El jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo pública su encuesta sobre las condiciones de vida de los españoles en la que los canarios salimos muy mal parados. Según el INE los canarios sufrimos las peores condiciones de todo el estado en los indicadores que suele estudiar. Tenemos los ingresos medios anuales más bajos de todo el Estado. Los ingresos medios anuales de un hogar son de 27.558 euros, con datos de 2017, tras experimentar un aumento del 3,1 % respecto al año anterior. El 44,2% de los hogares de Canarias no podían permitirse ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año en 2017. Además, y de nuevo liderando un ránking negativo, el 18,7% de los hogares en Canarias tuvieron retrasos en los pagos relaciones con la vivienda principal. Tenemos las tasas de riesgo de pobreza más elevadas del país. Canarias, un 30,5%, solo por debajo de Andalucía y Extremadura. Pero, para consuelo de tontos tenemos 4,5 puntos menos que el pasado año evaluado, lo que a juicio del Gobierno de Canarias es un éxito.
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No se si la evaluación que hizo el presidente del Gobierno fue de urgencia, pero lo que sí creo es que a estas alturas está resultando bochornoso aparecer en la cola de todos los medidores del país, salvo en las estadísticas del negocio turístico. Yo no me resigno, ni el presidente debe hacerlo, a ser ciudadanos de la comunidad con más pobres por metro cuadrado de todo el Estado a pesar de que el dinero corre, o al menos de ello presumimos. No podemos alardear de los mejores datos económicos y de presupuestos con recursos históricos y consentir que la sociedad canaria viva en las peores condiciones del sistema y sea protagonista estatal por ir en el vagón de cola en todo.
No me sirve tampoco haber mejorado cuatro puntos pero seguir siendo los últimos, los más pobres, los que no llegan a fin de mes, los ciudadanos que estamos al límite, en el borde de la pobreza o en ella, los que dejamos de pagar la vivienda o, simplemente los que no podemos planificar unas vacaciones por falta de perspectiva económica o endeudamiento familiar. No pude el Gobierno agarrarse a cuatro puntos de diferencia con el año anterior para decir que estamos mejor y que esa mejoría se debe a que hemos logrado una mejor financiación de la comunidad autónoma.
Ni lo hacemos bien ni las cosas van mejor. Nada de lo que ocurre en el sustrato de la calidad de vida de los canarios tiene que ver de forma decisiva con el dinero que llega de Madrid, que -por cierto- aún no ha dado tiempo a gastar y que dudo mucho que podamos. Los índices de pobreza en Canarias, la mala calidad de vida de sus ciudadanos, es estructural, como los del paro; y no los superamos porque la distribución de la riqueza que generamos es muy desigual. Y lo que es más grave, creemos que generar economía desde el Estado mejorará esas condiciones. La experiencia, colocar todos los incentivos en la expansión económica, confiar en la capacidad de las empresas para generar riqueza, trabajo y dinero, se ha revelado ineficaz a la luz de los datos. Sabemos, porque ahí están muy publicitados, los ingresos de esta comunidad en el negocio turístico y el desfase que se ha producido entre el crecimiento del sector y el empleo, y por supuesto, la brecha entre producción y reparto de la riqueza generada a pesar del alimentar ese y otros negocios con miles de millones de las arcas públicas. Ese modelo, a la luz de los indicadores, es un fracaso y habrá que ir pensando en otra forma de incentivar, a lo mejor pensar más en las personas y lo que éstas pueden hacer para colocarse en mejor posición.
Hay que situar también entre las causas de la pobreza algunos aspectos que competen directamente a la gestión del Ejecutivo de esta comunidad. No es de recibo que nuestro sistema educativo provoque tanto fracaso y frustración. Es uno de los pilares básicos de cualquier sociedad, pero en esta, en la canaria, ha sido siempre la pariente pobre, el servicio que hay que garantizar en sus mínimos, pero sin ir más allá en compromiso con la excelencia. ¿Cuántos años llevamos oyendo a los presidentes de Canarias implantar el inglés? Demasiado fracasos en la calle, jóvenes sin la suficiente preparación para competir en un mercado en el que manda quien sabe idiomas y está preparado para tareas específicas y especializadas. ¿El sistema educativo canario ha formado a nuestros jóvenes para estar en esos campos de trabajo? ¿Ha creado escuela de líderes en esos ámbitos? Me temo que muy poco y con poco empeño.
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Y cuando todo se tuerce, cuando el sistema no da más de sí a pesar de los esfuerzos, cuando no hay trabajo, como le ha pasado a muchos canarios, queda la atención de las instituciones, que también dejan mucho que desear. No tiene Canarias un buen sistema de atención que garantice el bienestar mínimo de los canarios, ni ha sido una prioridad de ninguno de los gobiernos, centrados en inyectar dinero público a la economía para que a su vez ésta tire del empleo y éste de la calidad de vida. No ha sido así, y si atendemos a los datos de esta y otra encuestas, vivimos en una comunidad fracasada, fallida.
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