La UD y su plan fallido de partido: 69% de posesión para solo dos disparos entre palos
Fútbol ·
La jornada inaugural ante el Mallorca deja enseñanzas propias de la categoría y una conclusión positiva: se sumó cuando merodeó la derrotaPosesión del 69%, con picos que alcanzaron el 75% en la fase inicial de la primera mitad, para tres remates, dos entre palos, incluyendo el penalti del 1-0 (el otro, un lanzamiento lejano y tibio de Sandro sin complicaciones para el portero) que nunca inquietaron ni rompieron el plan de partido del adversario.
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La UD vivió un primer capítulo en LaLiga EA Sports 2023-24 que debe servirle de aprendizaje porque le mostró la realidad de la categoría, en la que se penalizan al máximo las concesiones y son necesarios todos los recursos, administrados convenientemente, para rentabilizar esfuerzos. El empate frente al Mallorca (1-1) supo a victoria porque las consecuencias pudieron ser mucho peores a la luz de lo que dejó el partido, con dos balones a los postes de Valles, otro paradón del meta sevillano a remate de Morlanes y varias aproximaciones de peligro del conjunto balear, que terminó imponiendo su libreto: en clara progresión, primero con transiciones directas y, ya luego con Darder en el campo, control absoluto con más iniciativa.
De principio a fin generó peligro el Mallorca y, por momentos, sometió a la UD aunque, felizmente para los intereses propios, el 1-2 que tanto se temió jamás llegó.
Pimienta sabía lo que le haría Aguirre, pero no pudo contrarrestar las trampas del mexicano, lo que explica el rendimiento de sus futbolistas, de más a menos pero siempre atascados en los tres cuartos de campo. La tripleta ofensiva que salió de inicio (Sandro-Viera-Marc Cardona) permitió vivir con comodidad a los centrales bermellones y únicamente las caídas a banda de Sandro como falso interior dejaron acciones reseñables.
Así llegó el penalti, sin ir más lejos, y de la misma manera, también, se hizo sitio el delantero grancanario para tratar de armar el remate, aunque negado pese a su insistencia. A diferencia del Mallorca, las sustituciones no se tradujeron en impulso para la UD, que terminó hundida en su área y con un latifundio por delante antes de acercarse a los dominios de Rajkovic.
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Cambio de rol
Fue la paradoja de una tarde que empezó de manera muy diferente, con mando y energía y hasta con el premio del 1-0, y luego se desarrolló con un perfil más sumiso, sin plan alternativo para neutralizar la crecida del contrario.
Por si fuera poco, Pimienta, que no agotó los cambios, recurrió a Munir y Mfulu entre sus elegidos para refrescar al grupo con el partido en el alambre. Ambos, según ha reconocido, no están en su mejor condición física para competir y, tal y como transcurría el choque, sorprendió esta apuesta por delante de hombres como Pejiño, Benito, Herrera o Curbelo, quienes, independientemente de sus características, se quedaron sin minutos y sí tenían suficiente carga de trabajo en las piernas tras completar la pretemporada con normalidad.
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«Estoy contento con la respuesta de mis jugadores», opinó el preparador catalán a la conclusión del partido, elogio compartido por el capitán, Jonathan Viera, quien aprobó la actuación del equipo considerando que tiene margen de progresión.
En efecto, la UD no es la que se vio el sábado y hay recorrido por delante para aplicar las correcciones que son pertinentes. Lo mejor de todo vino con la lección de supervivencia en un partido que se pudo perder y en el que se mantuvo el empate como mal menor.
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Buen punto de arranque para mirar al frente y, desde la autocrítica, madurar y seguir encajando piezas. El pegamento más efectivo son los resultados y la UD ha iniciado el camino sumando, lo que cobra más valor con el paso de las horas tras el partido porque el casillero bien que se pudo quedar vacío. Pese al día de contrastes y final con apuros y respiraciones contenidas, en Barranco Seco todos ven el vaso medio lleno.
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