Otro servicio en conflicto: ocho casos judicializados y ocho médicos menos en Cardiología del Insular

Los servicios hospitalarios de Canarias son un hervidero de conflictos desde hace años. Los profesionales sanitarios se enfrentan a ellos de manera recurrente mientras, desde algunas gerencias se permite que se enconen. Este es el caso de Cardiología del Hospital Universitario Insular.

Seis años dura ya el conflicto laboral en este servicio que, desde entonces, se ha saldado con dos peticiones de apertura del protocolo de acoso contra su responsable Francisco Jiménez -ambas desestimadas por el equipo directivo- y suscritas en 2018 por 14 médicos y enfermeros y en 2022 por otros cuatro sanitarios; 23 escritos denunciando el «viciado» clima laboral; ocho procesos judiciales abiertos y, por último, el abandono del servicio de ocho especialistas FEAs, que han pedido excedencias y reducciones de jornada o han sido apartados con un expediente disciplinario.

Las consecuencias directas de la falta de resolución de esta situación recaen, una vez más, en el «deterioro» de la calidad asistencial a los pacientes con la «perpetuación de la política represiva, el acoso laboral y maltrato» de Jiménez (jefe en comisión desde 2014 y por concurso desde 2016) sobre el equipo, según denuncian los médicos.

La «impasividad» de los responsables del complejo sanitario, en opinión de estas mismas fuentes, ha propiciado la judicialización de las «faltas de respeto, amenazas e intimidaciones frecuentes y violentas de la jefatura» pero, sobre todo, la 'huida' de profesionales y, por ende, el «incontrolable aumento de las listas de espera» del área en los últimos años.

Los especialistas FEAs vienen denunciando desde 2016 una «serie de episodios de abusos: insultos, gritos, amenazas e intimidaciones...» por parte de la jefatura, unos hechos de los que la gerencia es «conocedora», tal y como consta en los documentos a los que ha tenido acceso este periódico.

La «crispación y el ambiente conflictivo» en el que desempeñan su labor asistencial, siendo esta quizás una de las especialidades sanitarias más delicadas, tiene mucha similitud con las denuncias hechas públicas por sus compañeros de los servicios de Neurocirugía y Urología del Hospital doctor Negrín en las que solicitan el cese de sus respectivos jefes, por este orden, Jesús Morera y Reinaldo Marrero, por supuesto «acoso laboral». Estos casos, sin embargo, no son los únicos en el entorno hospitalario de Canarias. Otros servicios como los de Oncología, también en el área norte, o los de Anestesia, Medicina Interna o Ginecología en el complejo hospitalario Insular-Materno-Insular ya han dado la voz de alarma ante un panorama sanitario «colapsado y con un evidente problema de gestión que está llevando a los profesionales al hartazgo y cansancio, e incluso, a abandonar el ejercicio en el sistema público», señalan las fuentes.

Parte de este conflicto proviene de la impugnación de las convocatorias para cubrir los puestos de jefatura (servicio y sección) de algunos médicos del servicio que, incluso, llegó a los juzgados. En junio de 2018, el TSJC anuló el nombramiento de Jiménez como jefe de Cardiología por la presencia en el tribunal calificador de un cargo de designación política, VíctorNaranjo, entonces gerente del Chuimi, un fallo que, por otro lado, pone en entredicho la elección de los jefes de servicio en los hospitales de las Islas.

«Desde entonces comenzaron los problemas en el servicio y, aún hoy, ni el SCS ni la dirección gerencia han acatado la sentencia puesto que continúa en el cargo», que según explican estas fuentes, obtuvo con «ciertas irregularidades en la puntuación de su proyecto». «Permiten el maltrato al personal y lo más preocupantes es que prescinden de los profesionales con más experiencia, afirman.

Como ejemplo apuntan que de los 4 hemodinamistas -entre ellos el jefe de servicio- con más de 20 años en la realización de cateterismos, la dirección médica decidió trasladar a uno a otra sección del servicio y permitió que otros dos pidieran una excedencia «por no aguantar más, en vez de apartar a Jiménez». En la actualidad, solo está Jiménez con dos dompañeros que carecen de experiencia» en esta prueba diagnostica. «Es escandaloso que de cuatro expertos en cateterismos, solo quede uno», aseveran.

Los números no mienten. El éxodo del talento del servicio de Cardiología del Hospital Insular de Gran Canaria engrosa desde hace años la lista de espera de consulta y pruebas diagnósticas de su población de referencia -área sur y este de Gran Canaria (400.000 cartillas) y para la isla de Fuerteventura (otras 100.000) más la flotante- que el hospital trata de atajar «derivando a casi todos los pacientes a centros concertados», por lo que muchos profesionales del complejo hospitalario Insular Materno-Infantil (CHUIMI) hablan de «desmantelamiento del servicio de Cardiología», subrayan las fuentes.

Y es que la demora para un cateterismo está por «encima de un año» y para una ablación de arritmas de febrilación auricular «sube a entre dos y tres», un retraso que «aumenta exponencialmente» si se vive en la isla majorera», matizan los especialistas, quienes hacen hincapié en que en este último caso se «incumple» el protocolo de traslados urgentes al Insular pero, tampoco se pone en marcha la Unidad de Hemodinámica prevista en el Hospital General desde Fuerteventura desde 2019.

La espera media para una consulta en este servicio se ha triplicado en los últimos cinco años, de septiembre de 2017 a septiembre de 2022, de 32 días a 95 dias y el número de pacientes se ha incrementado en este mismo periodo más de un 50%, pasando de 1.097 a 1.642 pacientes. A diciembre de 2021, el Insular era el hospital de Canarias con más pacientes pendientes de consulta, casi el doble respecto al siguiente, según las listas de espera del SCS.

Los profesionales, por otro lado, critican que la sala de hemodinámica en Fuerteventura no esté preparada, los enfermos cardiacos majoreros esperen un mes para su traslado a Cardiología CHUIMI, y que en el Insular aún no disponga de su segunda sala . situándolo como el único hospital de tercer nivel de Canarias con única sala de este tipo.

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