Imagen del diablo negro. C7

Realizan un TAC al diablo negro hallado en Tenerife

Su avistamiento en superficie y a plena luz del día dio la vuelta al mundo | Con la prueba se busca determinar su estructura interna y si sufría alguna patología

Efe

Santa Cruz de Tenerife

Viernes, 6 de junio 2025, 16:35

El ejemplar de pez abisal Diablo negro, hallado en aguas de Tenerife el pasado 25 de enero, ha sido analizado mediante un escáner de tomografía computarizada para determinar su estructura interna, así como identificar si presenta algún tipo de patología apreciable.

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El pez Diablo negro (Melanocetus johnsonii) apareció con vida en la superficie de las aguas cercanas a la costa de Playa de San Juan (Tenerife), y fue recolectado y donado al Museo de Ciencias Naturales de Tenerife por el biólogo Marc Martín Solá, según ha recordado este viernes el Cabildo insular en una nota.

El estudio realizado ha sido posible gracias a la colaboración del museo con el veterinario y profesor de Patología Comparada en el Royal Veterinary College de la Universidad de Londres Alejandro Suárez quien, junto al conservador de Biología Marina del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Alejandro de Vera, trasladó el pez hasta el hospital veterinario Evidensia Majuelos, entidad que puso a disposición de los investigadores las instalaciones y el personal necesario para la realización de la prueba radiológica.

Mediante esta técnica no invasiva se realizaron varios exámenes en los que se obtuvieron imágenes de cortes transversales con una resolución de 1 milímetro, explica el Cabildo.

El consejero de Cultura y Museos de Tenerife, José Carlos Acha, manifiesta al respecto que los museos son un lugar de difusión de la cultura, pero también debe ser espacios destinados a la investigación y al avance científico.

«El Museo de Naturaleza y Arqueología (Muna) cumple ambas funciones y desarrolla líneas de investigación, como lo demuestra la tomografía realizada al pez Diablo negro localizado en aguas de Tenerife, cuya relevancia ha provocado la difusión internacional de nuestro ictiofauna abisal y una llamada a la necesidad de conservar nuestros ecosistemas marinos», ha apuntado el consejero.

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Acha recuerda que «su descubrimiento que ha atraído la mirada de la comunidad científica internacional y del público general, lo que supone una nueva oportunidad para dar a conocer el trabajo de conservación del museo, así como fortalecer nuestras colecciones».

El nombre científico de este pez está referido a las palabras griegas «melanos» −negro− y «keto» −monstruo marino mitológico−, mientras que johnsonii hace referencia al naturalista británico James Yate Johnson (1820–1900), que recolectó el primer ejemplar conocido.

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La especie habita en zonas profundas, entre 2.000 y 4.500 metros, en los que reinan la oscuridad total, hay mucha presión, bajas temperaturas (4ºC-10ºC) y carencia de producción biológica que asegure una disponibilidad constante de alimento.

En esos lugares los peces abisales han desarrollado adaptaciones evolutivas que les permite explotar con eficiencia los escasos recursos disponibles.

De hecho, presentan bocas grandes con dientes afilados y curvados hacia dentro, capaces de ingerir presas de un tamaño superior al suyo.

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Existe otro caso conocido de avistamiento en superficie de un pez abisal que también se custodia en el Museo de Ciencias Naturales de Tenerife desde que fue encontrado en 2027 por Sergio David Hernández, a bordo del catamarán Bonadea II.

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