Te arriesgas, pones toda tu voluntad, todo tu trabajo... pero si te cae una piedra detrás de la otra delante de los pies, algún día dices basta, hasta aquí». De esta manera tan gráfica relataba el presidente de Loro Parque, Wolfgang Kiessling, la situación en la que se encuentra su inversión estrella en Gran Canaria: el Siam Park.
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Es el segundo aviso que realizan los responsables a las instituciones grancanarias, Cabildo y Ayuntamiento de San Bartolomé, de lo que consideran continuas trabas administrativas para sacar adelante un proyecto de cien millones de euros de inversión. El segundo toque de atención de una empresa que tiene una forma de actuar clara y concisa, a la que no le gustan los rodeos y más si se juegan una cantidad económica de esas dimensiones.
Esta es la historia de múltiples desencuentros y guerras políticas que han tenido como principales damnificados al sector turístico de la isla de Gran Canaria y, como no, a los inversores que ayer mostraban su hartazgo en una rueda de prensa celebrada en la oficina de la obra del acuario Poema del Mar, su otra gran inversión en la isla redonda y que, al contrario que con el Siam Park de El Veril, ha contado con todas las facilidades institucionales posibles.
Escribía en este mismo espacio el pasado 13 de enero que se afrontaba un año 2017 bastante renovado y con retos para nuestra tierra muy importantes como es este proyecto del Siam Park. Y expresaba, inocente de mí, mi esperanza de que se desbloqueasen «las obras de una instalación que debe de ser un referente en el sector turístico de la Isla» como es este proyecto de los Kiessling. Pues tristemente, cinco meses después, no es que se hayan liberado los obstáculos, sino que la cuerda se ha tensado tanto que está a punto de romperse.
El torpedo fue lanzado a la línea de flotación del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, quienes los mal pensados –o no– sostienen la teoría de que esta demora en la diligencia de los trámites administrativos se debe al interés por no perjudicar los intereses de empresarios consolidados en el sur de Gran Canaria. Quizás no son conscientes de la realidad que supone una inversión estratégica como es la puesta en marcha de un parque temático como Siam Park en Gran Canaria. Sería una torpeza imperdonable. Pero lo que exige esta situación crítica es diligencia, dejar a un lado las guerras políticas, y no seguir bombardeando un proyecto de 100 millones de euros.
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Ya lo volvió a advertir ayer Wolfgang Kiessling y quien avisa...
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