Acto contra la trata de personas celebrado en Madrid. Efe

La explotación sexual en España: mujeres latinas, redes pequeñas y en pisos

Los traficantes tratan que las víctimas contraigan una deuda con ellos, que suelen prolongar artificialmente bajo falsos pretextos

Efe

Madrid

Sábado, 2 de agosto 2025, 21:08

El perfil de las personas víctimas de trata de explotación sexual en España suele seguir un mismo patrón: mujer originaria de Sudamérica que viaja con falsas expectativas de empleo por parte de redes criminales, generalmente pequeñas, que las fuerzan a prostituirse en domicilios particulares, dificultando así la labor de los investigadores.

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Según explica el jefe de la Brigada Central de Trata de Seres Humanos de la Policía Nacional, Fernando Guerrero, este es el perfil con el que más se encuentran en el ámbito de la trata de personas, si bien precisa que se trata de un fenómeno «muy evolutivo».

En su inmensa mayoría las víctimas proceden de países de habla hispana, sobre todo Colombia, Venezuela, Paraguay, Brasil y República Dominicana. También hay una «influencia importante» de la trata de mujeres del continente asiático, en concreto China.

De acuerdo a los datos del Ministerio del Interior, el año pasado los agentes realizaron 89 atestados contra organizaciones criminales especializadas, en los que identificaron a 237 víctimas de trata y a 281 autores de este tipo delictivo.

En el marco del Día Mundial Contra la Trata de Personas, que se conmemoró el 30 de julio, la brigada policial especializada en luchar contra esta lacra hizo balance de la situación actual en España, un «fenómeno importante» en un país que, en muchas ocasiones, es un lugar de tránsito para las víctimas, que son desplazadas a otros territorios de Europa.

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Es habitual que la explotación sexual se realice en domicilios particulares, lo que dificulta el trabajo de los investigadores al estar protegidos por la legislación. Además, esta explotación sexual se lleva a cabo por organizaciones pequeñas que necesitan «poco personal» gracias a los medios «online» de los que disponen para la captación de potenciales víctimas.

Normalmente, los traficantes tratan que las víctimas contraigan una deuda con ellos, que suelen prolongar artificialmente bajo falsos pretextos, como tener una conducta «inadecuada». Más allá de la deuda, también es habitual que recurran a la violencia física y psíquica para lograr retener a las víctimas en estos pisos.

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El valor de los testimonios

En ocasiones, los agentes de la Policía Nacional comienzan la investigación gracias a las denuncias de las propias víctimas, como fue el caso del operativo contra una organización criminal que operaba en Cádiz y en la Región de Murcia, que arrancó con la declaración de una mujer que logró escapar.

La bautizada como 'Operación Lagarto' se saldó con nueve detenidos y tres víctimas liberadas, que eran prostituidas en pisos particulares. Las víctimas fueron engañadas en este caso bajo falsas promesas de un empleo en los cuidados sanitarios a personas con discapacidad.

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Cuando llegaron a España, se encontraron con una trama de explotación sexual en domicilios con condiciones insalubres en los que, además, les suministraban sustancias estupefacientes de obligado consumo.

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