Aquí no dimite nadie

El pasado martes, un periódico de los de Madrid abría su edición con un titular espectacular: “Rajoy decide irse”, que era a su vez la síntesis de un amplio reportaje firmado por un periodista estrella, fichaje reciente del mencionado rotativo.

Como es manifiesto, Rajoy no sólo no había decidido irse sino que ese mismo día anunciaba su voluntad de revalidar la presidencia de su partido en el congreso de junio y de concurrir como candidato del PP a las elecciones del 2012. Una decisión perfectamente legítima que, al parecer, tiene el apoyo de las personalidades más relevantes de su partido y que se basa en los buenos, aunque insuficientes, resultados obtenidos por el PP el pasado 9 de marzo.

Era, pues, muy legítimo que Rajoy optara por no dimitir; pero lo que tiene en cambio difícil explicación es que no dimita abochornado el periodista que cometió la colosal torpeza de anunciar lo que no ocurrió sin tener las certidumbres necesarias para asumir ese riesgo. No sólo la política debe funcionar sobre el cimiento de unos principios éticos y profesionales.

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• Elecciones Generales 2008