Guisguey hace justicia al asesinado Pablo Espinel

Con la inauguración de una era y un conjunto escultórico, la asociación de vecinos Los Pajeros de Guisguey rinde homenaje al alcalde pedáneo Pablo Espinel de Vera que, tal día como día de 1976, murió por los disparos de dos legionarios desertores.

El proyecto vecinal consiste en una plaza en honor a Pablo y a su mujer Agustina Jiménez, que vivió en primera persona el fallecimiento de su marido aquella fatídica mañana del 27 de abril de hace 41 años. El artista Lixber Reguera firma la escultura de cemento coloreado sobre armazón metálico que se levanta junto a una parte de pared de la casa, justo al lado de la puerta donde acabaron con su vida.

David de León, presidente del colectivo vecinal, describe así la muerte de Espinel que empezó a gestarse sobre las diez de la mañana, cuando los legionarios llegaron a Guisguey y pidieron agua, comida y ropa al alcalde pedáneo. «En las cuadras de la casa y tras discutir, Pablo Espinel echó a correr, entonces el legionario J.G.P a una distancia de unos ocho metros disparaba por la espalda al agricultor». Pablo, moribundo, «a duras penas consiguió huir hasta el interior de su casa, donde en su dormitorio guardaba una escopeta de caza que le había regalado su cuñado Eusebio para una perdices que estaban comiendo en las gavias. Sin poder cargarla para defenderse, el cabo A.D.T. que le había quitado el arma a su compañero y a menos de un metro de distancia, descargó una ráfaga de balas sobre el cuerpo de Espinel».

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