El candidato socialista. Al margen de que el Partido Socialista se ha metido en un jardín innecesario con el lío de la designación de nuevo senador autonómico, es innegable que cuando uno de los que suenan concitan tanto miedo en otra formación política y en determinados círculos, lo que debería preguntarse el PSOE es si quiere tener un senador que se haga oír en Madrid o no irritar a los enemigos. Lo digo viendo la que se está montando, o la que le están montando, a cuenta de la posibilidad de que sea Santiago Pérez el elegido. Ypara la reflexión de los socialistas también debería quedar la alegría con que se prestan algunas familias internas a operaciones de acoso y derribo externas. Pero no es la primera vez ni será la última. Ya se sabe que en los grandes partidos hay quienes consideran que la paz de los cementerios es la vida más placentera.
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Salvar la economía o salvar vidas. Primero fueron los puentes festivos en Madrid, después las navidades en toda España y ahora resurge el debate a cuenta de la Semana Santa. Es nuestro particular Guadiana de la covid-19. Canarias no quiere renunciar a algo de turismo peninsular; Madrid también aspira a que desde otras comunidades vayan y hagan caja en sus hoteles y restaurantes, y más de media España se echa a temblar pensando en los repuntes de contagios. Más aún cuando sucede que la vacunación va con retraso porque es evidente que las farmacéuticas le tomaron el pelo a la comisión Europa. Cabe preguntarse si no han pasado demasiados meses de pandemia como para todavía no tener claro que la clave sigue siendo salvar vidas, porque con la vacunación retrasada, pensar en otras cosas es jugar con fuego. Tiene razón la ministra Darias cuando dice que toca salvar vidas y no semanas. Por cierto, ¿por qué no plantearon todas las comunidades autónomas, el Estado y el colectivo docente alterar el calendario lectivo, de manera que de lunes a jueves de Semana Santa hubiera clases y luego se recuperasen eso días a final de curso? Así nos estaríamos ahorrando este debate.
El faro teatral. En medio del páramo cultural obligado por la pandemia, sigue siendo una especie de faro en la niebla el teatro Cuyás con su programación. Le toca este fin de semana el turno al montaje sobre la dramática historia de Turing y ayer y hoy no faltan los fieles al arte del teatro. Con el cin en fase de extinción, se agradece que esa luz del Cuyás siga encendida.
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