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El fiscal Jesús Lomba considera que la muerte de Encarnación podría haberse evitado con protección. Cober
Crimen de La Isleta

El fiscal cree que la justicia podría haber protegido a Encarnación para evitar su muerte

Tribunales ·

Lomba considera que existían factores de riesgo que deberían haber sido detectados en su momento, ya que el acusado ya había sido denunciado hasta en dos ocasiones por agredir a su exmujer

Samantha Sánchez

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 11 de enero 2023

El fiscal delegado contra la violencia sobre la mujer de Las Palmas, Jesús Lomba, manifestó en la tercera y última sesión del juicio, que la muerte de Encarnación a manos de su exmarido José Marcial P.A. el 4 de abril de 2020, podría haberse evitado si el sistema judicial canario la hubiera protegido.

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Lomba aseguró que existían unos factores de riesgo claros que deberían haber sido detectados en su momento, ya que el acusado ya había sido denunciado hasta en dos ocasiones por agredir a su exmujer, una en 2008, por un puñetazo que le dio en la cara cuando ella rompió un billete de 50 euros que él le había regalado, y otra en 2019, un año antes de los hechos, por una discusión. Sin embargo, estas denuncias no llegaron a culminarse porque ella finalmente no quiso denunciarle.

En 2019, es el propio José Marcial P.A. el que se persona en la comisaría de la Policía Nacional del Distrito Norte, para confesar que había agredido a Encarnación después de una discusión. Ella llegó después y reconoció que había sido agredida por él, pero no quiso continuar con la denuncia. «Que las víctimas al final no denuncien es algo que pasa mucho en los casos de violencia machista. Y esto nos deja sin pruebas», aclaró el fiscal.

En sus conclusiones finales, el fiscal admitió que el sistema judicial pudo haber hecho más para tratar de evitar la muerte de Encarnación, de 77 años, que fue asfixiada hasta la muerte por el inculpado la madrugada del 4 de abril del 2020. «Si hubiéramos puesto una orden de alejamiento en su momento, quizás este crimen no se hubiera producido», planteó.

A pesar de que reconoció que el acusado se encontraba sobrecargado por la situación que vivía junto a su exmujer, Jesús Lomba manifestó que éste «no hizo nada por evitar la sobrecarga que sufría» y que «nunca buscó la ayuda que necesitaba».

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LA MADRUGADA DEL 4 DE ABRIL DE 2020

  • El día de los hechos. El 4 de abril de 2020, sobre las 6.30 de la mañana, José Marcial P.A., sobrepasado por la situación, le pasó el brazo y antebrazo derecho alrededor del cuello a su exmujer Encarnación, de 77 años, y apretó todo lo fuerte que pudo. Segundos más tarde, cogió una de las almohadas del dormitorio y se la colocó sobre la cara, hasta que ella dejó de respirar.

El fiscal se mantuvo firme en su petición de 22 años de cárcel para José Marcial P.A. por entender que se trató de un asesinato. Además, aseguró que este «crimen machista» no puede ser valorado como un acto de amor, sino de «posesión». «El acusado tenía un afán obsesivo por cuidar a la víctima, que está relacionado con la dominación a la que la sometía. Y por esta misma razón asumió una carga que no le correspondía. Pero lo que está claro es que no puede haber acto de amor cuando se quita la vida a alguien», concluyó.

La acusación popular, ejercida por el Instituto Canario de Igualdad, se mostró «totalmente conforme» con las manifestaciones realizadas por el fiscal, por lo que mantuvo también su petición de condena por asesinato. La letrada Inmaculada Quevedo insistió en que el acusado terminó con la vida de su expareja con «alevosía» y de «manera premeditada», siendo «plenamente consciente de lo que hacía». «Solo le faltó decir la popular frase de 'La maté porque era mía'», añadió.

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Las conclusiones de la defensa

Por su parte, la abogada de la defensa, Dara Lorenzo, también se mantuvo firme en su petición de 5 años de prisión para el inculpado por entender que se trató de un homicidio y no de un asesinato, pues la víctima sí tuvo posibilidades de defensa, como así lo señalaron la inspectora jefa de Homicidios de la Policía Nacional y las forenses, que indicaron que se encontró ADN del acusado en las uñas de su exmujer y que éste tenía heridas en los brazos.

La letrada Dara Lorenzo defendió que su cliente cometió un homicidio ya que acabó con la vida de su ex sin alevosía. COBER

Lorenzo mostró su desacuerdo con la declaración de las forenses porque no pudieron «descartar al 100%» que José Marcial P.A. hubiese sufrido un arrebato en el momento en el que cometió el crimen y porque, además, las especialistas justificaron su decisión basándose en el hecho de que el inculpado no sufrió amnesia tras lo sucedido y es que «no siempre tiene que haber una amnesia para que exista arrebato».

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La letrada sostuvo que el acusado «se encontraba solo y desesperado y no podía pedir ayuda, como ya había hecho en otras ocasiones» y que, tras actuar por un arrebato repentino, «tomó conciencia de lo que hizo y automáticamente llamó a la policía». Además, aseguró que éste utilizó la almohada «para que la víctima no sufriera» y que «jamás actuó con superioridad por ser un hombre».

LA PETICIÓN DE PENAS

  • Asesinato. El fiscal Jesús Lomba interesa la imposición de 22 años de cárcel por entender que se trata de un asesinato ya que obró con alevosía, concurriendo las circunstancias agravantes de parentesco y de superioridad de género y la atenuante de confesión, una tesis similar al de la letrada del Instituto Canario de la Mujer, Inmaculada Quevedo.

  • Homicidio. La abogada de la defensa, Dara Lorenzo, por su parte, interesa la imposición de 5 años de prisión porque califica los hechos como un homicidio con las atenuantes de confesión y arrebato u obcecación, descartando la existencia de alevosía.

La declaración de las forenses

En la tercera y última sesión de esta vista ante el Tribunal del Jurado que celebra la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, declararon las forenses que participaron en esta investigación y las que realizaron la autopsia del cadáver y el informe sobre la imputabilidad del acusado.

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En este sentido, las forenses del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas (IML) afirmaron que la muerte de Encarnación a manos de José Marcial P.A. aquel 4 de abril de 2020, no estuvo motivada por un «impulso u arrebato» y que no existe una base patológica que exima al acusado de su imputabilidad.

Las peritas forenses que realizaron la autopsia del cadáver de la víctima durante la tercera sesión del juicio. C7

Las forenses, además, confirmaron que el relato que aportó el acusado el día de los hechos coincide perfectamente con la causa de la muerte, que se produjo por una asfixia mecánica por obstrucción de la vías respiratorias y que terminó desencadenando una anoxia cerebral. «La muerte se produjo en cuestión de minutos. Y aunque él hubiese desistido en su cometido, es muy probable que igualmente hubiera causado consecuencias irreparables para la víctima», señaló una de las especialistas.

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INFORME DE ADN Y VESTIGIOS

  • ADN. Tras el análisis de las muestras recogidas el día de los hechos, se ha confirmado que, tanto la sangre recogida del brazo del acusado como la encontrada en las almohadas del dormitorio principal de la expareja, coinciden con el ADN de la víctima.

Con esta sesión se da por finalizado el acto del juicio y es el jurado popular el que ahora deberá deliberar en base al objeto del veredicto, un documento elaborado por la magistrada presidenta sobre el que los miembros tendrán que determinar la culpabilidad o la no culpabilidad del acusado en este procedimiento.

Este jueves la magistrada presidenta entregará previamente el objeto del veredicto a las partes y, tras las manifestaciones oportunas, se reunirá con el jurado popular para hacerle entrega del mismo y así dar comienzo al aislamiento para la deliberación del caso.

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Imagen del acusado durante el juicio. COBER

«Encarna perdóname»

En su derecho a la última palabra, José Marcial P.A. aprovechó para pedir perdón a la familia de su exmujer Encarnación y a ella misma. «Lo siento mucho. Pido perdón a su hermana, que la quería muchísimo. También pido perdón a sus sobrinos», dijo entre sollozos. «Encarna perdóname», concluyó.

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