El número de presos en España supera los 65.000

Gallizo señaló que el número de presos internados en cárceles dependientes de la Administración General del Estado ascendía el pasado 20 de abril a 55.847. A ellos, detalló, hay que sumar algo más de 9.000 reclusos internados en las prisiones dependientes de la Generalitat de Cataluña, comunidad que tiene transferida esta competencia.

"En España hace tres días que hemos superado la cifra de 65.000 personas en régimen de privación de libertad", destacó la responsable de Instituciones Penitenciarias. A finales de marzo, el número de internos en las cárceles dependientes de ese departamento era ligeramente inferior, 55.806, de los que la inmensa mayoría, 51.092, eran hombres, y 4.714, mujeres.

Gallizo admitió que la población reclusa "ha sufrido un incremento significativo en los últimos años, a 31 de diciembre de 2003 había 47.023 presos, pero subrayó que no es resultado de "un aumento en el nivel de delincuencia". Las causas están, según su explicación, en las últimas reformas del Código Penal que introdujeron nuevos delitos y tipificaron como delito conductas que antes eran faltas.

También apuntó que otra de las causas del aumento de la población reclusa es el "incremento muy importante de población extranjera y sin arraigo", que ha provocado un aumento notable de los encarcelamientos en régimen preventivo, al objeto de prevenir fugas.

El pasado 30 de marzo, el número de internos clasificados en tercer grado penitenciario, es decir, aquellos que cumplen sus condenas en un régimen de semilibertad, era de 5.609, el 15%. Esa cifra también refleja un aumento significativo respecto de años anteriores: el 31 de diciembre de 2006 eran 5.223, el 12,9%; en 2005 la cifra ascendía a 4.607, el 11,8%; y en 2003 había 3.722, el 10,14%.

La responsable de Prisiones abogó por aumentar de forma paulatina el número de presos beneficiarios de un régimen abierto para situar a España "a la altura" de los países de su entorno, en los que la media está en torno al 25%. Se trata, insistió, de "modernizar" el sistema y de "orientar las penas hacia la reinserción de los condenados", pero sin olvidar el trabajo "fundamental" de vigilancia de los reos, que Gallizo consideró "no incompatible" con una política reinsertadora.

Control telemático

En ese sentido, Gallizo explicó que a finales de 2006 había unos 890 reclusos que portaban en su muñeca o tobillo una pulsera telemática para su seguimiento y ubicación permanentes. En la actualidad, son "más de mil" los presos que portan un dispositivo de este tipo que permite, entre otras cosas, comprobar que el interno se encuentra en su domicilio a las horas en que tiene vetadas las salidas.

La directora general subrayó que estos sistemas hacen posible un control "riguroso" y "rentable" porque ahorra muchos recursos a la administración y cargas importantes a las familias de los internos. Además, según Gallizo, es un sistema "seguro", pues de las 3.625 personas que han utilizado este sistema desde su instauración sólo hubo "un caso en que el penado alteró el dispositivo telemático". Pidió "más medios" y "voluntad política" para mejorar aún más el sistema.