"Viene una temporada espectacular"
En el Muelle Deportivo ya hay bullicio y trajín. Huele a competición, se ultiman detalles, todos miran al agua encendidos. A poco más de un mes para el inicio de la temporada, según los cálculos, los botes esperan su turno. Y las previsiones para lo que viene son inmejorables.
Un sondeo entre algunos de los que van a ser protagonistas aventura un calendario plagado de emociones fuertes. Porque, retos y objetivos al margen, la coincidencia es plena a la hora de augurar pegas disputadísimas que harán afición. CANARIAS7 reunió a Abimael Hidalgo, segundo patrón del Pueblo Guanche Miguel Suárez y Rafael Rodríguez, presidentes del Santa Catalina y Tomás Morales respectivamente. Sobre la mesa, las previsiones documentadas de los tres. Para recogijo de todos los amantes del deporte vernáculo, la competencia será encarnizada pese a la crisis y sus restricciones. «Se reducen los botes, pero aumenta la igualdad y las posibilidades de todos», coindicen. Desde hace tiempo se demandaba, precisamente, este condimento. Además, la novedad en el formato, con una doble vuelta a estudio, puede acentuar todavía más la paridad entre los competidores. «Los botes se han preparado bastante bien. El espectáculo está asegurado, con unos seis botes posicionados para todo. Sin el Risco y con la duda del Polivela, la competencia será enorme y creo que en cada jornada todo estará muy igualado», vaticina con rotundidad Miguel Suárez.
Asiente Rafael Rodríguez antes de tomar la palabra: «Se verán menos velas en la bahía, pero las tripulaciones van a estar más repartidas y se ganará en competencia, habrá más igualdad. Si se hace la doble vuelta sería una fórmula justa y aumentaría las opciones de todos. Las regatas serían más competidas». Competitividad, igualdad, emoción, incertidumbre... Abimael Hidalgo, la voz del Pueblo Guanche, también se pronuncia en los mismos términos cuando mira al frente: «Lo que queremos es que la afición se lo pase bien y así será. Los botes que vamos a salir tenemos todo para hacer las cosas bien y vivir una temporada llena de espectáculo, que es de lo que se trata. Luego cada uno lo hará mejor o peor de lo esperado, pero arrancaremos la temporada a tope, con muchas ganas».
No todos han iniciado ya la pretemporada, pero la actividad es incesante para no parar ya hasta la inauguración de curso. Atrás quedan los tiempos de incertidumbre en los que se llegó a temer, incluso, por el futuro de una disciplina en la que se han volcado todas las generaciones. Veteranos y jóvenes entusiastas se afanan en lustrar la tradición heredada como mejor saben. Aplicándose con dedicación, empeño y constancia para que el nuevo curso supere a los anteriores. Nada mejor para perpetuarla.
«Aquí tenemos pasión por la vela latina. De no ser por todo lo que sentimos por nuestro deporte, seguramente ahora no quedaríamos ni la mitad de los que somos. Porque son muchos sacrificios de todo tipo aunque, al final, te compense al salir al mar y ver que la tripulación disfruta», subraya Miguel, con muchos años ya a cuestas en el gremio de las pegas. No hay presidente, patrón o tripulante que sea ajeno a esas apreturas, derribadas todas a base de tenacidad e implicación.
Rafael ve en lo que viene el mejor remedio para volver a fortalecer todas las estructuras de la vela latina: «Si la competición engancha a la gente, que es lo que todos queremos, seguro que iremos recuperando apoyos de todo tipo. Trabajamos con esa ilusión. Saber que la afición va a estar detrás apoyando y que todos aportamos nuestro granito de arena para que así sea es lo que nos da fuerzas para seguir adelante».
Además de la vocación innegociable, también cuenta el deseo de disfrutar, de recoger la recompensa ya en el agua. «Al final, lo que quieres es pasarlo bien con tu equipo. Buscas ganar, pero también tener las sensaciones que buscas cuando sales ya al agua. Es lo que te empuja a seguir día a día porque, en el caso de mi bote, el Hospital La Paloma Pueblo Guanche, todavía no hemos empezado los entrenamientos. Pero las ganas que tennemos de comenzar ya son enormes. La espera se hace larga», confiesa Abimael.
Todos se retan para lo que está a punto de comenzar. En plena cuenta atrás, Santa Catalina, Tomás Morales y Pueblo Guanche mantienen su agenda frenética. Como el resto de tripulaciones, con todo por estrenar, exhiben propósitos inmaculados, objetivos ambiciosos, sueños de grandeza, afán de superación. Todo, alrededor de la vela latina, que volverá a salir con fuerza para surcar los vientos de la bahía capitalina y con un programa lleno de atractivos. Como tiene que ser para honrar una herencia única.
