Los vínculos, la cadena perfecta y el sacrificio de la pretemporada de la UD Las Palmas
El trabajo coral y milimétrico de todos los compomentes de la expedición amarilla trasciende más allá de entrenamientos y partidos amistosos. Fruta fresca, suplementación, análisis, botas y mucho más
Que la UD Las Palmas elija Marbella no es un capricho. Las ventajas que ofrece, ya no solo en términos de tener a buenos rivales para los partidos amistosos, son múltiples. Con el hotel a cinco minutos andando del campo de fútbol del Atalaya Park, con un césped en perfectas condiciones y gimnasio con toda la maquinaria necesaria, la expedición amarilla encuentra una comodidad tremenda. Otros clubes tienen que desplazarse a las instalaciones del Marbella Football Center en guagua. Los isleños lo hacen solo para jugar sus amistosos. «Esto les da calidad de tiempo a ellos. Si acaban antes, pueden ir andando a su habitación», cuenta Rubén Fontes, delegado del equipo.
Fueron 56 los miembros de la UD desplazados a Málaga inicialmente, aunque se sumaron Amatucci y Recoba hace poco. Cabe destacar que, para poder gozar de este campo, el de la Atalaya Park, hay que ser previsores. «Tres meses antes ya estamos planificando la pretemporada. Antes de acabar la temporada, vaya», aclara Fontes. «Esto es la ley del más fuerte, debemos ser más rápidos que otros clubes para que no nos quiten el sitio», añade. La Unión Deportiva es un cliente habitual. Y de fiar. Son ya siete años los que lleva Las Palmas acudiendo a Marbella, en Málaga, para realizar sus pretemporadas. Esto otorga «cierta prioridad» a la entidad grancanaria. Hacerlo con tiempo beneficia también a la elección de los partidos amistosos.
El director deportivo Luis Helguera, junto con Marbella Football Center, es quien se encarga de elegir los amistosos. Los equipos que están en Marbella, las posibilidades horarias y los rivales que mejor convengan. «Es un trabajo de la mano. Y una vez se decide esto, ya entra la logística: cómo vamos, cómo no vamos...», dice Fontes. «Una vez Luis da el pistoletazo de salida y dice, oye, nos vamos 10 días a Marbella. Cada uno asume su rol. Yo me encargo del logístico, siempre bajo la supervisión de la dirección deportiva», continúa.
«Marbella Football Center nos mima. Pero no por nada, porque hay otros clubes que se dejan mucho más dinero aquí. El Orlando Pirates, por ejemplo, se va a pegar 28 días aquí. Pero nosotros somos habituales ya», afirma el delegado de la Unión Deportiva. «No es cuestión de dinero, es una relación personal casi. Ellos nos facilitan mucho las cosas aquí», cuenta.
Desde hace dos años, el material de trabajo no va en avión, sino en barco, dentro de un furgón. Óscar Duarte, uno de los utilleros, emprende el viaje dos días antes que el resto de la expedición, que es el responsable de este material. «Antes lo hacíamos por aire, pero es que son 700 kilos de carga, era demasiado. Corríamos el riesgo de que algo se perdiese o no llegase a tiempo», explica Rubén Fontes, delegado del club.
El presupuesto que cuesta una pretemporada, sin entrar en detalles, «no es una cantidad tan alta en comparación con el rendimiento que aporta luego al equipo». «En estos días es cuando realmente haces relación con los que vienen nuevos, con los chicos del filial, con el cuerpo técnico... A mí estos días me sirven para ver cómo al míster le gusta desarrollar la temporada. ¿Eso tiene precio? No. Cuando arranque el curso ya nos come la semana de trabajo. Este tiempo es para conocernos también. Lo podríamos hacer en Barranco Seco. Pero aquí hay una convivencia de 24 horas», pone en valor Rubén Fontes. «Es un costo ínfimo si tienes una buena pretemporada», apostilla.
Con el plan de trabajo marcado, y con dobles sesiones muchos de los días, todo empieza a rodar. Después de la cena, se mandan los horarios del día siguiente, desde el desayuno a la cena. Los primeros que desayunan siempre son los miembros del cuerpo técnico, que son los primeros en llegar para así poder preparar luego todo el trabajo de campo.
Los utilleros, «que son una parte fundamental de la pretemporada», vienen también con el cuerpo técnico. Como el número de futbolistas es amplio, se divide en dos grupos de trabajo de 15 jugadores cada uno. Primero se trabaja la parte física en el gimnasio, y ya luego saltan todos juntos al césped. En Marbella, los jugadores son más dependientes. Estando en Gran Canaria todos son más «independientes». «Aquí gestionamos nosotros un poco más el tiempo de ellos», comenta.
Una de las primeras funciones del día es la de comprar fruta fresca directamente en el mercado. Duarte se levanta temprano y va a por sandía, melón, piña y demás alimentos necesarios en la dieta de un deportista de élite. «Antes y después del entrenamiento. Nuestro nutricionista prepara lo que es toda la suplementación», indica Fontes mientras enseña a CANARIAS7 todo el cuartel general de entrenamiento del Atalaya Park, donde se ha entrenado desde el lunes 14 de julio hasta este miércoles 23 de julio (mañana se cerrará el 'stage' de Marbella en Jerez con un amistoso frente al Cádiz).
Los utilleros se encargan de que al cuerpo técnico no les falte de nada. Preparan las botas, el material de trabajo, el agua, los chalecos con la métrica... En las mejores manos está la plantilla de Las Palmas, con Óscar Duarte, King Odisei y Cristian Rodríguez, siempre pendientes de que todo esté a punto. Cada miembro del staff cumple sus funciones a las mil maravillas. La cadena perfecta que hace que la UD ruede.
«Se hace más fuerte que nunca la palabra equipo. No solo son los once titulares que salen al campo. El equipo humano que hay detrás de esos jugadores es enorme».
La rutina de trabajo
Tras el gimnasio, el césped. El famoso andamio donde se viralizó a Luis García Fernández en Marbella subido, y que tanto dio Luis Enrique, cuando era seleccionador de la selección española, «ya estaba aquí». «Es una herramienta más de trabajo que, si está, la aprovechamos. Mira, esa cámara que está sobre el trípode del andamio antes no existía. Nos da unas imágenes y unos parámetros de todo el entrenamiento que luego sirven al cuerpo técnico para cambiar y corregir cosas», relata el delegado amarillo. Otro que se ha subido es Momo. «Para los analistas esto es un regalo», indica.
Es un periodo de convivencia muy sacrificado, pero donde se hace piña. Jugadores sin aliento, piernas cargadas y una infinidad de conceptos. «Las pretemporadas sirven para que la maquinaria camine. No hay barco que navegue solo con un capitán. Aquí tenemos al capitán, que es el presidente, que sabe manejar el barco y hacia a dónde queremos ir. Pero luego cada marinero maneja su faceta. Este barco funciona así. Y con el tiempo hemos logrado que cada vez funcione más dinámico. La estructura cada vez es más profesional», concluye.
Noticias relacionadas