Los árboles, el bosque y el pino de Pilancones del PSOE
impacto en la precampaña ·
El PSOE canario parece centrado en salvar a Torres del fuego pero a nivel nacional el incendio es colosalMientras en las filas socialistas canarias llevan tres días leyendo los miles de folios que ya se conocen de la instrucción de una de las piezas del caso Mediador solo con la intención de ver si aparece el nombre de Ángel Víctor Torres para, en caso contrario, sentenciar que no hay motivo de preocupación, a nivel nacional el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez ven cómo el deterioro de la imagen adquiere dimensiones de incendio de tamaño colosal.
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Lo resumía gráficamente esta semana en Tenerife un socialista con varios quinquenios de experiencia: «No hay partido ni estrategia que puedan contrarrestar la imagen de un tipo sin camisa, en una habitación de hotel y con una prostituta con el brazo por encima».
Así parece. En Madrid la secuencia gráfica y el relato de detalles de la investigación judicial han caído como un regalo de dioses en un ambiente mediático claramente hostil al PSOE. A fin de cuentas, el caso lo tiene todo: presunta corrupción; fotos; vídeos; un director general tirado literalmente sobre una mesa para captar lo que no es precisamente el olor de la formica; el diputado descamisado que dice que no va a clubes de alterne, pero que intercambia mensajes por Whatsapp cuando le mandan fotos con «un catálogo de meretrices» [la literatura de algunos pasajes policiales es impagable] y que incluso discute si esta o aquella ya la conocía de una juerga anterior... y un general preocupado por el complemento de su jubilación por la vía de varios paganinis privados y emperrado en que su «chocho volador» sea contratada a razón de 3.000 euros netos al mes.
Navarro tiene algo de «mono con escopeta» pero va afinando el tiro. Ya habla de que se debía saber lo que hacía...
Con todo eso, da la sensación de que el PSOE canario está más preocupado por ver algún árbol que el mismo bosque que ha florecido en este «iceberg» de presuntas corruptelas. Hasta hace diez días, los socialistas estaban convencidos de que podían hacer historia con 28 o 30 diputados en las elecciones de mayo y que esa victoria se afianzaría en la figura de Ángel Víctor Torres. Por eso, cuando el 14 de febrero estalla el caso y cuando Marco Antonio Navarro dice que el presidente estaba al tanto, los nervios se desatan.
Pero en lugar de centrar la mirada en el bosque de supuestas corruptelas, se obsesionan con salvaguardar del incendio su árbol de referencia: Torres. Se convierte para el PSOE y para el equipo presidencial en una especie de pino de Pilancones que no puede ser devorado por el fuego.
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La estrategia pasa entonces por desacreditar al intermediario y sacar a relucir sus antecedentes penales. Sucede que precisamente si estalla el caso es por eso: Marco Antonio Navarro sabe lo que es estar entre rejas y cuando se ve denunciado por Ángel Luis Pérez, entonces director de Deportes del Cabildo, pasa un par de días en un calabozo y tiene claro que, si colabora, igual minimiza una condena que, como ha dicho, asume. Por eso entregó sus móviles y por eso ahora ya le da todo igual.
En ese empeño en no querer ver el bosque, los socialistas caen en su propia trampa: el martes insistían en que Navarro era un lenguaraz sin fundamento y ayer magnificaban lo que había dicho sobre Manuel Domínguez.
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Como pollos sin cabeza, obvian un detalle: Navarro puede tener algo de «mono con escopeta», como dijo Nayra Alemán, portavoz socialista, pero poco a poco ha ido centrando el tiro. Ahora ya habla de que Torres debía estar al tanto de sus gestiones en la Dirección General de Ganadería. Lo dice con conocimiento de causa y de eso, al menos, parece que atesora pruebas.
De lo que no hay duda es de la existencia del bosque: son los miles de mensajes, fotos y grabaciones que guardó en sus dos teléfonos móviles y que han sido escrutados durante meses por la Policía Nacional, con informes periódicos a la jueza instructora.
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Los socialistas, además, siguen sin hablar de qué sucedió en el Cabildo de Tenerife. A finales de enero de este año el director de Deportes se marchó por «motivos personales», pero apenas se ofreció detalle alguno. Sus mensajes con Navarro y dos decisiones judiciales dejan a Ángel Luis Pérez totalmente desautorizado. La pregunta es obvia: ¿hubo favores desde el Cabildo a cambio de los cargos en la cuenta de Pérez? De nuevo, el silencio.
El asunto se abordará en pleno a mitad de mes. Para entonces, a ver por dónde va el incendio.
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