Las caras nuevas estrenan cargos y los repetidores les hacen hueco en la Cámara

La mañana de este martes empezó movida y poco tuvieron que ver los políticos. Una batucada a modo de protesta esperaba a las puertas del Parlamento de Canarias, en la capital tinerfeña. Las familias agrupadas en la Plataforma de Atención Temprana, Patdi, decidieron alzar la voz por los menores de las Islas el mismo día que se iba a constituir la Cámara regional.

Algo que evidentemente no fue una casualidad. Solo hacía falta poner la oreja un rato para darse cuenta: «¡Menores en desamparo, políticos al paro!», gritaban al ritmo de los tambores. Más claro, agua.

Pero la batucada no fue lo único ruidoso de la jornada. El llanto de un bebé escondido en la tribuna de los invitados amenizó la toma de posesión de los setenta representantes elegidos por el pueblo canario en los comicios del 28 de mayo. También lo hizo la cancioncita de un teléfono móvil que alguno de los presentes olvidó apagar.

A esto, además, hay que sumarle el vibrante sonido de los aplausos que se volvían eternos y la martilleante bulla que generaban las conversaciones superpuestas en un espacio tan reducido. Uno en el que los famosos «Sí, prometo» o «Sí, juro» llegaron a pronunciarse con tanta pasión que terminaron por retumbar en las paredes de la sala.

Hay quienes piensan que la sesión constitutiva sólo puede estar marcada por el estricto protocolo que caracteriza este pleno. Pero resulta que hay más. Mucho más. Y es que los pasillos y rincones del emblemático edificio, además de servir para dar cobijo a las personas asitentes, son receptores de grandes historias. Historias que salen a la luz con los que consiguen afinar bien dos de sus cinco sentidos:la vista y el oído.

Durante la mañana de este martes se contaron unas cuantas, pero hubo una que se llevó todos los focos: la protagonizada por el tándem conformado por el presidente en funciones, Ángel Víctor Torres (PSOE) y el próximo jefe del Ejecutivo de Canarias para los próximos cuatro años, Fernando Clavijo (CC).

En pocas palabras, los rivales en el ruedo político se mantuvieron en su línea: juntos, pero no revueltos. Excepto cuando se fundieron en un abrazo cordial antes de que diera comienzo el pleno. Momento en el que un grupo de fotógrafos aprovechó para rodearlos como si de una avalancha se tratara con el único objetivo de capturar la mejor instantánea.

Esta vez, Torres se volvió a sentar en el banco azul del hemiciclo, pero le queda muy poco para tener que ceder su sitio a Clavijo. Lo hará después del debate de investidura, que tendrá lugar entre los días 10 y 12 de julio.

El saludo entre el presidente en funciones y Casimiro Curbelo (ASG) también dio de qué hablar. Pero, sin duda, la anécdota estrella de la jornada tuvo como personaje principal a la nacionalista Ana Oramas, una vieja conocida de la Cámara, que cuando tenía que jurar o prometer como diputada, empezó a recitar la fórmula que le tocaba para cuando fue elegida vicepresidenta de la Mesa parlamentaria. Un despiste con risas aseguradas.

Como si de un inicio de curso se tratara: así se vivió el arranque de la XI legislatura del Parlamento canario, que congregó a parlamentarios de todas las Islas que ayer se unieron para comenzar a constuir una Canarias mejor. Fue una mezcla entre caras nuevas que buscaban hacerse un hueco en el imponente edificio y repetidores que ya lo sienten como su segunda casa.

La mayoría llegó volando, pero otros, como el vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria y consejero de Obras Públicas y Transportes, Miguel Ángel Pérez del Pino, lo hicieron por mar. Lo que está claro es que ninguno quiso que le contaran la jornada y por ello prefirieron vivirla.

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