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Imagen de archivo del rastro de la capital grancanaria en el parque blanco. COBER

Vendedores del rastro creen que la reducción de puestos puede suponer una «ruina»

Algunos puesteros consideran que las exigencias resultan inasumibles para vendedores que tienen pocos ingresos

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 12 de enero 2023

El proceso de regularización de las concesiones de venta en el rastro dominical de la capital grancanaria no está siendo bien visto por parte de algunos puesteros, que consideran que se hace un daño irreparable a la economía de algunos vendedores, en especial aquellos que solo tienen como única fuente de ingresos la que obtienen de la actividad dominical.

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El representante de los vendedores, Froilán Emiliano de San Román Martín Llarena, indicó que la exigencia de requisitos como el alta en la Seguridad Social o los seguros a terceras pueden herir de muerte la supervivencia de muchos vendedores.

«Está bien que se exija para otras actividades, pero para gente que trabaja solo tres o cuatro horas a la semana, en un rastro dominical, no tiene sentido», indicó el presidente del mercado, «esta gente, que muchas veces vende por debajo del precio de coste para poder llevarse entre veinte y treinta euros a casa para tener un plato de comida, no va a poder afrontar estos gastos».

La misma opinión la comparte otro de los portavoces del mercadillo, José Gómez. «No es justo que a una gente que lleva muchos años vendiendo en el rastro se les pida ahora pagar esto», señaló, «hay muchas personas que solo trabajan un día a la semana y no pueden permitirse pagar la cuota de autónomos».

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran canaria inició la regularización por la finalización de la vigencia de las concesiones y la necesidad, expresada a través del concejal de Desarrollo Local, Pedro Quevedo, de garantizar que solo se mantengan en el mercadillo los que cumplen con sus obligaciones.

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Sin embargo, Froilán Emiliano de San Román, que lleva ya veinticinco años en el rastro, apunta que si hay vendedores que se encuentran de manera irregular «es porque ellos (el Ayuntamiento) lo ha permitido».

Cree que si hubiera habido más celo inspector por parte del Consistorio no se hubiera llegado a esta situación. «Te coges a un par de policías y vas al rastro con el listado de los que están legales, y revisas», expuso, «y el que está bien, se queda; y el que no cumple, se levanta y punto».

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Gómez, por su parte, apunta también que no ha habido inspecciones para evitar la proliferación de vendedores ajenos al rastro. «Todos los domingos hay una avalancha de ilegales que se ponen en el suelo a vender y cuando se lo decimos a la Policía Local nos dicen que tenemos que presentar denuncia para que ellos actúen con algo que pueden ver por sí mismos», se quejó.

De 350 a 166

La regularización que ha planteado el Consistorio capitalino reducirá el número de puestos activos en el rastro a unos 166 cuando hasta ahora venían funcionando alrededor de 350.

«Llegamos a ser 450», recuerda Froilán Emiliano de San Román, «ahora si lo bajan a unos 160 va a suponer la ruina para todos porque la gente no va a ir al rastro, los ciudadanos van a pensar que no valdrá la pena acercarse hasta el mercado si solo hay cuatro puestos, los ciudadanos prefieren un rastro con aglomeración, esto funciona así».

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Gómez, en cambio, entiende el número final no influirá tanto en la afluencia porque siempre hay una clientela fija, pero defiende que «nos quedemos los que somos, ni más ni menos, los que llevamos toda la vida».

Respecto al traslado del rastro, los vendedores indicaron que, por el momento, desconocen el emplazamiento final, si bien entienden que el parque blanco es el mejor sitio posible.

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