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Episodio 9

El jardinero fiel

El paisajista más famoso de la televisión, Iñigo Segurola, volcó todos sus esfuerzos en levantar el proyecto de su vida, el jardín Lur Garden. Esa obsesión le cambiará como paisajista y como persona

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Miércoles, 12 de junio 2024, 23:09

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La vida se parece mucho a un jardín, sobre todo si te llamas Íñigo Segurola y desde pequeño sabes que te vas a dedicar al paisajismo. Y si recibiste la llamada de la televisión y dedicaste dos décadas de tu vida a Bricomanía, pues mucho más. El programa de bricolaje y jardinería convirtió a nuestro protagonista en uno de los rostros más reconocibles de España, y le dio muchas alegrías. Pero Íñigo decidió centrarse en otro proyecto, el jardín de jardines Lur Garden, un oasis que, poco a poco, le ha ido moldeando, le ha ido enseñando cómo enfrentar la vida con toda la sabiduría de la naturaleza.

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Créditos

  • Una historia de Isabel Ibáñez

  • Guion Isabel Ibáñez y Luigi Gómez

  • Coordinación y edición Luigi Gómez y Carlos G. Fernández

  • Producción técnica Íñigo Martín Ciordia

  • Diseño sonoro y mezcla Rodrigo Ortiz de Zárate

  • Ilustración Raúl Canales

  • Dirección y producción ejecutiva José Ángel Esteban

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Transcripción

Episodio 9

El jardinero fiel

FUERA DEL RADAR - EL JARDINERO FIEL
CARLOS GARCÍA FERNÁNDEZ: ¿Qué tal?, bienvenidas y bienvenidos a nuestras historias.
SONIDO JARDÍN/NATURALEZA
CGF: La vida puede parecerse mucho a un jardín…
IÑIGO SEGUROLA: Es un pulso entre la naturaleza, un jardín. ¿Qué quitas?, ¿qué dejas? Entonces, en ese sentido sí que hay como una relación que puede ser muy tensa con la naturaleza o muy holgada y muy flexible.
CGF: Y a la forma en que te puedes relacionar con él.
IS: El gran error con un jardín, es intentar ir contra natura, no intentar pelear para conseguir lo imposible.
CGF: Está repleta de pequeños aprendizajes que solo pueden venir de vivirla.
IS: Todo ese aprendizaje te lo da, sobre todo cuando tú eres jardinero, cuando metes las manos en la tierra.
CGF: En ocasiones te ofrece romances…
IS: Otro amor mío, fiel profesional que todavía sigue siendo es una gramínea, el Penis Tuna Lope. Es una hierba que es muy generosa. También me encanta.
CGF: Y en otras, despedidas…
IS: Pero bueno, si tengo que aceptar la muerte de las hortensias, la voy a aceptar sin ningún problema porque ya vendrá algo nuevo. O sea, ya no voy a sufrir como sufrí con el bog.
CGF: Desde luego, es así para el paisajista Iñigo Segurola. Alguien que conoce bien sus momentos de calma…
IS: Es un gran estanque donde no quisimos poner ninguna planta acuática para no romper esa paz y ese efecto espejo.
CGF: Pero también esos espacios de lucha que esta vida te pone por medio.
IS: Un poco de pelea puedes tener porque el jardín de siempre ha sido un espacio de pelea, porque en un jardín siempre se han plantado cosas que no eran del lugar. Ha sido un espacio de aclimatación.
CGF: Ha vivido de cerca la necesidad del cambio.
IS: Tú dejas una lámina de agua estancada al sol, que es el caso, y el agua se pudre.
CGF: De un cambio profundo…
IS: Pues tuve que irme reseteando completamente. Fue como un morir para renacer.
CGF: Porque la pasión por lo que hace a punto estuvo de arrastrarle… de arrebatarle todo e incluso de hacerle olvidar quién era.
IS: Todo mi tiempo libre se empieza a centrar en trabajar en este jardín. Eso se une a que empieza a ser una obsesión un poco evasiva. Según los años van 'palante'.
CGF: Es la vida de quién siempre tuvo claro que tenía que ser el jardinero de su jardín.
IS: Yo creo que mi vida está escrita, que yo nací para construir Lur Garden, pero no tengo ninguna duda.
CABECERA - FUERA DEL RADAR. EN ESTE EPISODIO: EL JARDINERO FIEL
SINTONÍA BRICOMANÍA
CARLOS GARCÍA FERNÁNDEZ: Pocos serán los que no reconozcan la sintonía de este programa de televisión…
FRAGMENTO DEL PROGRAMA
CGF: Y las voces que lo protagonizaban…
ISABEL IBÁÑEZ: Esos inicios de Bricomanía eran masivos. Llegamos a ganar un premio Ondas por ser el programa más visto de la dos.
CGF: La emisión superaba en sus mejores tiempos los 2 millones y medio de espectadores…
IS: Yo estuve 23. Yo creo que Bricomanía ha durado 24 años.
CGF: Ese fue el tiempo en el que Iñigo Segurola, más conocido por muchos simplemente como 'el de las plantas de Bricomanía' conquistó cada televisión de España. Iñigo tiene ahora 57 años y lo ha logrado prácticamente todo en el mundo del paisajismo en España… pero su relación con la naturaleza viene de atrás… de muy atrás…
IS: Yo siempre digo que mi afición con el mundo verde viene de cuando yo iba a la Ikastola Orange.
CGF: Clases y enseñanzas que para otros niños pasaron sin más, en Iñigo germinaron y no pararon de crecer.
IS: Ese experimento que han hecho todas las niñas y los niños de poner una alubia encima del algodón y ver cómo salían esas primeras raíces y esas primeras hojas. Eso me fascinó, osea ver que de una semilla emergía vida. el verde me entró en vena y esa vena verde la he tenido desde pequeñito.
CGF: Conocía cada árbol, cada flor silvestre…
IS: Tengo un recuerdo entrañable que es como mi padre me acerca una rama de un manzano donde había una manzana marchita que había quedado todo el invierno suspendida de de la rama y me dijo que eso era una manzana que salía del manzano. Entonces imagínate si todo este mundo del verde me me afectó y lo tenía muy, muy, muy presente.
CGF: Según van avanzando los estudios toca ir pensando qué quieres ser de mayor y llega el momento de elegir una carrera.
IS: Entre mis opciones, la primera era ser paisajista. Yo ya quería ser paisajista.
CGF: Sigue contando esta historia Isabel Ibañez.
ISABEL IBAÑEZ: Ni abogado, ni bombero, ni astronauta. En realidad, Iñigo siempre lo ha tenido claro.
IS: Creo que una de las grandes suertes de mi vida es haberlo tenido tan claro desde pequeño lo que me apasionaba y he podido vivir muy bien de de ello.
II: Pero surge un problema: por aquel entonces en España no había estudios oficiales de paisajismo.
IS: Con lo cual yo en casa comenté que me gustaría irme a Francia, a la escuela de Versalles, a estudiar paisajismo. Me dijeron que eligiese algo aquí primero y que luego yo haría lo que quisiese.
II: Se dividía entre Arquitectura, Bellas Artes e Ingeniería Agrónoma. Pero era está última la que más le acercaba al mundo verde.
IS: y ya una vez que ya empecé a trabajar como técnico de jardinería, con el dinerito primero que me ahorré, me fui a desarrollar mi pasión, que era estudiar paisajismo y estuve durante dos años en en Edimburgo formándome.
II: Cada paso que ha dado Iñigo en su vida le ha dirigido hacia su pasión.
IS: Lo que digo es que este ordenador mío que hay aquí dentro de la cabeza sirve para esta profesión.
II: Algo que otros detectaron inmediatamente.
IS: El tema de la televisión es también una de esas cosas que se te ponen en la vida de una forma muy curiosa. Nosotros ya habíamos empezado con Lur paisajistak, con nuestro estudio de paisajismo, a proyectar parques y jardines. Ya estábamos asentados en Oyarzun.
II: Fue ahí, donde había establecido el estudio de sus sueños cuando, un día, sonó el teléfono.
IS: De Bricomanía se pusieron en contacto con nosotros porque era ya el segundo año de Bricomanía. Habían empezado ya a emitir unos consejos de jardinería donde veían que no tenían el control sobre lo que decían, entonces nos encargaron desarrollar diez guiones técnicos sobre temas de jardinería y luego que les hiciésemos asistencia en grabación.
II: En esa temporada, Bricomanía se grababa en Oyarzun. Estaban casi puerta con puerta.
IS: El director Iñigo Rehaga de Bricomanía ese verano me dijo: «Mira, te voy a hacer una prueba de cámara y si le gustas a la cámara establezco una sección fija de jardinería dentro del programa».
II: No hizo falta ningún casting. Se puso frente al objetivo, comenzó a hablar y sucedió lo que tenía que suceder…
IS: Me suelen hacer entrevistas y me dicen: «¡Ay, qué pasión, qué no sé qué!», pues es algo que vivo.
II: Y eso, el director lo entendió al instante…
IS: Parece ser que la televisión me quiso, la cámara me quiso y estableció esa sección de jardinería que yo me la cuestioné muy mucho cuando me la ofreció.
II: Aparecer en la tele son palabras mayores. Íñigo temía que le pasase factura en su carrera
IS: Siempre digo que para ser buen paisajista tienes que ser jardinero pero sí que yo estaba reivindicando el paisajismo. Yo decía: «A ver si ahora me van a asociar con el jardinero de la tele y eso va a ser contraproducente para mí, ¿no?»
II: Pero terminó siendo uno de los mayores aciertos de su carrera
IS: Es alucinante que a mí todavía a nivel nacional me sigan reconociendo. Hace poco tuve que coger un avión para irme a Senegal y en el avión, los de delante, los de al lado y los de atrás me reconocieron. Unos eran andaluces, otros eran catalanes y otros eran de Valencia.
II: ¿El secreto? Su sencillez.
IS: Yo necesito sintetizarlo y hacerlo muy sencillo. El mensaje para mí mismo, para entenderlo. Una vez que lo incorporo en mi mente, luego puedo universalizar ese mensaje y hacerlo como muy llano y muy fácil para todo el mundo.
NG: La aventura acabó, como tantas otras cosas, con la Pandemia
IS: Las publicidades empiezan a flojear. 23 años. O sea, yo creo que no hay muchos programas que hayan durado tantos años. Pues tenía que acabarse ya.
II: Mantiene un gran recuerdo de aquellos años.
IS: Yo lo he vivido con mucha naturalidad porque obviamente he hecho televisión sin salir de casa. O sea, yo no he tenido que ir a Madrid y en algunas galas que nos invitaban, pues Telecinco allí en Madrid nos sentíamos como los bichos raros que veníamos del pueblo y que no pegábamos nada con todo eso que se cocía allí, ¿no?
II: Eso le ha permitido compaginar las cámaras con su estudio de paisajismo durante todos estos años.
IS: Juan Iriarte y yo empezamos con Lur Paisajistak. Al principio nosotros dos solitos. Y bueno, hemos estado aquí luchando.
II: Juan, su pareja y compañero de aventuras en el mundo del paisajismo y él tienen en su haber un sinfín de proyectos tanto para el sector público como para el privado y casi siempre acotados a la zona del País Vasco.
IS: Antes de la crisis del 2008, cuando todo crecía como la espuma y se nos decía: «Es que tenéis que crecer, es el momento de crecer«. Y decíamos: «Si crecemos tenemos que empezar a crear mercados fuera». Crear mercados fuera implica desplazarte a Madrid, a Barcelona, comer y dormir fuera de casa. Y para mí la calidad de vida es dormir y comer en casa, entonces es algo que descartamos.
II: Y acertaron…
IS: Porque toda la gente que creció como la espuma antes del 2008, luego también cayó en picado. Entonces fue una buena decisión.
II: Su base de operaciones estaba en un lugar recóndito, refugiado en el bosque.
IS: Hay como un aprendizaje final que lo obtienes cuando sumerges las manos en la tierra. Entonces en esa casa donde vivíamos ya teníamos un jardín. Ese jardín sirvió mucho de aprendizaje y de ir cogiendo carrerilla para luego llegar aquí, pero se nos quedaba de alguna forma corto y siempre habíamos pensado que estaría bien algún día desvincular el estudio de la casa y poder hacer un jardín donde poderte expresar libremente con el mundo de las plantas.
II: Y fue así cómo nació Lur Garden… La joya de la corona, mucho más que un jardín… un proyecto de vida.
IS: Es un terreno horizontal, El Lur Garden se asienta sobre una terraza aluvial de casi dos hectáreas. El río Saro Berreca hace de Linde. Cuando llegamos al jardín por la entrada pública nos recibe con la poza más bonita que tiene el río en toda su existencia.
II: Rodeado de bosque, a dos kilómetros de su casa y a un kilómetro de la civilización.
IS: Entonces fue como un sueño.
II: Es ahí donde quedo con Iñigo… en ese sueño hecho realidad que no se conforma con ser un jardín… es un jardín de jardines.
IS: Un jardín de jardines viene a ser un jardín que lo que intenta es aunar distintas colecciones botánicas, distintas expresiones estéticas desarrolladas con la vegetación. Es el seto el que va a configurar esa limitación visual para que cuando tú estás en un espacio no veas el otro.
II: Tradicionalmente, en los jardines de jardines, estos espacios, estas 'habitaciones', suelen ser ortogonales y las separan setos que trazan líneas rectas…
IS: Hasta que un buen día Juan dibuja una forma como de huevo cocido partido por la mitad.
II: Y ahí comenzó a nacer la magia que parece acompañar a este lugar.
IS: Y yo digo que ese día yo canalicé algo que tenía que ser porque esa noche me meto a la cama con el huevo en la cabeza. Dormí durante tres horas y lo primero que hice al despertarme fue dibujar el plano de lo que se visita hoy en día.
II: Casi como una revelación divina.
IS: A día de hoy que mira que ya han pasado 12 años desde entonces, a mí me sorprende cómo pudo salir ese plano, con esa rotundidad, esa clarividencia y sobre todo con todos los factores sorpresivos y mágicos que han ido trascendiendo posteriormente.
II: Cuando Iñigo describe Lur Garden nos invita a cerrar los ojos… y a hacer un viaje por su jardín.
IS: Entonces todo el diseño del jardín son formas ovoidales, no hay ni una línea recta. Es como entrar a un país, no sé, del Jurásico. Es espectacular… Con esa poza que nos recibe, que es maravillosa… Un jardín rojo… Este jardín cuando se sale es el útero que sales como del vientre materno, como renacido. Un jardín del espejo con una gran lámina de agua, un estanque espectacular… Aquí aceptamos todo tipo de belleza, la extravagancia también está bienvenida… Una explosión de texturas y formas, de hojas de tamaños casi descomunales.
CALMA/ SILENCIO // FX POZA O AGUA
IS: El milagro del jardín, que es un estanque circular perfecto.
II: Un pequeño milagro perdido en la naturaleza.
IS: Lo construimos y observamos sin ponerle un sistema de recirculación, observamos que el agua no se pudría y a día de hoy sigue sin pudrirse.
II: Para Iñigo esto no es ninguna casualidad
IS: Hasta el año pasado nadie me supo decir por qué esto no se pudría. Una aportación de una bruja amiga maravillosa conectó con el estanque y me dijo que ella sentía que había mucha energía que ascendía del subsuelo y que aquello que había hecho ahí era abrir una puerta dimensional.
II: Iñigo se quedó de piedra…
IS: Pero bueno, de alguna forma se confirmó esto que me dijo la bruja el año pasado cuando vino un geobiólogo. Entonces me dijo que justo el estanque estaba en la convergencia de una falla y una línea de agua que genera un vórtice de energía ascendente positiva. Y que efectivamente eso que pasa ahí es un portal.
II: Una situación única para un estanque irrepetible. Es la magia de Lur Garden.
IS: Entonces ahí tenemos nuestro pequeño portal que le llamo ahora el portal de Belén, porque mi bruja se llama Belén. Entonces le digo: «Mira qué bonito el portal de Belén».
NG: Un jardín tan asombroso como este no se levanta de un día para otro
IS: Había tanto que hacer, tanto que hacer que yo no dejaba de trabajar en Bricomanía y tampoco en Lur Paisajistak como paisajista. Pero todo mi tiempo libre se empieza a centrar en trabajar en este jardín.
NG: Lo que comienza siendo pura pasión empieza, poco a poco, a ganarle terreno al propio Íñigo.
IS: No era consciente de que me estaba quitando la vida en esos ocho años de trabajo desorbitado que la gente de mi entorno me decía… porque yo me aislé también del mundo. Yo solo quería estar con mis plantas y con mis piedras.
NG: El jardín lo ocupa todo y empieza a afectar a otras facetas de su vida.
IS: Eso se une a que empieza a ser una obsesión un poco evasiva según los años van 'palante'. Pues yo no sé si por esa obsesión mía mi relación ya empieza a hacer aguas y entonces el jardín se convierte en una forma de estar trabajando sin pensar en mí, sin abordar lo que me pasaba en la vida.
NG: Intentar controlar el jardín comienza a sobrepasarle, y su relación con Juan pasaban por su peor momento.
IS: El jardín era como haber adoptado quintillizos dependientes en absoluta soledad: para cuando uno se me dormía, el otro salía corriendo, el otro me vomitaba, el otro me pegaba una torta y el otro me… era como un sinvivir.
NG: Iñigo se había abandonado por su jardín.
IS: No era consciente de que me estaba yendo. Fue cuando me rompo y toco fondo. Y en ese renacer es cuando veía todo y decía: ¿Pero que he hecho con mi vida?
NG: Enseguida volvemos
PAUSA
NG: Iñigo Segurola se ha entregado a Lur Garden ciegamente durante años, como en ocasiones uno se entrega a sus propios hijos.
IÑIGO SEGUROLA: Cuando estaba en ese estado incipiente, adolescente, de niño y adolescente, el jardín dependía mucho y yo me abandono completamente, me abandono completamente. Yo me dedico en vida y el alma al jardín. Yo no existo.
NG: Ocho años de dedicación plena, ocho años de amor incondicional.
IS: Hasta que ya finalmente cuando ya me separo y me divorcio. Es cuando yo me rompo en dos, o sea, es cuando entro en una, se podría decir una depresión, es como que yo me había ido tanto de mí que yo ya no sabía dónde estaba.
NG: Sigue contando esta historia Isabel Ibañez.
ISABEL IBÁÑEZ: Iñigo se había alejado tanto de sí mismo que apenas era capaz de reconocerse… Tocaba retroceder, volver a encontrarse.
IS: Me había desvivido, entonces era como: «¿Quién soy yo?» Entonces empecé a hacer yoga y meditación que me ayudó un montón. Tuve que ir reseteandome completamente. Fue como un morir para renacer a nivel personal.
II: Se lo había dado todo a su jardín. Era tiempo de pedirle que le devolviera el favor.
IS: No podía con mi alma, ya no podía, el jardín se me echaba encima. Entonces yo me acuerdo de ese primer año que le pedí al jardín que me esperase porque no podía.
II: Y este, respondió…
IS: Y me esperó. Ahí ha habido como un renacer mío y al mismo tiempo re-adaptándome energéticamente con el jardín, viendo lo generoso que ha sido el jardín y como me ha ido devolviendo poco a poco todo eso que yo le di.
II: Iñigo y su jardín han tenido que aprender a convivir juntos… a respetarse.
IS: Y ahora mismo el jardín ha llegado a una madurez. Sigue siendo dependiente porque depende del jardinero pero el jardinero ahora mismo está en una fase que ha aprendido a no pelear, a no estar en guerra, estar en paz con todo.
II: Y es que en la vida hay que aprender a elegir tus batallas.
IS: Si yo antes podía luchar, por ejemplo, contra los topillos… para mi el topillo era uno de mis mayores enemigos. Yo luchaba como un energúmeno contra el topillo.
II: Trampas, venenos, ultrasonidos, inyectar gas en el subsuelo… Hasta una colonia de gatos para mantenerlos a raya.
IS: Bueno, ya hace dos años aprendí que con los topillos no iba a pelear más. Ya cuando ya aprendí que en la vida hay que estar en paz con todo les hice la paz mentalmente y oye, te puedes creer que fue hacerles la paz y, no te digo desaparecer, pero reducirse la población de topillos a un mínimo súper aceptable.
II: Y es que la vida puede parecerse mucho a un jardín.
IS: Como muchas de las veces, nosotros mismos nos metemos en nuestra propia mierda. Hay que aceptar todo como viene. Entonces estoy en esa tesitura que ya no hago la guerra, con lo cual ya no soy ese agente energúmeno obsesivo, muy controlador que era al principio.
II: Y aceptar las cosas como vienen a veces también significa aprender a decir adiós a los amores.
IS: Uno de ellos es el boj. El boj es un arbusto que me sigue fascinando, pero le entró un hongo y una plaga que ya era imposible mantenerlos con vida.
II: Y sólo quedaba una cosa que se podía hacer.
IS: Y al final tuve que tomar la decisión de eliminarlos y ya. El bosque se ha ido de mi vida. Ya fue. Ese sí que fue también un divorcio largo y doloroso, porque me dolía tenerme que desprender del boj.
II: Otro de sus amores profesionales son las Hortensias Anabel.
IS: Es una hortensia que da unas flores blancas maravillosas. Es súper generosa pero bueno, si tengo que aceptar la muerte de las hortensias, la voy a aceptar sin ningún problema porque ya vendrá algo nuevo. O sea, ya no voy a sufrir como sufrí con el boj.
II: Todas estas compañeras le han enseñado también a decir adiós en otros planos de su vida.
IS: Juan y yo nos conocimos en su día. Nos fuimos a estudiar paisajismo los dos a Edimburgo entonces ha sido compañero de viaje durante toda mi vida. Hasta que se ha acabado hehe pero como todo. Pero bueno, todavía sigue siendo compañero de viaje.
II: Y es que la vida, como los jardines, es un espacio cambiante…
IS: Un jardín es un espacio vivo y como espacio vivo que es: evoluciona y hay muchos factores que tú no puedes controlar.
CARLOS GARCÍA FERNÁNDEZ: Tras este proceso de transformación Iñigo ha aprendido a relacionarse con su jardín de una forma diferente.
IS: Sigo siendo paisajista y tengo que ser paisajista, pero ahora es como que de alguna forma yo ya hubiese hecho lo que tenía que hacer en mi vida y ahora me toca empezar a disfrutarla. Este año he empezado a disfrutarla, a viajar, que llevaba muchos años que no viajaba.
CGF: La historia de Iñigo es mucho más que una simple historia sobre el paisajismo.
IS: Hacer un alegato a favor de la vida.
CGF: Es la historia de un tipo único.
IS: Que yo además hablo con las ranas. Yo hablo el rano. Y cuando me pongo a hacer eso, las ranas me contestan.
CGF: La historia… de quien ha aprendido a decir adiós para cumplir sus sueños, en su vida y en su jardín.
IS: Es como que se ha abierto otra etapa en mi vida. Pero esta primera etapa: mucha satisfacción de haber cumplido para lo que nací.
CGF: Muchas gracias a Iñigo. Y también, por supuesto, gracias a Isabel Ibañez y Luigi Gómez por haber contado esta historia.
CGF: Esta ha sido una más de nuestras historias de Fuera del Radar… el podcast de periodismo narrativo que va más allá de la noticia. Soy Carlos G. Fernández. Gracias por escuchar.
LUIGI GÓMEZ: Fuera del Radar es un podcast narrativo producido por los periodistas de las cabeceras regionales del grupo Vocento. La coordinación general es de Carlos García Fernandez y Luigi Gómez Cerezo, que también han hecho la edición. La producción técnica es de Iñigo Martin Ciordia, el diseño sonoro y la mezcla es de Rodrigo Ortiz de Zárate y la dirección y producción ejecutiva de José Ángel Esteban.