Torres evita reconocer «machismo» en su equipo y pide «bajar el pistón»

El presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, evitó ayer reconocer o condenar actitudes machistas en su Gabinete y además tiró por la calle de en medio y pidió «bajar el pistón» ante intervenciones duras «de la oposición y a la inversa también».

Recordó que él recibió «hasta nueve calificativos» de la portavoz del Grupo Popular, Australia Navarro, por lo que abogó mantener el «máximo respeto» en los debates de la Cámara e indicó que igual de grave que la misoginia es la misandria y, cuando se produce, «hay que atacarla, perseguirla y denostarla».

Esta respuesta de Torres se produjo después de que la diputada de Ciudadanos (Cs), Vidina Espino, utilizara su intervención en una pregunta al presidente sobre las vacunas para «saltarse» el Reglamento de la Cámara y pedir a Torres que «corte de una vez las actitudes machistas de miembros del Gobierno». En referencia al consejero de Administraciones Públicas, Julio Pérez, Espino indicó que «hay consejeros con mentalidad del siglo XIX» y le pidió que ofreciera disculpas o mantuviera una «charlita con la directora de Igualdad a ver si avanza o váyase a su casa».

La intervención de la diputada de Ciudadanos provocó el enfado del presidente del Parlamento, Gustavo Matos, quien le indicó que había incumplido el Reglamento al utilizar su intervención «de manera torticera» para una pregunta que no tenía relación con la que debía hacer. Tras negarle la palabra y llamarla al orden al intentar intervenir nuevamente, Matos indicó que no la había cortado por tratarse de un asunto «sensible», pero le advirtió que lo hará en el futuro si se vuelve a producir una situación similar.

Las quejas por «actitudes machistas» y «trato vejatorio» fueron presentadas por las diputadas Vidina Espino (Cs) y Astrid Pérez (PP) después de una comisión de Gobernación, Justicia y Seguridad contra el consejero de Administraciones Públicas, Julio Pérez, señalando que se producen de manera reiterada y solo hacia parlamentarias. Antes de recibir los escritos, tal como ha apuntado el presidente del Parlamento, Gustavo Matos, la Mesa de la Cámara actuó de oficio y pidió a la presidenta de la Comisión, Rosa Bella Cabrera (PSOE), un informe de la «incidencia».

Cabrera respondió ayer mismo a la dirección del Parlamento indicando que en la citada sesión se produjo «un intenso debate» entre la diputada Astrid Pérez y el consejero de Administraciones Públicas y «en ningún momento, ni durante el mismo ni posteriormente, se solicitó por parte de los intervinientes, ni diputados o diputadas asistentes, hacer uso de las previsiones establecidas en el Reglamento de la Cámara o amparo alguno a ninguno de los miembros de la Comisión».

Matos ha recordado que la Presidencia y la mesa de una comisión es «autoridad» y por tanto quien debe intervenir en el caso de que se produzca alguna incidencia.