La paradoja de la UD: ataque total para otra exhibición de impotencia

En la lamentada derrota frente al Oviedo, el enésimo querer y no poder de la UD ante un rival ultradefensivo, se dio una paradoja que ahonda más en la frustración ahora instalada en el equipo: no hubo gol pese al despliegue masivo de jugadores de ataque. Parece imposible en un elenco en el que figuraron Viera, Pejiño, Marc Cardona, Moleiro, Loren, Álvaro Jiménez o Sandro, jugadores de perfil orientado al área contraria y que contaron, además, con el empuje de relevos como Marvin, insertado en la segunda mitad como interior.

Toda la artillería sobre el césped para que Braat, meta del Oviedo, solo tuviera un par de sustos, con los dos largueros a latigazos de Sergi Cardona y Moleiro, además de adornarse con alguna que otra parada sin más sofisticación.

García Pimienta optó, tras agotar los cambios, por la acumulación de hombres de tres cuartos en adelante convirtiendo cada ataque de a UD en una cuestión masiva. Por la derecha, Marvin y Pejiño, por la izquierda percutían Cardona y Moleiro, en el eje se insertaron Loren y Sandro y, como enganches, Viera y Kaptoum. Ataque total en el que faltó orden y concierto y que desveló, al margen de puntuales infortunios, que faltó un plan para el abordaje efectivo.

No es la primera vez, tampoco, que se da un gatillazo de este tipo, con un vuelco ofensivo multitudinario que no se traduce en hechos.

La visita al Andorra, a comienzos de marzo, y con un jugador más durante todo el choque por la temprana expulsión de un adversario, tampoco encontró los caminos del gol la UD, por no hablar de los recientes derrapes en casa frente al Málaga o Sporting, enemigos del corte del Oviedo que maximizaron sus vigilancias atrás para neutralizar el asedio isleño. «Es un poco similar a cuando un rival se queda con diez, metiéndose todos atrás. Tenemos que dar la vuelta porque este tipo de partidos no debemos perderlo. Ellos llegaron una vez y la han metido», recordaba el técnico a propósito de lo ocurrido y de precedentes con paralelismos.

En el ánalisis interno de cuerpo técnico y dirigencia que se ha hecho de los sucedido frente al Oviedo predomina la perplejidad. Un 76,9% de posesión y 17 remates evidencian un dominio insistente y de principio a fin, más acentuado tras el 0-1. Se entendió como un accidente, inoportuno del todo, pero que marca un camino a seguir mejorando la faceta finalizadora. «Con ese dominio de balón y tantos disparos se ganan nueve de cada diez partidos», aseguran desde el club para no dramatizar más allá de los efectos de la derrota. «Seguimos dependiendo de nosotros mismos para el ascenso directo y eso es lo más importante», insisten.

Pimienta mantiene su hoja de estilo («tenemos un perfil de futbolistas que tienen una manera de entender el juego») y, de cara a lo que viene, continuará con el plan de partido que no negocia y en el que la iniciativa y la pelota corren del lado propio. En lo que sí tiene deberes es en afinar los automatismos arriba. Admitió que «faltó velocidad y calidad por dentro» en su análisis del encuentro y puso en valor la insistencia de los futbolistas (»no fue un problema de actitud»).

La UD es uno de los equipos más goleadores de la categoría con 41 tantos en 35 jornadas y solo en diez ocasiones no vio portería. No se trata de un problema crónico, como acreditan los datos. «Debemos seguir, quedan siete partidos. Tenemos que ir a Granada a ganar», recetó Viera. Pues eso.

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