Surrealismo desde el presente y para el pasado
El largometraje de la argentina Amparo Aguilar no tiene término medio. Genera entusiasmo o se aborrece
Que vivimos en un mundo cada vez más surrealista es una evidencia. La deriva que lleva el ser humano resulta cada vez más difícil de asimilar y desde los preceptos surrealistas, quizás, sea la única manera de asumir lo que nos rodea. Esa ha sido la fórmula que ha utilizado la cineasta Amparo Aguilar para ahondar en el pasado de su propia familia para plasmarlo en 'La tara', el largometraje que este sábado se estrena en el marco de la sección Canarias Cinema de la 22ª edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.
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'La tara' es puro surrealismo. Se mire por donde se mire. Desde el punto de partida hasta el desarrollo. Presenta un cóctel que no tiene término medio. Habrá espectadores que se lo pasen en grande con el despliegue de frescura y situaciones esperpénticas y paródicas. Y habrá otros para los que los 72 minutos de su metraje se les atragantarán, ya que no le encontrarán el menor sentido. Aunque sí que el filme lo tiene. A su manera, pero lo tiene.
Parte la película de un hallazgo en el seno de la familia Aguilar. La protagonista y directora se topa en una caja de película de 35 milímetros con el audio de 'Tararira: la bohemia de hoy', de Benjamín Fondane (1936), que está considerada como la única película surrealista argentina, aunque nunca llegó se estrenó. Desde ese momento, la propia cineasta y sus hermanos comienzan a revivir la historia del prestigioso Cuarteto Aguilar, que protagonizaba aquel filme, con un viaje en el tiempo en el que reviven episodios como los de la Guerra Civil española y el exilio republicano. Lo hacen con recreaciones de andar por casa y con humor.
El filme figura en Canarias Cinema ya que está producido por la empresa isleña Tourmalet Films y la argentina Ah! Cin.
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