Tres proyectos para el Rectorado de la ULPGC
M.R./ T.A.
Jueves, 16 de julio 2020, 09:28
Los tres candidatos a rector de la ULPGC celebraron este martes en CANARIAS7 su primer debate conjunto de la campaña electoral que culmina el 16 de noviembre con la votación de la comunidad universitaria. En un ambiente de fair play, Rafael Robaina, José Alberto Montoya y Eduardo Galván desgranaron sus propuestas.
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Son «compañeros» que se pondrán a disposición de quien resulte elegido porque será el rector de todos y todas. En eso coincidieron este martes Galván, Montoya y Robaina, al igual que en la exigencia al Gobierno canario de que iguale la financiación con respecto a la Universidad de La Laguna, que cuenta con 14 millones más, una diferencia de casi 500 euros por alumno.
Mejora de la calidad, el papel de la ULPGC ante el aumento de las universidades privadas, las medidas que proponen para mejorar las condiciones del profesorado, los estudiantes y el personal de administración y servicios, la idea de la universidad como servicio público, la necesidad de aumentar la oferta de enseñanzas online, las pruebas de acceso a la universidad... Los tres catedráticos abordaron temas de actualidad de política universitaria y al inicio del debate intentaron resumir el mensaje que quieren transmitir a la comunidad universitaria.
Así, Rafael Robaina, catedrático de Biología, defiende un «proyecto sólido, de transformación de nuestras propias estructuras para proyectarnos socialmente, de comunicación interna y con la sociedad, de internacionalización». «Internamente», añade, «mejoraremos las condiciones del profesorado y del personal de administración y servicios y aportamos medidas claras para los estudiantes». Montoya, catedrático de Patología Animal, cree necesaria «una estrategia compartida y consensuada» para escapar del «letargo» y la «pérdida de prestigio» que, en su opinión, ha sufrido la ULPGC. Porque, añade, «la falta de diálogo y consenso ha sido una de las causas». El candidato insiste en la necesidad de «transparencia en la gestión del dinero público» y apela al concepto de responsabilidad social corporativa. «Estar al servicio de la sociedad y de la comunidad universitaria», todo para «recuperar una ilusión que se ha perdido».
Por su parte, Eduardo Galván, catedrático de Historia del Derecho, habla de su candidatura como «un proyecto colectivo con una enraizada vocación de servicio que pretende invitar a todos los miembros de la comunidad universitaria a construir juntos un nuevo modo de vivir nuestra Universidad», un vaso comunicante entre la sociedad canaria y la comunidad universitaria.
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Presencia social. Para recuperar la presencia en la sociedad, Montoya apunta que «la Universidad genera bien público y hay que estar en el debate de la sociedad; la ULPGC tiene que aportar conocimiento y valores, y hay que empezar con transparencia en la gestión, en las cuentas y en las decisiones». Según Robaina, la presencia social se recupera con más «comunicación, tanto externa como interna». Está convencido de que la universidad pública es «fiable y creíble», por lo que hay que transmitir lo que cotidianamente se hace, divulgar el conocimiento. «Hay que lanzar un mensaje claro y absoluto de nuestra capacidad para transformar y somos la única esperanza de la sociedad canaria para cambiar su modelo productivo; ahí debemos estar en los próximos años. Queremos crear la futura clase de empresarios de Canarias».
Por su parte, Galván define esa proyección social de la ULPGC con la idea de «un barco que abre caminos nuevos para afrontar nuestro futuro». «Nosotros plantamos que la Universidad recupere el papel protagonista que le corresponde en la cultura, que sea vanguardia en el pensamiento», destaca. Además, cree que la ULPGC «debe ser ejemplo de cómo hacer las cosas bien y acercar lo que hace a nuestros conciudadanos, ya sea a través de los medios de comunicación social o con experiencias de aula abierta, que los profesores se acerquen a los barrios, a las asociaciones de vecinos, a los mayores, y también a las empresas». Para Montoya, la base que se necesita es «un plan estratégico». «Primero estrategia para consensuar cómo vamos a trabajar todos juntos; hay que hacer un análisis de los resultados porque hay problemas inquietantes como el descenso del número de alumnos o el alto nivel de paro de los titulados». Sobre la calidad de la enseñanza que ofrece la ULPGC los tres coinciden en la alta capacidad del profesorado. «Los docentes han sido evaluados por los estudiantes y el 98% supera la nota que se considera adecuada, aunque está claro que no hemos adaptado bien el modelo de Bolonia», señala Robaina, quien cree que se debe cambiar la forma de enseñar incluyendo nuevas tecnologías y ahondando en un «modelo de e-learning».
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Galván apuesta por que «en cuatro años seamos la primera opción de calidad para cualquier canario que quiera hacer sus estudios de grado, posgrado o doctorado y luego quiera continuar su formación a lo largo de su vida». Habla, además, de que «el campus es el mundo» y apuesta por una oferta de enseñanza no presencial que «permita llegar a estudiantes que no están en el archipiélago». Montoya concluye que «hay que adecuar la oferta de títulos a la demanda». «Tenemos docentes e investigadores muy buenos, pero están desanimados. Potenciar las dobles titulaciones, nuevos grados y otros interuniversitarios puede mejorar la calidad de la enseñanza».
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