«Son una referencia nacional»
El productor y distribuidor José María Morales, desde su empresa Wanda Films, no escatima los elogios en cuanto se le menciona que los Multicines Monopol cumplieron el pasado martes sus 20 primeros años de vida.
«Los 20 años de los Monopol significa que tenemos que darle la enhorabuena a la familia Melo. Esos multicines son una referencia del cine de calidad en Canarias y en todo el país», señala desde Madrid.
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Este veterano de la industria del séptimo arte en España reconoce que tanto las películas que produce como las que distribuye tienen su lugar de exhibición, en Gran Canaria, en estos multicines. Sin ir más lejos, las dos próximas que estrenará pasarán por estas salas: Foxtrot, del israelí Samuel Maoz, que logró el Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia; y el documental 100 días de soledad, en el que José Luis Díaz, con la ayuda de Gerardo Olivares, se filma a sí mismo.
«No resulta nada sencillo mantener una apuesta como esa durante tanto tiempo, como ha conseguido hacer la familia Melo. Esa apuesta decidida por el cine de calidad y en muchos casos por la versión original con subtítulos, a base de una buena programación de cine, es muy complicado de mantener durante tanto tiempo y de forma continuada», señala José María Morales.
Desde su punto de vista, los responsables de los Monopol cuentan con dos elementos que marcan la diferencia y que les han permitido sobrevivir dentro del mercado. «Tienen una gran sensibilidad por el cine, aman el cine y eso es fundamental en un oficio como éste. Se trata de un negocio muy especial y la familia Melo, te lo puedo asegurar, son un ejemplo», dice José María Morales.
Desde su puesta en marcha en 1998, los Multicines Monopol han exhibido unas 42.000 películas, según explica Júnior Melo, que cifra en unos 4.000.000 millones el número de espectadores que las han disfrutado en sus butacas. Cerró con muy buenas cifras el 2017. «161.000 espectadores, de los que 16.100 acudieron a ver películas en versión original con subtítulos en castellano», apunta Júnior Melo.
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Esta tendencia positiva se ha consolidado en lo que va de año. Las colas de espectadores en busca de una entrada frente a sus taquillas se han convertido en una imagen habitual en los últimos meses, sobre todo durante los fines de semana.
Esta tendencia al alza, que poco a poco va poblando las salas con espectadores, no es exclusiva de los Monopol. «Se nota que los espectadores están regresando a las salas. Y es que no hay nada que supere la experiencia de la sala oscura compartida con otras personas. No es lo mismo ver una película en casa, donde las interrupciones con una constante, a hacerlo en una sala de cine. La magia que allí se produce es insuperable. Por eso soy muy optimista», dice José María Morales.
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Francisco Melo Sansó suma un detalle que, sin duda, no es baladí: el precio de las entradas. «Siempre hemos apostado por unos precios mínimos, por debajo de los demás. Tenemos que acercar la cultura a la población con unos precios razonables», apunta. El público mayoritario en estos cines tiene un perfil claro. Supera de largo la treintena y en un 80% es femenino.
Este enclave cultural de capital privado corrió peligro durante los años más duros de una crisis económica que aún no se ha marchado. La asistencia de espectadores disminuyó y el dinero que aún adeuda el Ayuntamiento de Telde a la familia Melo, por elengañodel centro comercial en pleno casco donde erigieron otros multicines, casi acaba con unos Monopol que en abril acogerán de nuevo el festival de cine de la capital grancanaria.
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