Compuesta y sin cobertura
Esther Pérez Verdú
Viernes, 17 de julio 2020, 09:38
Tan ufana que iba yo con mi flamante móvil nuevo, en mi coche de alquiler, a finales de los 90, por aquel camino de cabras, rumbo al museo de La Zarza en La Palma.
Publicidad
Volvía por segunda vez a terminar de instalar un punto de información interactivo. En la primera visita, cuando todavía no tenía móvil, me juré a mí misma comprarme uno al volver a casa, después de imaginar cómo sería tener un accidente y quedarme tirada en medio de aquella carretera por la que no pasaba un alma en bastante tiempo.
Así que me compré un Motorola gris, que todavía conservo en mi museo tecnológico particular, que me saludaba con aquel «Hello, Moto» cuando lo encendía y que se parecía sospechosamente a un walkie talkie. Ya saben, aquella época en la que todavía nos daba vergüenza sacar el móvil y hablar en la calle. En mi segundo viaje, como les digo, iba totalmente preparada y con el móvil en el asiento del copiloto. Hasta que me dio por comprobar el teléfono y vi que en aquella zona no había cobertura.
Noticias relacionadas
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión