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Compartir riñones siendo incompatibles

Rubén Grau es el primer trasplantado renal de Canarias que lleva el órgano de una persona con un grupo sanguíneo distinto al suyo y del que solo se eliminaron los anticuerpos ‘problema’. Su hermana fue su donante y los dos están ya recuperados

Rosa Rodríguez y Santa Cruz de Tenerife

Jueves, 16 de julio 2020, 17:47

Rubén Grau tiene 41 años y su aspecto físico es inmejorable. Nadie que lo vea se imagina que hace unos meses su vida «dependía de una máquina», tampoco que ahora viva gracias al riñón de otra persona. El de Rubén es un ejemplo más de la importancia de la donación de órganos, pero su caso tiene mucho de especial: por un lado, que el riñón que recibió es de una persona viva, su hermana, y, por otro, que los grupos sanguíneos de ambos no son compatibles. El suyo es el tercer trasplante renal de donante vivo con incompatibilidad de los grupos sanguíneos ABO que se realiza en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) y de los pocos que se han hecho en España.

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«Cuando te dicen que tienes que trasplantarte te quedas en shock y luego te preguntas ¿y, a quién le pido yo un riñón?», relataba ayer Rubén Grau acompañado por parte del equipo médico que llevó a cabo su operación y la de su hermana.

Rubén no tuvo que pedir mucho, sus dos hermanas se ofrecieron a darle uno de sus riñones. Un acto «altruista de generosidad» que, según la directora-gerente del HUC, Soledad Pastor, es lo que sustenta todo el proceso de trasplante de órganos y lo que da sentido, dijo, al trabajo que realizan cientos de profesionales para lograr el objetivo último: «la mayor calidad de vida del paciente».

En el caso de Rubén, una de sus hermanas «cumplía con todos los requisitos para poder donar», explicó la doctora Ana González Rimme, nefróloga responsable del Programa de Trasplante de Donante Vivo del HUC, sin embargo, sus grupos sanguíneos no eran compatibles.

No había nada perdido, pero sí tuvo que entrar en juego una nueva modalidad terapéutica para poder llevar a cabo el trasplante. Quince días antes de la operación, Rubén tuvo que someterse a lo que en el argot médico se denomina lavado de los anticuerpos que su sangre tiene contra los antígenos del grupo sanguíneo de la persona donante. Y, por primera vez en Canarias, se utilizaron para eliminar esos anticuerpos columnas de inmunoabsorción específicas que eliminan de forma selectiva los anticuerpos . «Son más eficientes y se necesitan menos sesiones para lavar los anticuerpos», explicó González Rimme, quien indicó que si bien los grupos sanguíneos de Rubén y su hermana no eran compatibles, ambos tenían una «muy buena compatibilidad de tejidos», lo que favoreció el éxito del trasplante.

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«El palo más fuerte», recordaba ayer Rubén Grau, se lo llevó su madre, «¡con dos hijos en el quirófano al mismo tiempo!». Tres horas después, todo había acabado y su madre pudo respirar: las operaciones fueron un éxito.

Vida normal

Calidad. Rubén Grau relataba este lunes que volvió a hacer vida normal a los 20 días de salir del quirófano. Él y su hermana se sometieron como donante y receptor de un trasplante de riñón el 7 de noviembre. Han pasado casi cuatro meses y Rubén asegura que su hermana está «contenta» de que él «tenga su riñón» y de que, después de años con problemas de salud, se encuentre perfectamente.

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Análisis rutinario. A Rubén Grau le diagnosticaron la deficiencia renal que padecía hace alrededor de diez años en un análisis rutinario, pero no fue hasta hace dos cuando le dijeron que necesitaría un nuevo órgano.

Tras la operación. La intervención en la que su hermana le donó uno de sus riñones y él lo recibió duró tres horas, pero fue un éxito. A ella le costó más recuperarse de la herida, «porque es mayor», explicó el doctor Tomás Concepción, jefe del Servicio de Urología del HUC, pero Rubén se recuperó en 10 días. El tiempo que estuvo hospitalizado. Diez días después de salir del hospital prácticamente ya hacía vida normal. «En 20 días hacía vida normal, comía de todos, podía caminar hasta dos horas y conducir sin problema», relataba ayer.

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Control. Estos primeros meses se está haciendo controles analíticos en el hospital cada 10 días, pero según pase el tiempo se irán espaciando. A partir de un año de la operación ya solo tendrá que pasar por el HUC una vez cada tres meses. También tendrá que medicarse para que su cuerpo no rechace el preciado riñón que le hace «ver la vida de otra manera».

Equipo médico. «Ni se imaginan» la cantidad de profesionales que participan de forma coordinada para que un trasplante como el de Rubén Grau sea posible, pero Tomás Concepción, destacó si lo que hace el equipo médico es muy importante, «sin donante no pinta nada». Concepción explicó que la donación entre personas vivas surgió cuando comenzaron a disminuir los de cadáveres y lo relacionó con la reducción de accidentes mortales de tráfico.

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Referencia. El HUC es el hospital de referencia en canarias para trasplantes renales. Solo el año pasado realizó 92 trasplantes. Desde que se iniciara el programa en 1981 ha llevado a cabo 2.873 (93 con donante vivo y seis con donante vivo ABO incompatible).

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