«Tener una mentora es una ayuda con la que contar»
eDUCACIÓN ·
La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria puso este año en marcha el programa de mentoría para acompañar a alumnado recién matriculado. Claudia, como 'guía', y Rita, como estudiante, cuentan su experienciaLUISA DEL ROSARIO GONZÁLEZ
Lunes, 12 de diciembre 2022, 00:00
El 39,16% del alumnado de nuevo ingreso en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), lo que representa a 1.594 estudiantes, se apuntaron este año a una iniciativa que puso en marcha por primera vez este curso la institución, el programa de mentoría. A él también se apuntaron otros 410 alumnos y alumnas de cursos superiores, como mentores. Claudia Ramírez Antúnez es una de estas estudiantes. Hace su segundo año de Traducción e Interpretación, en el campus del Obelisco, el mismo al que acude desde el pasado octubre Rita Artiles Guerra. Ella también se decidió por Traducción e Interpretación tras la EBAU. Cuando hizo su matrícula le entregaron un folleto explicando el proyecto de mentoría, lo habló con su madre y se apuntó. Claudia es la mentora de Rita, que también acompaña en su primer año universitario a una segunda estudiante, Sofía.
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«Vinieron a clase a explicar el proyecto de mentor. Nos dijeron que era un programa de guía, para ayudara nuevo alumnado. Mis amigas estaban interesadas y por eso seguí la presentación. Yo no estaba muy convencida, la verdad, pero al final me apunté y mis amigas no», explica Claudia Ramírez.
La idea se fraguó el pasado curso. En marzo presentó el vicerrector de Estudiantes, Alumni y Empleabilidad, David Sánchez, el reglamento en el Consejo de Gobierno y explicaba que la idea era ayudar a la integración en la vida universitaria de quienes se matriculan por primera vez en la ULPGC. Se trata de un «programa de orientación y apoyo entre estudiantes universitarios, basado en la mentoría entre iguales», dijo Sánchez. Las estimaciones eran involucrar a unos 500 voluntarios y voluntarias de cursos superiores. Algo similar estaba funcionando ya en la Escuela de Telecomunicaciones de la ULPGC con bastante éxito y Sánchez proponía extenderlo a todas las facultades.
Claudia tuvo que seguir una especie de cursillo o taller, explica, para pasar la prueba y que fuera considerada apta como mentora. Además, siempre cuenta con la ayuda de un o una docente que hace las veces de tutor y que a su vez solventa las dudas que tengan quienes mentorizan.
«La idea es que se integren bien. A veces llegas del instituto a la universidad o una facultad y se sienten solos. Nuestra labor es acompañarlos, enseñarles la zona y ayudarles en lo que tengan dudas», abunda Claudia.
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Rita (18 años) estudió en el Isabel de España, un instituto pegado al campus del Obelisco, así que no ha sufrido un cambio de ambiente, pero sí pone en valor la ayuda de Claudia. Acostumbrada, explica, a tener ayuda de sus padres para hacer las distintas gestiones del instituto entendió que contar con alguien en la universidad le iba a beneficiar. «Tener una mentora es una ayuda con la que contar», afirma. «Si tengo dudas sobre cómo se gestiona algo o donde buscar algo está Claudia», abunda.
Claudia, a su vez, añade que ella no lo sabe «todo», pero al contar con tutores se siente más segura.
Cuando le dijeron que sería mentora de Rita y de Sofía lo primero que hizo fue enviarles un correo para quedar con ellas. «Quería que nos conociéramos y que todo fuera menos formal», dice. Desde el principio «conectaron», y ya son «como amigas». Ahora cuando tienen un problema o una duda se escriben por WhatsApp o simplemente quedan en algún punto de la facultad o del campus.
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Ambas reconocen que a veces el cambio entre el instituto y la universidad puede afectar al alumnado. «Cuando yo entré en primero éramos 50 personas, pero en segundo solo 30», dice Claudia.
Evitar el abandono el primer año
Precisamente la ULPGC -también la Universidad de La Laguna (ULL)- tienen tasas de abandono temprano muy altas. El 21,9% del estudiantado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el 21,6% del alumnado de La Laguna abandona los estudios en el primer año de carrera, uno de cada cinco. Y el programa de mentoría es una herramienta para lograr reducir esas tasas con el asesoramiento y acompañamiento del alumnado.
Para Claudia ser mentora también es una forma de «conocer a gente» nueva, es «una experiencia», asegura. También el hecho de que al participar en el programa los mentores obtengan dos créditos de libre configuración ayuda, reconoce, pero no es lo más importante. También hacen talleres para quienes mentorizan, cursillos de liderazgo
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Saber cosas del programa Erasmus es lo que más pregunta el alumnado a sus mentores, dice Claudia. Eso y asuntos de «papeleo» que tienen que resolver. Desde la pandemia casi todo se hace de forma telemática y a veces no todo está claro, señalan.
Entre siete y ocho estudiantes por mentor
La Facultad de Economía, Empresa y Turismo es la que cuenta con más alumnado mentorizado, 541 en total. De ellos se ocupan 72 estudiantes de cursos superiores, entre siete y ocho alumnos por cada mentor o mentora. Y al contrario, la Facultad de Ciencias Jurídicas es la escuela en la que más alumnado se apuntó como voluntario para mentorizar, 79. En esta facultad hay 140 estudiantes de nuevo ingresos apuntados al programa de mentoría.
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En Traducción e Interpretación hay 91 estudiantes mentorizados, y con Claudia son 29 los alumnos y alumnas que ayudan al estudiantado de nuevo ingreso a adaptarse a la vida universitaria.
La iniciativa también funciona en Ciencias de la Salud en Lanzarote, donde hay ocho estudiantes mentorizados y dos mentores, y en Ciencias de la Salud de Fuerteventura, donde coincide el número de alumnado mentorizado, ocho, aunque hay más estudiantes mentores, cinco.
En general la media es de entre cuatro y cinco estudiantes por mentor o mentora, aunque Claudia asegura que en uno de los talleres conoció a un compañero que guiaba a 14 estudiantes. «Eso sí que puede ser una locura», comenta entre risas.
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Tanto Rita como Claudia aseguran que la experiencia vale la pena. Rita recomendaría al nuevo alumnado que participe en este programa porque se sentirán más arropados en un nuevo entorno. Claudia lo recomienda porque es «agradable ayudar a otro alumnado» y aportar «la experiencia de haber pasado por lo mismo».
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