El día que el Tenerife decidió echar de su cantera a Maikel Mesa

En su último año de cadete, con todos los sueños de niño por cumplir, a Maikel Mesa le dieron puerta en el Tenerife. «Sesé Rivero -encargado de la cantera blanquiazul- me dijo que no contaban conmigo, que no me veía la proyección suficiente y que me tenía que ir», recuerda el centrocampista hoy convertido en referencia de la UD.

Ignacio S. Acedo y José L. Reina

Martes, 21 de julio 2020, 21:27

Lejos de venirse abajo, Maikel optó por reciclarse en el Laguna, el equipo de su ciudad, y relanzar, ya de manera definitiva, una carrera que le ha permitido ser quien siempre quiso. Y aunque a lo largo de su trayectoria ha vuelto a verse con las caras con el Tenerife, tanto en edad de formación como ya en categoría profesional, el derbi del próximo domingo tendrá para él un sabor «muy especial». No lo disimula. Quiere jugarlo y ganarlo. Si, por el camino, tiene la oportunidad de marcar, como ya ha hecho hasta en cuatro ocasiones en este curso, entre Liga y Copa, lo va a celebrar a conciencia. Nada de guiños al pasado porque, tal y como dijo en su presentación, ha cumplido un sueño enfundándose la amarilla.

Publicidad

Maikel profesa respeto por el Tenerife, si bien considera que no le valoraron en su momento y tampoco reconsideraron aquella postura equivocada cuando, tras germinar en el filial del Atlético Osasuna, con debut en Primera como aderezo (Mendilibar le dio la alternativa en el Bernabéu en 2013), jamás le volvieron a llamar. Racing de Ferrol, Mirandés y Nástic fueron sus estaciones previas antes de unirse al proyecto que le propusieron desde la UD. No tuvo nunca noticias del Heliodoro Rodríguez López, postura que no comprendió pero que asumió sin traumas. De hecho, hoy es uno de los jugadores mejor integrados en Las Palmas, donde, pese a la irregular trayectoria del equipo, ha comenzado a destapar sus esencias de centrocampista con zancada y potencia, aguerrido y de amplio catálogo técnico. También solidario en el esfuerzo y comprometido con el escudo. «Estoy donde quiero estar», se congratula en recordar, y con orgullo, cada vez que le inquieren por su condición de tinerfeño en Gran Canaria, algo que le ha valido, también, para hacer afición. Sus familiares y amigos irán con la UD en el duelo de máximo rivalidad.

Seguro su protagonismo en esta cita señalada en el calendario, tras ser titular en los últimos dos encuentros con Paco Herrera y habiendo marcado la pasada jornada en Lugo, sabe, como el resto del vestuario, que no habrá mejor medicina para empezar a sanar de la crisis actual que lograr uno de los triunfos que más llegada tiene al corazón de la afición. Maikel Mesa sigue teniendo esa fe innegociable que, con edad cadete, le permitió superar el rechazo del Tenerife.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad