Valerón, del Silvestre Carrillo al Nou Camp
Juan Carlos Valerón fue la otra gran noticia que dejó la UD a su paso por el estadio del Barcelona. El Flaco, cuarenta años a cuestas, pudo cumplir, al fin, su sueño de estrenarse en Primera con la camiseta amarilla, la misma con la que, dos décadas atrás, en septiembre de 1995, debutó en categoría profesional. Entonces, la alternativa le llegó, de la mano de Pacuco Rosales, en un partido de Copa del Rey frente al Mensajero y en el estadio Silvestre Carrillo de La Palma. Ayer, vio cumplido su sueño de jugar con su equipo en la máxima categoría del fútbol español. De un partido a otro, un exitoso y prolongado intervalo profesional con las camisetas del Mallorca, Atlético de Madrid y Deportivo de La Coruña para un total de 290 encuentros oficiales en la Liga de las Estrellas. El 391, pese al resultado, tuvo para él un sabor especial.
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«No hay palabras para expresar lo que siento al haber jugado con la UD en Primera. Estoy contento, muy emocionado, muy agradecido a todo el mundo. Intento llevarlo con normalidad, pero la emoción es lógica en estos momentos», admitía en la zona mixta del Nou Camp a propósito de su emotivo ingreso en el campo, pues, más allá del aspecto futbolístico, permitió saldar una de sus cuentas pendientes. Porque si regresó al club en julio de 2013 fue, precisamente, para vivir este momento. Valerón admitió que le pilló por sorpresa la llamada de Paco Herrera cuando realizaba el calentamiento. Y es que en las cinco jornadas precedentes había esperado, en vano, su turno. «De todos los partidos que hemos jugado, siempre piensas éste que es el que tienes menos posibilidades, por el rival, por lo que supone el partido y su exigencia física.
Pero he tenido la oportunidad de jugar en un momento del partido en el que teníamos alguna pequeña opción de hacer algo en ataque y más o menos creo que ha salido bien». Cuestionado por si será su última aparición en el recinto culé, se expresó con sinceridad:« Esto se va acabando. Tampoco pienso mucho en ello, seguiré disfrutando al máximo, de cada momento con mis compañeros, mi único pensamiento es que la UD mantenga la categoría».
Por último, comentó el gesto que tuvo con él Iniesta: «Tuve la gran suerte de que un grande como Andrés me esperó para intercambiar la camiseta y le agradezco el detalle. Me siento afortunado. Yo nunca lo hubiese hecho porque me da vergüenza».
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