioridad y dominación sobre su exmujer, como sostienen el fiscal y la acusación que ejerce el Instituto Canario de Igualdad. De acuerdo con su versión, a Encarnación «no había quién la dominara» porque tenía «mucho carácter, era extraordinaria». Además, indicó que tras acabar con la vida de su exmujer bajó al portal de la casa y llamó por teléfono a la Policía y reconoció su crimen.

«Mire, acabo de matar a mi mujer, la asfixié... porque es una persona que está... ansiosa, tiene enfermedad ansiosa y no he podido más ya, está toda la noche ansiosa y ansiosa y no podía más ya», recoge la transcripción de la conversación telefónica que figura en el escrito de acusación.

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El juicio proseguirá este martes con la declaración de los testigos y los policías que participaron en esta investigación.

El fiscal Jesús Lomba considera que el ataque fue un asesinato. COber

¿Asesinato u homicidio? Esa es la discusión jurídica

Después de que el acusado reconociese los hechos, la discusión jurídica está en si los mismos fueron asesinato, como cree el fiscal y acción popular, u homicidio, como interesa la defensa. El fiscal Jesús Lomba interesa la imposición de 22 años de cárcel por entender que se trata de un asesinato ya que obró con alevosía, concurriendo las circunstancias agravantes de parentesco y de superioridad de género y la atenuante de confesión, una tesis similar al de la letrada del Instituto Canario de la Mujer, Inmaculada Quevedo. Por su parte, la abogada de la defensa, Dara Lorenzo, califica los hechos como un homicidio con las atenuantes de confesión y arrebato u obcecación, descartando la existencia de alevosía.

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