La neutralidad como garantía de seguridad

A Canarias«le va la vida» en convertirse en una zona desmilitarizada, de paz y neutral. Así lo entiende la treintena de colectivos sociales, políticos y sindicales que integran la Plataforma canaria por la paz, contra la OTAN y por la neutralidad para Canarias, que ayer presentó ayer su propuesta de Estatuto de neutralidad ante la «gravísima militarización» de las islas y a la vez como «la mejor garantía» de seguridad.

Casi cuatro décadas después de que Canarias votara 'no a la OTAN' en el referéndum convocado por el Gobierno de España, el Estatuto de neutralidad -en el que se lleva trabajando más de un año-, pretende ser «la bandera de la lucha por la paz en el futuro», tal como indicó el portavoz de la plataforma, Carmelo Suárez.

El objetivo es que este documento llegue al Parlamento de Canarias y sea reconocido «a nivel estatal e internacional». De momento desconocen la fórmula para acceder a la Cámara aunque probablemente será a través de una iniciativa legislativa popular.

En cualquier caso, de cara a las próximas elecciones de mayo, los promotores de la propuesta esperan que los distintos partidos, «sobre todo de izquierdas», se posicionen y promuevan en sus programas la «neutralidad activa», tal como indicó Vicente Quintana (Ahora Canarias).

El texto presentado ayer recuerda que la declaración de Canarias como plataforma de paz está incluida en el Estatuto de Autonomía aunque «lo hace de forma limitada y sin eficacia política».

Agrega la propuesta pretende convertirse en «una seña de identidad» de quienes la asuman «para que Canarias no se utilice como plataforma militar contra otros pueblos».

A la vez, plantea que dejen de desarrollarse maniobras internacionales en las islas tal como ocurre en la actualidad. En este sentido, insisten en la necesidad de defender la neutralidad de Canarias como la mejor medida de seguridad «en un escenario internacional de guerra, que va a ir a más, y para evitar que quienes se sientan agredidas nos consideren un objetivo militar».

Por su parte, la representante de CC OO, Esther Ortega, aseguró que, Canarias quiere vivir tranquila y libre de objetivos militares, pero también apuntó que, desde el punto de vista económico, se debe tener en cuenta que el archipiélago «vive del turismo y no nos interesa que nos metan en este saco como territorio estratégico ante posibles conflictos o futuras guerras».

Los canarios, apostilló la dirigente sindical, «no queremos ser objetivo militar, sino de acogida, no solo por razones históricas, sino económicas».

Desde Alternativa Antimilitarista y Acción Directa No Violenta (ADNV), su portavoz, María de la Fe Navarro, denunció que actualmente se está incentivando «una cultura de la guerra» y criticó el fomento de «juras de bandera civiles en numerosos municipios o cómo se está yendo a reclutar soldados para el Ejército entre gente que no tiene horizontes».

Por el contrario, destacó que la plataforma «pone la vida en el centro y trabaja por la cultura de la paz, porque la verdadera seguridad nunca va a estar en las armas y la militarización de un país».

Asimismo, los portavoces de este colectivo denunciaron el «obsceno» gasto militar en el archipiélago -citaron el gasto de 2.000 millones de euros en renovar la «flota aérea de guerra» en la base de Gando- mientras continúan las listas de espera en Sanidad o Dependencia, indicaron.

Marruecos

Por otro lado, los representantes de la Plataforma canaria por la paz, contra la OTAN y por la neutralidad de Canarias criticaron el cambio de posición de España sobre el Sáhara Occidental porque, a juicio de Vicente Quintana, «al pueblo saharaui lo han venido, pero para nosotros es una puñalada en el corazón que nos deja en situación de desventaja».

Al respecto, reiteró que a pocos kilómetros de las islas se está produciendo una «guerra silenciada» entre Sáhara y Marruecos y considera fundamental que este espacio sea «zona pacífica».

Apuntó Quintana que «tenemos enfrente a un país (Marruecos) muy agresivo y expansivo, apoyado por el sionismo y Estados Unidos» lo que convierte al archipiélago en una frontera internacional «de enorme riesgo».

La propuesta de Estatuto de neutralidad presentada ayer se va a encontrar enfrente «con el boicot absoluto de los señores de la guerra y de las geopolíticas de bloque», indicaron sus impulsores, pero confían en que la ciudadanía sabe defender sus intereses».

Por eso, se mostraron convencidos de que esta iniciativa «va a contar con mucha receptividad entre los canarios, ya que significa acabar con el proceso de desmilitarización y promover la cultura de la paz».

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