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La presidenta de la Asociación de Empresarios de la Construcción y Promoción de la provincia de Las Palmas (AECP), María de la Salud Gil, expresó el descontento de la construcción ante la «involución» que ha sufrido el sector en el periodo 2007-2022. Según Salud Gil, este retroceso ha pasado desapercibido y que pese a que se les atribuya una imagen fabricada a base de «mitos, prejuicios y estereotipos», el sector se «reinventa, evoluciona y se transforma por sí mismo y con vocación de contribuir al progreso de Canarias».
Para desmontar esos mitos, la AECP se ha basado en los datos del Producto Interior Bruto (PIB), que reflejan un claro bajón en el peso que tiene la construcción en la economía canaria. Entre 2007 y 2014, el sector redujo su presencia en más del 50%, pasando de 4.081 millones de euros a 1.884. Durante el siguiente septenio (2015-2022, el PIB se mantuvo estable con pequeñas fluctuaciones. Comparado con el año en curso, la pérdida del peso de la construcción en el PIB es de un 51%, tan solo tres décimas por encima de 2014, que es el peor año de la serie.
La presidenta de la patronal reivindicó que a pesar de ser «aliados imprescindibles del bienestar social, de la sostenibilidad y el medio ambiente, de ser extremadamente propositivos», de dar muestras «más que evidentes de ser un sector maduro y comprometido», jamás ha sido objetivo de una atención «específica y estratégica de la que sí han gozado la industria, el turismo, el sector primario, o el sector servicios».
Explicó que por lo general se les presume una «robustez que los datos desmienten» negando a la sociedad en su conjunto el «progreso y bienestar que un Pacto Estratégico de Gobernanza en materia de política de vivienda, infraestructuras, formación, transformación digital e innovación, y modernización industrial, significaría para Canarias».
En el año 2007, antes de la crisis inmobiliaria, en Canarias se construyeron 24.483 viviendas, de las cuales 1.307 fueron protegidas. En el periodo comprendido entre 2015-2022 se construyeron 15.838, de las cuales solo 476 fueron protegidas. Si se extrae solo el año más reciente del estudio que es 2022 y se compara con 2007, la reducción en la producción de vivienda alcanza el 35,5% del total y un 89% si hablamos de las viviendas de protección oficial (VPO).
Salud Gil indicó que frente a una «más que demostrada emergencia habitacional en Canarias» los datos enfatizan «una actitud que empobrece a una demanda que no para de crecer alejándola cada vez más de un bien constitucional» además de achacar la ausencia de vivienda pública a la «falta de liderazgo y de planificación» y que es preciso que los políticos «entiendan de una vez que la iniciativa privada debe participar en la gestión pública y en la construcción de vivienda pública y de protección oficial».
En cuanto a los datos de licitación pública, Canarias incurrió en caída libre entre los años 2007 y 2014, con un descenso del 71%. Entre el 2015 y el 2022 «partiendo de presupuestos exiguos», el sector se recuperó en un 61%, con la particularidad de que, tras 16 años, la cifra de licitación en 2022 siguió estando por debajo de 2007. La conclusión es que durante este periodo, «Canarias no avanzó en la ejecución y desarrollo de infraestructuras públicas de interés general», afirmó Salud Gil, que al mismo tiempo remarcó que «curiosamente», las subidas más destacadas de los indicadores de licitación coincidieron con la antesala de las elecciones autonómicas.
En términos de generación de empleo, entre los años 2007 y 2014, período de crisis económica e inmobiliaria, el número de parados aumentó un 81,6%, situándose en el 2014 con 36.878.
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