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Josué yace en el suelo tras ser tiroteado en San José de Las Longueras. JUAN CARLOS ALONSO

«Pensaba que esta vuelta iba a salir bien, pero no», lamentaron los supuestos sicarios

Los mensajes enviados entre los investigados confirman la triste chapuza: mataron en Gran Canaria a Josué el Conejero, que no era el objetivo principal

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 28 de noviembre 2025, 01:00

La investigación del asesinato de Jonathan Josué Delgado Bordón, conocido como el Conejero, ocurrido la tarde del 26 de junio de 2025 en el barrio de San José de Las Longueras, en Telde, revela detalles de relevancia sobre el encargo fallido que, según la Policía Nacional, estaba destinado a otra persona. Una serie de audios y mensajes entre los investigados Brayan Andrés F. R. y Manuel Alejandro R. C. -que no ha sido detenido al no estar en España- reconocen de forma literal que el resultado del crimen supuso un desastre para el presunto grupo criminal. Uno de ellos llegó a lamentarse diciendo «vaya cagada mano, si con que hubiera salido bien, estaría bien la cosa, pero tampoco salió bien», y más adelante insistió: «Pensaba que esta vuelta iba a salir bien, pero no».

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Los investigadores sitúan estos mensajes apenas unos días después del tiroteo que acabó con la vida de Jonathan Josué, que recibió cinco detonaciones a corta distancia ejecutadas presuntamente por Antony C.M. El sumario recoge que, tras el crimen, los implicados iniciaron un ciclo de reproches por la falta de pago por parte de las personas que encargaron el crimen y por las deudas que arrastraban. Manuel admitió que «en ese momento no había nada más -de dinero-, que no había sacado más para él, y que no le iban a dar un culo», explicando al supuesto sicario Brayan Andrés que discutió con quienes habían contratado el asesinato. También llegó a gritarles «que a otra gonorrea le importaba un culo», pero había insistido para que al menos Brayan recibiera algo porque era «su hermanito».

Del otro lado, Brayan replicó por escrito que «qué culpa» tenía él «que hicieran eso mal», en referencia a los dos primeros detenidos y añadió que «si conmigo no salió imagínese». El atestado incorpora otros mensajes en los que expresó su angustia por la falta del dinero que le prometieron pagarle: «De puta voy a sacar la plata malparido, ay gonorrea! No me dejes morir hijo de puta. Mira a ver, cuando tenga me avisa gonorrea», así como referencias a deudas, retrasos en pagos de alquiler y problemas laborales que describió que había contraído como consecuencia directa de no haber recibido el dinero prometido por la operación contra objetivos en Gran Canaria.

Las conversaciones también revelan la dimensión económica del encargo que, según Manuel, incluía una deuda de 38 millones de pesos colombianos, cifra equivalente aproximadamente a 8.600 euros, que debía cubrir «de esa vuelta de la semana pasada», en referencia a otro supuesto encargo que habían ejecutado sin presunta relación con el que acabó con la vida del Conejero.

En otra comunicación expresó que necesitaba ese dinero «pa ya» porque estaba «lleno de deudas», detallando Manuel Alejandro R. C. que esperaba poder enviar una parte «a fin de mes». En ese contexto, afirmó: «Ya me estaba coronando todo, papi, pero esta va tan lenta. Me estaba coronando todo, pero baila, porque también pensé que con la salida de esta vuelta que iba a salir bien. Pero no, nada, nada, nada, nada».

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En otro tramo del diálogo, Manuel explicó a Brayan que intentaba resolver parte del pago enviando «dos palos», es decir, dos millones de pesos colombianos, señalando que era lo único que podía mandar en ese momento. Eso equivalía a unos 425 euros.

Imagen de la motocicleta que utilizaron con la matricula modificada. C7

Ese intercambio económico, acompañado de expresiones de frustración y de reproches mutuos, es valorado por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) como un elemento más que confirma que el crimen no se ejecutó sobre la persona prevista. El informe sostiene que Manuel había ofrecido a Brayan participar en la operación por unos 600 euros y que no le pudo pagar porque «quien solicitó el 'trabajo' no quería pagarles (...) por no llevarlo a cabo correctamente». Y concluyó que, a partir del contenido de los dispositivos intervenidos y de las manifestaciones espontáneas en dependencias policiales, «todo haría indicar» que el error consistió en que «no era Jonathan Josué a la persona a la que debían matar, sino a otra», motivo por el cual reiteran en varias ocasiones que «la habían 'cagado'» y por el cual no recibieron la retribución completa.

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El fallo se pudo haber producido en la identificación previa del objetivo, o también que había varias personas en la lista negra. Según la declaración de Diego Ferney P. N., detenido posteriormente en Sevilla, una mujer le facilitó todas las indicaciones, fotografías, direcciones y horarios del supuesto objetivo real y lo acompañó hasta los alrededores del gimnasio en Telde donde debía vigilarlo. Los investigadores sostienen que toda la secuencia apunta a un error de identificación que derivó en que el Conejero fuera asesinado en lugar de la persona para la que estaba destinado el encargo, aunque la Policía investiga si hubo más objetivos y no solo el luchador del gimnasio de Telde.

El caso continúa abierto. Cuatro implicados -Antony C. M., César Fabián C. B., Brayan Andrés F.R. y Diego Ferney P.N.- permanecen en prisión, mientras que Manuel Alejandro R. C., citado en los mensajes, sigue sin ser detenido, ya que se encuentra fuera de España. La Policía Nacional busca determinar quién ordenó el crimen, cuál era el o los objetivos reales y cómo se articuló la cadena completa de mando y pagos que terminó con el asesinato del Conejero.

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De forma paralela el Juzgado de Instrucción número 2 de Telde ratificó este jueves la situación de prisión provisional de Diego Ferney P. N.

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