Aluvión de críticas por la homofobia «reincidente» del obispo de Tenerife

Colectivos, asociaciones, activistas de los derechos humanos, partidos políticos de distinto signo y sindicatos coincidieron ayer en reprobar al obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, instándole a rectificar su «reincidente» homofobia al comparar la homosexualidad con el alcoholismo y calificarla de «pecado mortal» o pidiendo su cese. Las declaraciones del obispo tuvieron miles de respuestas en las redes sociales y llegaron a cabeceras nacionales.

«Para que una cosa sea pecado mortal hace falta que la persona sea consciente de que es pecado, que lo haga libremente y que no esté condicionada por nada, pero que sepa y que tenga conciencia de que lo que hace está mal», manifestó Álvarez en Televisión Canaria. «A pesar de que saben que está mal, lo hacen, sin ser condicionados por nada. Es como la persona que bebe y cuando bebe hace cualquier disparate. Claro, lo que tiene que hacer es no beber», añadió.

El presidente canario, Ángel Víctor Torres, fue uno de los que instó al obispo a que «rectifique» sus «inaceptables» declaraciones sobre la homosexualidad. En declaraciones a la Ser, Torres invitó al obispo a «salir» y ser «consciente de en qué mundo vive».

«La homosexualidad y la heterosexualidad son semejantes en respeto, ninguna está por encima ni por debajo de la otra. Hemos caminado mucho y nos ha costado mucho conseguir derechos de igualdad para que diga ahora que es una enfermedad o un pecado mortal. Creo que debería rectificar, sinceramente, poco favor hace a la Iglesia estas declaraciones», ha añadido el presidente.

Sus palabras las retuiteó, entre otras personas, la conocida activista Carla Antonelli.

Sergio Siverio, portavoz de DiversasLGTBI, declaró en la Sexta Noticias que el obispo «debe ser cesado inmediatamente». Estas «declaraciones mezquinas y casposas generan sentimientos de culpa en muchas personas LGTBI, algunas de ellas creyentes», dijo Siverio en su Twitter.

La consejera de Derechos Sociales, Noemí Santana escribió: «No hay Dios que justifique a este Obispo», mientras la viceconsejera de Igualdad y Diversidad, Sylvia Jaén señaló que «el obispo de Tenerife insulta a Canarias al hablar de pecado mortal de la homosexualidad. Estas declaraciones no corresponden a esta época, a esta Canarias, ni a este Estado de Derecho».

Desde el colectivo Cogam recordaron que el obispo de tenerife «saltó a la fama en 2007 relacionando la homosexualidad con la pedofilia. Ahora con el alcoholismo. Es inadmisible y por eso desde Cogam exigimos una rectificación y su cese inmediato. Basta ya de criminalizar al colectivo #LGTBIQ».

Las juventudes del PSOE y Coalición canaria, la cuenta oficial de Nueva Canarias o sindicatos como UGT también se hicieron eco ayer de las críticas del obispo y le exigieron una rectificación. El secretario general de UGT en Canarias, Manuel Navarro, señaló en un comunicado que no se entiende que «a día de hoy este tipo de discursos pueden seguir formando parte de esta institución, pero lo que menos podemos entender es la falta de responsabilidad del que se considera máximo representante de la Iglesia en la isla».

El nombre de Bernardo Álvarez, está asociado a varias polémicas por las que en distintos momentos se ha pedido su dimisión. Cabe recordar que en febrero pasado, cuando aún la vacuna contra la covid solo se dispensaba a mayores en residencias o personas de más de 80 años, la Consejería de Sanidad confirmó que el obispo se saltó el orden. Además, en una entrevista en La Opinión no solo criticó la homosexualidad sino que llegó a responder tras recordarle que el abuso de menores es una relación no consentida que «puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan». El obispo respondió entonces con el silencio.