Una delantera apagada en la que Sandro debe destellar ya

Corren buenos tiempos en la UD a pesar de los lunares propios del propio transcurrir de la competición. Diez puntos por encima del Celta, conjunto que marca la frontera con el descenso a Segunda División, y en mitad de tabla, ahora recibirá a un Getafe al que, de tumbar en el Gran Canaria -viernes a las 20.00 horas-, le pasaría en la clasificación. Aun así, todo es mejorable y García Pimienta sabe que el equipo todavía puede dar más. Sobre todo de cara a portería, donde no hay ningún delantero inspirado.

De momento, entre sus cinco arietes apenas suman cuatro pobres goles. Munir, indiscutible para el técnico y llamado a marcar las diferencias, en 14 encuentros solo ha marcado un tanto. Sory Kaba, por el que se hizo un esfuerzo económico tremebundo, solo ha besado la red en una ocasión. Marc Cardona, desterrado y solo llamado al ocaso en situaciones de urgencia, es el pichichi de los puntas amarillos, con dos mordiscos a la meta rival. Ni Cristian Herrera ni Sandro se han estrenado siquiera. El primero cuenta poco y cuando lo llama el entrenador es para caer a la banda. Ramírez, por su parte, se perdió más de dos meses de competición, pero debe ser el emblema arriba del conjunto isleño.

Mejorar esta estadística se antoja capital para continuar creciendo en la máxima categoría del fútbol español, donde nadie regala nada y, a buen seguro, llegarán curvas. De momento le está bastando a Las Palmas para seguir sobreviviendo y sacando puntos. La escasa pegada la sobrepone con seguridad defensiva y un Álvaro Valles felino y estelar, que sostiene siempre en el alambre a los amarillos.

Cabe destacar que solo el Cádiz, con diez tantos, ha marcado menos que la Unión Deportiva en lo que va de Primera División. Los amarillos han transformado once dianas, pero se espera que contra el Getafe siga creciendo la suma. Será en un choque abrupto de estilos. El día y la noche. El brillo y la oscuridad. Y, en esas, debería destellar ya un Sandro Ramírez que aprovechó bien los minutos frente al Real Betis Balompié en el Benito Villamarín y que, sin duda, oposita al once titular contra los de Bordalás.

Probablemente Pimienta mantenga a Munir, su debilidad, como punta de ataque, aunque el mandamás del banquillo incluso medita más músculo para pegarse con una retaguardia azulona que no libera prisioneros. Ahí Sory Kaba está como opción. Alberto Moleiro, pegado a la izquierda pero con libertad para bailar y ser feliz cuando suene su canción, como cuando en el sur estalla la música, tiene garantizada la titularidad. Y ahí es donde nacen ciertas dudas. Porque Sandro pide a gritos recuperar su sitio. Se caería Marvin.

A Sandro le bastó media hora en Sevilla para recuperar sensaciones, demostrar que es un futbolista diferencial y que puede ser la solución a la sequía arriba. Todo eso pese a que aún no ha sido capaz de marcar un gol que ansía con rabia. Desea pegar ese grito de liberación. Sacudirse esa angustia. Todo llega. En la pena se fabrica la ilusión. Solo ha podido ayudar en cinco encuentros este curso el punta isleño, que se ha perdido ya nueve encuentros. Ante el Betis (1-0) probó fortuna desde lejos, topándose con una gran intervención de Fran Vieites y también regaló un caramelo a Munir para que, inexplicablemente, la mandara fuera con todo a placer. Dos ocasiones creó Ramírez con dos chispazos. Y ahora quiere rugir.

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