El fuego de Tejeda se propagó «como si fuera un tsunami»

En la Cumbre grancanaria vuelve a brillar el sol y quedan al descubierto las heridas del fuego originado hace una semana que obligó a la evacuación de 800 personas y acabó con la vida de Carin Ostman.

El analista de fuegos forestales del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, realizó ayer un recorrido junto al presidente insular, Antonio Morales, y al consejero de Emergencias y Medio Ambiente, Miguel Ángel Rodríguez, por las zonas más conflictivas del incendio, explicando las principales actuaciones acometidas para frenar el avance de lo que comparó con un «tsunami» y destacando la labor de equipos que se enfrentaron a llamas de hasta 40 metros de alto.

Una labor que las autoridades han halagado en sus intervenciones y que obtendrá mayor reconocimiento con la concesión de la Medalla de Protección Civil a los equipos Presa y demás trabajadores de Medio Ambiente, según ha propuesto Morales. «Han trabajado como jabatos», señaló el presidente insular.

El fuego originado en Tejeda se extendió en su mayoría por el norte, ya que consiguió atajarse por el sur. «Nuestro gran miedo era que saltara a la cuenca de Tirajana, hubiera sido un desastre tremendo», afirmó Grillo, señalando que el 85% de los cortafuegos establecidos fueron efectivos así como las carreteras y los collados de Cruz de Tejeda, la Goleta y el Roque Nublo, que sirvieron de barreras naturales.

«Teníamos grandes sectores problemáticos que conseguimos que se apagaran: una es la zona de Valleseco y otra es hacia Santa Lucía», explicó el analista. «Hay que tratar de ir de atrás a adelante para tener unos buenos cimientos». Aún sin declararse la extinción completa del fuego, los efectivos permanecen en la zona para evitar que se reactive.

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