La suspensión de la Semana Santa deja más decepción que pérdidas

Explica que el anuncio que la Unión de Hermandades, Cofradías y Patronazgos de Gran Canaria hizo el pasado sábado de suspender los actos de la Cuaresma y Semana Santa en la capital grancanaria ha sido para entidades como la que representa, que viven de una forma tan directa esta celebración, un golpe moral más que económico. «Se ha cerrado todo a tiempo», apunta. Y aunque reconoce que «ha habido unos pequeños gastos», estos «los asumimos como hermandad» ya que se trata de «unos carteles y trípticos y cartas que mandamos a los cofrades» y «no han sido excesivos».

Añade que «solo nos queda la pena de lo que ha sucedido», pero tiene claro que «lo importante es que esto se acabe de una vez». Además, recuerda que «la Semana Santa se ha suspendido en cuanto a las procesiones y los cultos, porque por desgracia no podemos asistir a las parroquias, pero como cristianos debemos de vivirla de una manera íntima».

Ojeda apunta que a nivel de cofradía además «teníamos organizado un retiro», algo que realizan «desde hace muchísimos años» y que este año «habíamos abierto a nivel arciprestal, y que también hemos tenido que suspender cuando estaba todo organizado, pero las circunstancias obligan».

Pero lejos de dejarse abatir por la situación busca la parte positiva y señala que se debe tomar como una oportunidad para reflexionar. «Quizá esto nos suponga dar un frenazo y pensar en lo que de verdad merece la pena y lo que sobra o de lo que podemos prescindir», expone.

Es consciente de que pasados los primeros días de confinamiento, en los que muchos tiraron del humor para sobrellevar la situación, hay que «reflexionar que esto va para largo, que hay muchísima gente que lo está pasando mal». Sin olvidar «la soledad» a la que se ven abocadas muchas personas mayores ya que son un grupo de riesgo y han visto restringidas las visitas de familiares, algo que confiesa vive en primera persona.

Para José Vicente Navarro la decepción por no poder salir esta Semana Santa es doble; por un lado, porque ve la tristeza que ha embargado a las muchas personas que se implican en la procesión que organizan cada Domingo de Ramos por la tarde y, por otra, porque se despide de su cargo en la Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de Esperanza de Vegueta. «Estamos bastante decepcionados, sobre todo yo, personalmente, porque es mi último año como Hermano Mayor», indica.

Explica que aunque «estamos negociando todavía algunos asuntos» que ya habían cerrado para llevar a cabo la salida de sus dos tronos, otros ya están resueltos. «Teníamos la Banda de la Escuela Municipal de Música de Firgas para el concierto del pregón y con ellos hemos llegado a un acuerdo», relata. En cuanto al compromiso que tenían con las bandas de Agüimes e Ingenio, comenta que el responsable de estas gestiones, el Mayordomo de la cofradía, trabaja en ellas y «creo que ha llegado a un acuerdo con ellos» ya que «hemos avisado a tiempo» y también porque la decisión de suspender «no ha sido nuestra».

En lo referente a las flores que tenían encargadas como en años anteriores para decorar los tronos, comenta que en cuanto optaron por no salir -siguieron las recomendaciones del Obispo y del Gobierno-, «el Mayordomo se puso inmediatamente en contacto con el invernadero» con el trabajan habitualmente «y han llegado a un acuerdo ya que ellos tenían que traerlas de fuera y han anulado el pedido».

Navarro recuerda que los Nazarenos de Vegueta, como se conoce popularmente a la entidad que representa, cada año invierten «entre 4.500 o 5.000 euros, aproximadamente» en los arreglos florales y en la música.

Sin embargo, destaca que la desilusión de no salir es incalculable, sobre todo para los costaleros «que ya habían ensayado un día y tenían esa gran ilusión de llevar a su Virgen y a su Cristo por las calles de Vegueta, porque es una manera de evangelizar como otra cualquiera».

En la Cofradía del Santo Encuentro también señalan la decepción de no salir en procesión esta Semana Santa como el principal perjuicio.

David Rivero, secretario y diputado de culto de la organización, explica que la premura a la hora de anular pedidos les ha permitido evitar el desembolso de «varios miles de euros» que cada año destinan a los arreglos florales de los cinco tronos que sacan en procesión y de las formaciones musicales que contratan para esas citas religiosas.

Así, destaca que «fuimos los primeros en cancelar» los actos previstos ya que el pregón de la cofradía estaba fijado para el viernes previo al anuncio oficial de suspensión, y en realidad «ese fue el principal gasto».

La decisión de «cancelar a tiempo» permitió a la entidad ahorrarse el coste «de las personas que están con los tronos y las flores, lo que es bastante». Y es Rivero apunta que solo en flores el gasto ronda los «800 euros» mientras que la contratación de la banda de música alcanza los «mil y algo», a lo que se suelen sumar aspectos como el pago «de guaguas o transporte de vallas».

En cualquier caso, insiste en que el mayor daño es el que se ha generado a nivel anímico. «La gente se ha quedado bastante tocada por no salir», asegura.

El caso de la Cofradía del Cristo del Buen Fin es algo diferente al de resto de hermandades, como explica su máximo responsable, Miguel Rodríguez, ya que «lo nuestro es un Vía Crucis que no lleva ni flores ni música, la llamada procesión del silencio». Por eso, dice que «los únicos gastos» que afrontan son «de limpieza y de mantenimiento» del «trono de plata» y del sistema hidráulico que facilita sacar la imagen de su templo, la ermita del Espíritu Santo.

Lo que sí asegura que les une a las demás entidades hermanas en no poder salir en procesión. «Es la unica pena», certifica.

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