Vuelta al cole feliz en un centro rico en diversidad: «Me dieron hasta confeti mágico»
El curso arranca en Canarias y el primer día de clase en Infantil y Primaria estuvo marcado por los reencuentros y las presentaciones | En el CEIP Federico García Lorca no faltaron las sonrisas y las ganas
El martes amaneció con lluvia en Las Palmas de Gran Canaria pero ni el cielo gris ni las nubes fueron capaces de restarle brillo al primer día de clases. «Las niñas están súper contentas y emocionadas, quieren volver a ver a sus compañeros», cuentan las amigas Yelitza y Yanira, madres de Briana y Nai, respectivamente, después del acto de presentación. Las niñas, de cuatro años, cursan Infantil en el colegio público Federico García Lorca, en el barrio de Escaleritas.
Canarias inició ayer las clases de Infantil y Primaria, con 107.000 escolares matriculados en las islas. Más de 250 lo hacen en el colegio público Federico García Lorca, en cuya entrada había desde primera hora de la mañana corrillos de madres –la mayoría– y padres que intercambiaban impresiones sobre el material escolar y los uniformes mientras los niños y niñas, con mochilas nuevas y sonrisas amplias, corrían a abrazar a sus compañeros tras el verano. Una mañana de reencuentros, de abrazos y de ese murmullo frenético que se vive el primer día de curso.
Dentro del centro, la expectación se mezclaba con los nervios. A Daira, de 5 años, le brillaban los ojos mientras mostraba a su padre un regalo inesperado a la salida de la presentación: «Mira, papi, me dieron confeti mágico para el primer día de clase brillar mucho». Como ella, todos los pequeños de Infantil recibieron este detalle simbólico de parte del profesorado, un gesto pensado para recordarles que cada comienzo puede estar lleno de magia y mucho color.
El ambiente en los pasillos era frenético: familias entrando a las aulas, profesores organizando horarios y secretaría atendiendo a padres que todavía se acercaban para matricular a sus hijos. «Hoy seguimos recibiendo matrículas, siendo el primer día de curso llegaron cinco nuevos alumnos», explica la directora del colegio, Coralia del Pino Ojeda, orgullosa de que el centro vaya a contracorriente. Mientras Canarias registra un descenso generalizado de alumnado, el García Lorca no deja de crecer: «Este curso ya superamos los 250 estudiantes, frente a los poco más de 200 de años anteriores», explica la directora.
Con la caída de la pronunciada de la natalidad, el incremento de alumnado en el centro se debe a la llegada de familias de otros países, sobre todo de Latinoamérica. El colegio se ha convertido en un retrato del barrio obrero y diverso en el que está ubicado: aulas con niños procedentes las islas, Venezuela, Cuba, Honduras o Marruecos, entre otros. Para la profesora Marta González, que lleva cuatro años en el centro, esta diversidad es una fortaleza: «Por ejemplo, vienen de países con dictaduras y les damos espacio para que cuenten su realidad. Ellos explican sus costumbres, incluso su gastronomía, y eso abre la mirada de toda la clase».
El caos alegre del primer día se mezclaba con momentos de ternura. Como el de una madre que, al entrar al aula, abrazó a la profesora de su hijo y le dijo: «Le pedí a Dios que sigas siendo la profesora de mi niño. Está demasiado feliz contigo, Samantha».
El centro ha organizado los grupos para mantener ratios bajas en todas las clases, en línea con la aplicación del acuerdo sellado el curso pasado entre la Consejería de Educación y los sindicatos docentes.
En este colegio capitalino la clase que menos estudiantes tiene es oscilan entre un mínimo de 13 y de 19 estudiantes por aula, pudiendo lograr el objetivo de bajar las ratios. En Infantil se ha reforzado la etapa de 3 años con dos grupos adicionales, y desde el año pasado el centro dispone de un aula en el primer ciclo de Infantil, con niños y niñas de dos años. Además, la plantilla suma alrededor de 28 maestros y maestras, a los que se incorporan auxiliares de apoyo para alumnado neurodivergente.
La plantilla combina profesoras recién graduadas con docentes que acaban de estabilizar su plaza, todas llenas de ilusión por retomar la rutina. «Nuestra idea es continuar con las ferias, los espacios creativos y los mercadillos solidarios. Queremos seguir contribuyendo a la sostenibilidad y a la solidaridad desde el aula», resume la directora sobre el proyecto educativo del centro, variado y comprometido.
El colegio organiza dos ferias de ciencias al año, en las que participan desde Infantil hasta sexto, además de mercadillos solidarios en los que se intercambia ropa por alimentos.
Para la directora territorial de Educación en Las Palmas, María del Mar Méndez, la jornada del primer día de clases de Infantil y Primaria en Gran Canaria, transcurrió con normalidad. «Son días de nervios y expectación, pero también de reencuentros muy bonitos», destaca.
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