Tres apuntes para empezar la semana

Del director ·

Se les olvida a algunos que el anterior Mundial se jugó en Rusia

Lunes, 21 de noviembre 2022, 00:08

Arrancó el Mundial. Empezó a rodar el balón y a las primeras de cambio quedó en evidencia que una cosa es tener mucho dinero y capacidad para levantar estadios en tiempo récord y otra diferente ser una referencia en lo deportivo: Qatar cayó ante Ecuador y dio la sensación de lo que seguramente es, quiero decir, un equipo a años luz del nivel medio en Europa y América. En todo caso, bienvenido sea del deporte. Porque quizás en los últimos días se ha hablado demasiado de otras cuestiones y ahora lo que toca es disfrutar del fútbol. Vale que hay que revisar el funcionamiento de la Fifa, pero mientras eso no suceda, creo que no es de recibo ponerse exquisitos y, al mismo tiempo, dar por bueno que en la Liga de Campeones europea compitan equipos que son propiedad de jeques de los petrodólares. O clubes patrocinados por estados tan o más cortos en derechos humanos que Qatar. Es más, se les olvida a algunos que el anterior Mundial se celebró en Rusia y ya entonces Putin era un autócrata. Ya puestos, digo que por qué no echamos de la selección española a Sarabia, que milita en el PSG, un equipo que también es parte de la estrategia promocional de los países del Golfo Pérsico. Insisto: un mes hablando solo de fútbol no vendría mal.

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Caso Mascarillas. Las defensas tratan de desatascar la instrucción, que quedó congelada tras llegar el escrito de la Fiscalía Europea reclamando la competencia. Habrá que ver en qué queda el asunto, pues la Intervención General de la Comunidad Autónoma sostiene que la operación con la empresa RR7 no se cargó a fondos europeos, sino que el perjuicio patrimonial es a las arcas regionales. En ese caso, se abre la puerta a que la instrucción siga en el Juzgado número 7 de la capital grancanaria, pero solo si el magistrado instructor lo reclama o si finalmente la Fiscalía Europea da un paso atrás. Como que, a día de hoy, no parece.

El retorno de Sánchez. Después de asistir en Bali a la cumbre del G7 y de un viaje a Corea del Sur, el presidente del Gobierno de España se reencuentra con el lío que tiene en el Consejo de Ministros y en las Cortes a cuenta de la modificación legislativa de los delitos de sedición y malversación, a lo que se suma la bronca por los efectos indeseados de la ley del 'sí es sí'. Sánchez jugó desde la distancia a templar gaitas pero es evidente que no ha conseguido calmar la tempestad. Un mal tiempo que va a más a la izquierda del PSOE y que ya escenifica una quiebra casi irresoluble entre Podemos -con su férrea defensa de Irene Montero- y Yolanda Díaz.

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