Margret mezcla colores y formas y luce enormes tocados y abalorios, aunque su seña de identidad son sus gafas 'oversize'. Redes Sociales

La 'influencer' de la sabana

'Legendary Glamma' ·

La africana Margret Chola triunfa a sus 85 años como modelo en las redes sociales

Sábado, 19 de julio 2025

El glamour brota en tierras inesperadas. Se trata de un don que no discrimina en función de la edad, el género o la condición social, ... y que puede surgir cuando menos se lo espera. Margret Chola ha descubierto su 'charme' a sus 85 años y ha deslumbrado. Pero lo más sorprendente no es que no sea una joven belleza, sino su origen, porque no ha modelado en ninguna pasarela ni protagonizado campañas mediáticas. Hasta su súbita irrupción en Instagram, era una habitante más de una aldea perdida de Zambia, un país muy alejado de los circuitos 'fashionables'. Ella llegó, fue vista en Instagram y triunfó.

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Esta insólita 'influencer' posa con elegancia en mitad de la nada. Sus 'outfit' constituyen una atrevida mezcla de colores y formas, y se acompañan de enormes tocados, numerosos abalorios y diversas joyas, aunque su seña de identidad son sus gafas 'oversize' que la dotan de cierto misterio. El rostro oscuro y curtido destaca bajo pelucas de tonalidades eléctricas y, a menudo, aparece recostada o gozando de la sabana austral sentada en una silla de madera que se antoja su particular trono. La modernidad más exuberante y las raíces nativas se amalgaman en un estilo muy personal y divertido.

El contraste entre las cuidadas poses y el entorno rural contribuye a aumentar la extrañeza e, incluso la sofisticación de la modelo. Podría parecer una osada operación de marketing, pero la historia detrás del éxito de la señora Chola es mucho más sencilla. No encontramos una elaborada estrategia empresarial, sino la espontánea iniciativa de Diana Kaumba, su nieta. La joven, estilista radicada en Nueva York, había regresado a la tierra natal para conmemorar el segundo aniversario del fallecimiento de su padre. Al parecer, llevaba su equipaje repleto de ropa y decidió compartirlo con la abuela.

El experimento pasó de inmediato a las redes sociales. Tras convertir a Margret en todo un dechado de glamour y exotismo, subió la imagen a Instagram y, según sus propias declaraciones, en sólo diez minutos había concitado el interés de 1.000 espectadores que reclamaban más indumentarias. Hoy la cuenta de 'Legendary Glamma', el nombre de la web de la diva, reúne a más de 150.000 seguidores.

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La modelo exhibe las vestimentas en su entorno natal, con campos de maíz al fondo. El encumbramiento le ha llegado tras una vida que no difiere de la habitual de muchas mujeres del sur del planeta. Margret no sabe su edad exacta porque carece de certificado de nacimiento, asistió a la escuela hasta los doce años y, posteriormente, fue obligada a contraer nupcias con un hombre que le doblaba la edad y con quien engendró tres hijos antes de que el matrimonio se rompiera. Las fotografías también muestran ese mísero escenario y ancestrales modos de subsistencia, con la aparición de cabras recubiertas de collares y vistas de precarias viviendas.

Chola ha sido portada de varias revistas. Redes Sociales

Las insólitas instantáneas nos descubren otra faceta de África. Ahora bien, el gusto por la moda no es algo ajeno. Ahí están los dandis congoleños o 'sapeurs', sujetos que alardean de sus inmaculados trajes y bombines. Tampoco la industria textil es un fenómeno creativo y comercial ajeno al continente. Se celebran treinta y dos semanas de la moda, además de una conjunta en Londres y una feria internacional rotatoria. La confección autóctona genera ingresos por valor de unos 15.000 millones de euros anuales. Pero se trata de una industria muy atomizada en la que el 90% de las empresas son de pequeña o mediana dimensión.

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Un icono accidental

Los diseñadores indígenas también comienzan a ser conocidos más allá de las elites de sus respectivos países. La ghanesa Aisha Ayensu, el sudafricano Laduma Ngxokolo o la marfileña Loza Maleombho son figuras emergentes que visten a las estrellas locales o, incluso, a foráneas tan conocidas como Beyoncé o Rihanna. La mixtura entre la tradición local y la occidental, y la espectacular factura artesanal son algunas de sus características más relevantes.

El interés por Margret Chola ha saltado el Atlántico y alcanzado la Gran Manzana. Diarios como el 'New York Post' y revistas especializadas han dado a conocer a este 'icono accidental de la moda', tal y como se define en Instagram. Tampoco es la primera modelo africana que conquista el mundo. Antes llegaron la somalí Iman, la viuda de David Bowie, o la sursudanesa Alek Nek, que huyeron de conflictos bélicos y triunfaron en Europa y Norteamérica. Como otras compañeras, emplearon su proyección para alentar proyectos filantrópicos destinados a empoderar a las mujeres africanas.

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La imagen estampada de la anciana zambiana en camisetas ha inundado la metrópoli y ha alentado su estado de ánimo. Según ha declarado, el interés de los cibernautas por su peculiar estilo la incentiva para seguir y declara su ilusión por dejar un legado para generaciones venideras y el mensaje de que nunca es tarde para disfrutar de la vida y de unos 'stilettos' de vertiginoso tacón.

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