Roque: "Que se pongan en mi lugar"
Con Roque Mesa y su pretendida salida al Sevilla no hay otra opción que poner encima de la mesa diez millones de euros. Sin cesiones ni variables. Es la única manera para desbloquear una situación que está enquistada y mantiene enfrentado al futbolista con el club desde hace unos días. La UD no cede. Si ya aguantó una intentona del Barcelona por Mauricio Lemos, ahora no se doblegará con la embestida del Sevilla por otro de sus jugadores más cotizados. Roque desea irse y en los últimos días ha pedido a Miguel Ángel Ramírez una reunión para tratar de alcanzar alguna solución, aunque el presidente, reacio a su marcha al coste estipulado por el Sevilla (5 millones), ya le ha dicho que no hay nada que negociar. Solo a partir de la tercera parte de su cláusula de rescisión, que está fijada en treinta millones, se planteará abrirle la puerta. En la directiva amarilla hay malestar con Roque. Entienden su lógica pretensión de mejorar deportiva y económicamente, pero no comparten el camino de presionar y forzar los acontecimientos posicionándose del lado de un Sevilla que, con la tesorería repleta y ventas multimillonarias en camino (el PSG planea dar cuarenta millones por el centrocampista polaco Krychowiak y en el Barcelona estudian invertir treinta por el atacante francés Gameiro), se ha plantado en una propuesta discreta y le ha trasladado la responsabilidad de convencer a la UD.
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Con el inicio de la pretemporada a dos semanas vista, no hay buenas noticias al respecto. Roque tiene la firme determinación de emigrar al Sánchez Pizjuán, la UD ya le ha puesto precio inamovible y el Sevilla espera acontecimientos sin darse por aludido.
El mensaje de Roque al club es inequívoco: quiere jugar la Liga de Campeones y progresar profesionalmente además del importante aumento salarial que implicaría su nuevo contrato en Nervión.
«Pido al presidente y a todos que se pongan en mi lugar y comprendan que es una oportunidad única para mí», afirma el teldense a propósito del horizonte que se le abre en caso de cristalizar su traspaso. Incluso se ha mostrado dispuesto a renunciar a parte de las cantidades que ya tendría comprometidas con el Sevilla con tal de abaratar costes. Sin embargo, en la UD demandan la misma intensidad por parte del Sevilla a la hora de buscar un pacto que ahora parece más lejano que nunca. Ramírez entiende que hay un precio de mercado que desde la capital andaluza tratan de saltarse ofertando por lo bajo y, sabiéndose en la posición de fuerza que le otorga el contrato firmado por Roque hasta el año 2020, no alterará su hoja de ruta: los cinco millones que hay sobre la mesa son, exactamente, la mitad de lo que pide la UD. O se dobla la cifra o «no hay nada que hacer», insisten desde la entidad grancanaria.
En los próximos días se mantendrá un pulso que amenaza con alargarse, incluso, hasta el inicio de la pretemporada. Pero Roque ya ha tomado la determinación de irse y, asesorado por su agente, espera cumplir su sueño y encontrar la fórmula para acabar con un culebrón que, de momento, no beneficia a nadie.
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