Con las playas vacías y los barrancos llenos
'Hermine' anega la comarca sur. La borrasca postropical dejó mucha agua en la cara más seca de la isla, sin grandes incidencias, salvo en Mogán, donde un derrumbe dañó a dos vehículos. Tanta lluvia alegró al campo, pero enmudeció al turista
Un domingo de septiembre en Mogán o Maspalomas, pero también en Arinaga, El Burrero o Pozo Izquierdo, en condiciones normales, es un día de playa. Sin embargo, 'Hermine' lo trastocó todo en los municipios del sur y del sureste. Les vació las playas y les llenó los barrancos. Y lo hizo sin causar graves daños, salvo en Mogán, donde un derrumbe en la calle Roque del Este, en Puerto Rico, casi acabando el día, destrozó un coche y afectó a una moto.
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El resto de las incidencias fue menor, aunque es verdad que tuvieron a los efectivos de emergencias del tingo al tango, cerrando carreteras y calles, achicando agua o retirando árboles, pero nada como para dejarles un borrón grave en el recuerdo. Por fortuna, no hubo daños personales.
Los pronósticos advertían de que esta depresión reconvertida en borrasca le iba a poner especial cariño a la zona que va desde Ingenio a Mogán y no se equivocaron. 'Hermine' se resarció en unas horas de tantos años de pertinaz sequía y regó sus tierras con una lluvia por momentos serena, por otros intensa, pero casi siempre persistente, un punto obsesiva.
Alegró los campos, hizo correr barrancos y canales, desde el que baja desde San Fernando a Maspalomas al cauce de Guayadeque o el que muere en El Burrero, y logró también que los riscos más escarpados volvieran a llorar caideros, pero desconcertó a cientos de turistas, que andaban como gallina sin nidar. 'Hermine' les hizo cambiar la sombrilla por el paraguas y el baño en agua salada por un enchumbado natural. A algunos les tocó la desagradable experiencia de que les chingara un coche en las calles-piscina del entorno del Hotel Riu Palace Oasis.
Playas como las de Maspalomas o la de Mogán lucían desapacibles y con la bandera roja. Si había turistas se concentraban en los bares en un vano intento de esperar a que escampara. Los más aventureros emularon a los pocos locales que desafiaron las recomendaciones y se atrevieron a hacerse la excursión a los espectaculares caideros de Los Azulejos y el Barranco del Negro, pasado Veneguera, camino de La Aldea. A media mañana ya iban cargados. Lo peor, la carretera. Numerosos desprendimientos complicaban la circulación en la GC-200 y forzaban a los vehículos a invadir el carril contrario.
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Y es que las caídas de piedras fueron quizás la secuela más peligrosa que 'Hermine' dejó a su paso por el sureste y el sur. Obligaron a cortar la vía entre la GC-500 entre la Playa del Cura y Taurito (Mogán), también la GC-550 entre Santa Lucía y Temisas (Agüimes) o el acceso a Guayadeque desde Ingenio. El resto, informaron las respectivas policías locales, fueron incidencias menores: caídas de árboles, inundaciones de garajes y espacios públicos, como el paseo subterráneo de Puerto Rico, y alcantarillas desbordadas.
Con todo, una de las peores caras de esta borrasca la sufrieron los sintecho. Hay muchos en San Bartolomé y para ellos el Ayuntamiento habilitó un albergue de 20 plazas en el pabellón de San Fernando. Les iba a hacer falta. 'Hermine', al cierre de esta edición, no había dicho aún su última palabra. La noche de este domingo al lunes amenazaba con lanzar otra de las suyas de Mogán hacia la Cumbre.
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