Los dos candidatos ven prioritario dar estabilidad financiera a la ULPGC

Una de las cosas que se llevó por delante la crisis económica de 2008 fueron los contratos programas plurianuales con las dos universidades públicas de las islas, la de Las Palmas (ULPGC) y La Laguna (ULL). Desde entonces sus partidas presupuestarias se consignan cada año en los presupuestos, lo que dificulta la organización económica de ambas instituciones. Por eso, tanto el equipo del candidato al Rectorado Rafael Robaina como el de Lluís Serra ven «prioritario» negociar con el Ejecutivo regional un contrato programa plurianual, sujeto a objetivos, que de «estabilidad» financiera a la ULPGC.

«Es necesario que tengamos una financiación estable y la única manera en que podemos lograrlo es la firma contratos programa u otra modalidad que establezca una financiación durante un periodo de tiempo determinada, sujeta a unas reglas, con una financiación básica y otra ligada a objetivos, por ejemplo, pero lo consideramos necesario para que la universidad pueda desarrollar una planificación», señala la que será gerente con Robaina, Eulalia Gil.

A su juicio, esta necesidad es aún más perentoria ahora «teniendo en cuenta las circunstancias en las que vivimos actualmente de incertidumbre económica» por la pandemia.

En la misma línea se manifiesta el candidato a gerente con Serra, Roberto Moreno. «Tenemos que volver a la senda de un contrato programa. Hay que poner las reglas de juego claras. Estar negociando cada curso el presupuesto es agotador e impide planificar, saber los recursos con los que cuentas. En un contrato programa plurianual la Comunidad, como principal financiadora -más del 80% de la financiación de las dos universidades públicas canarias proviene del Ejecutivo canario- también debe poner las exigencias que nos hace, negro sobre blanco, para saber que puntos hay que cumplir». Según Moreno, en esta petición coinciden la ULPGC y la ULL.

Con respecto a la financiación actual, la coincidencia es igualmente evidente. Para ambos equipos es necesario aumentarla. «El presupuesto es insuficiente», señala Eulalia Gil. De hecho, recuerda la ahora gerente en funciones, «no hemos logrado estar en los niveles anteriores a 2010».

El presupuesto de la ULPGC para 2021, según se anuncia en la propia web de la institución, es de 150,61 millones de euros.

Para Roberto Moreno «no solo esta universidad sino en todas no se puede bajar de determinada financiación» para poder dar servicio al alumnado, mantener al personal y las infraestructuras. «Yo creo que ya hemos llegado a ese punto. El presupuesto y la función de la universidad se tienen que replantear bien e ir al contrato programa por un periodo de tres o cuatro años y pensar de dónde podemos obtener financiación extra y creciente».

Precisamente esa disminución de la financiación y la falta de estabilidad repercuten directamente en la contratación de personal, aunque «el ritmo también ha estado ligado a la política de restricción presupuestaria» que se impuso desde el Gobierno de España con la crisis. Así, reconoce Eulalia Gil, «hemos perdido personal que no hemos recuperado».

La gerencia de la ULPGC también tendrá otro reto por delante los próximos cuatro años, la estabilización del personal de administración y servicios (PAS), compuesto por 894 personas. De ellas 406 son personal funcionario, con lo que el 54% (488) es laboral.

«Ahora mismo en la universidad no sobra nadie. No podemos permitirnos el lujo de perder recursos humanos, perder conocimiento. Hay muchas personas que llevan muchos años en esta situación», reconoce Moreno.

«Es algo que se tiene que resolver, no podemos tener más del 40% de temporalidad, con lo que ello supone de conflictividad», añade Eulalia Gil.

Ambos, sin embargo, saben que la solución debe venir del Gobierno de España, como están demandando las plantillas de todas las administraciones públicas.